¿Alcalde o monaguillo?
“Primero que nada saludarlos, invitarlos, las festividades patronales ya tienen algunos fines de semana que arrancaron pero el novenario de manera oficial ya está siendo hoy aperturado (…) no hubo una feria como año con año se había acostumbrado, en esta ocasión por los problemas de la pandemia solamente pudimos llevar a cabo las fiestas patronales (…) los invitamos, recuerden el próximo 25 de agosto a que vayamos a venerar a nuestro Santo Patrono San Luis Rey de Francia, ya sea en San Luisito como en la parroquia San Luis Rey, para que podamos acompañarlos en todos los eventos que se tienen programados desde la mañana hasta en la noche…”
Estas palabras no son de algún sacerdote de San Luís de la Paz sino extractos de un mensaje público del alcalde Gerardo Sánchez, quien investido voluntariamente como representante de la iglesia católica, vía un portal digital exhortó de esa manera a los ciudadanos con motivo de las festividades tradicionales de agosto. Si bien en alguna parte de su alocución se refiere al marco histórico de la fundación de la ciudad, el énfasis lo puso en el credo católico y en la devoción.
Es poco probable que este funcionario público desconozca el Artículo 130 Constitucional que ordena la separación de la Iglesia y el Estado, por lo que con toda alevosía viola ese precepto, como igualmente transgrede la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. Muy respetable su credo personal y se entiende que busca con esas prácticas mostrarse cercano y simpático con sus coterráneos, pero su obligación en primer término es respetar la ley; sin embargo, como su Ayuntamiento es decorativo, y además quizás anda agrandado luego de los resultados del 6 de junio cuando fue reelecto, sin nada que lo contenga y le ponga límites, parece que ‘El Chino’ está dispuesto a hacer todo lo que considera le ‘gusta’ a la gente así pase por encima de su propia investidura.
Si Benito Juárez viviera…
Pero el arrodillamiento del poder civil ante la jerarquía eclesiástica no se limitó a ese mensaje, sino que el pasado miércoles, con motivo de la visita del obispo de la diócesis de Celaya Monseñor Alejandro Aguilar, otra vez empequeñeció la figura de la autoridad municipal.
En lo que parecía sólo una cortesía normal de bienvenida al líder religioso de la mayoría de los ludovicenses, Gerardo Sánchez fue a esperarlo en la entrada de la ciudad. Cuando el visitante descendió del vehículo le entregó un obsequio, y después de un breve intercambió de saludos y tuteos, en tono de seguir su camino, el prelado le dijo:
-Bueno, entonces luego nos vemos…
El alcalde, tomando de la mano a su esposa, se apresuró a contestar:
-Nosotros vamos ir caminando con usted…
Otro sacerdote, intervino:
-De aquí de la central –indicándole que se incorporara más adelante…
Desapareció de la escena clerical, aunque pronto volvería. En la céntrica esquina de las calles Niños Héroes y Rayón, al arribo del obispo en una pick up desde donde saludaba a los feligreses, el alcalde pegó literalmente carrera al ver que el vehículo se detenía, comedido se acercó a tomarlo de la mano para que descendiera. Luego, durante más de media hora camino junto a él entre porras y confeti hasta llegar al templo de San Luisito. En momentos le susurraba cosas al oído, parte del recorrido fue a modo de procesión atrás de la imagen del santo patrono San Luís Rey.
Es evidente que este alcalde no tiene miramientos en violar la ley involucrando al gobierno que representa con sus creencias religiosas personales, pero además exhibiendo actitudes de abierto sometimiento y servilismo ante los jerarcas católicos muy impropias de una autoridad civil.
Al finalizar, en plena vía pública, frente a toda la gente y cerca del ‘chimal’ (ofrenda de flores con la que los pobladores chichimecas conmemoran esa fecha), el presidente municipal pidió al obispo su bendición, luego, se inclinó para besarle la mano…
Y el cura Briones feliz…
Al cura de la principal parroquia, conocido como ‘el Padre Chón’, de tiempo atrás se le conoce su cercanía con el alcalde. Es un asiduo invitado a las conferencias que organiza presidencia para informar sobre el Covid19. Ofició una misa en el arranque de la campaña por la reelección, y nunca ha disimulado su apoyo al priista. En el recorrido del miércoles fue notable su camaradería pues en momentos se susurraban cosas y soltaban la risa en plena calle.
Alejado del Jesucristo austero y cercano a los desprotegidos, en el pueblo se comenta el gusto de este sacerdote por los lujos, por lo material, y su preferencia por hacer amistades y establecer relaciones con la gente adinerada e influyente. En una visita de Miguel Márquez siendo éste gobernador consiguió le ayudará a remodelar el atrio.
No tiene la virtud de la humildad y a la usanza de los clérigos que añoran ser inmortalizados, hace tiempo cuando fue instalada una nueva campana hizo grabaran en ella su nombre: ‘Asunción Briones’. Nostálgico del Medievo, en sus homilías no desaprovecha oportunidad para lanzarse contra el aborto y contra otras conquistas de los derechos civiles y las libertades individuales.
En la romería se le veía muy contento mirando a su amigo alcalde casi irradiando fulgores divinos junto al obispo. Y cómo no iba a estar feliz, si esa escena remontaba a tiempos cuando en toda esta región, los peones esclavizados de las haciendas entregaban puntuales el diezmo: de 10 chivos, uno, de 10 gallinas, una…