Amor, sexo y otras perversiones de un universitario
Cuando estás por elegir universidad, piensas en tantas opciones, pero a veces optas por algo económico y dices: "Quiero recorrer alguna ciudad tan chida y que tenga tanta diversidad como la CDMX." Pero, por razones “x” o “y” del destino terminas en Guanajuato. La verdad, el Estado siempre se ha caracterizado por individuos de carácter panista, conservador y católico, los cuales forman una familia tradicional. Sin embargo, me preguntaba mucho, como otros estudiantes, ¿qué ofrecería la vida en Guanajuato Capital? Pensaba que iba a ser un estilo de vida muy aburrido, pero, al contrario, me encontré con que había una gran diversidad de personas y, claro, personas que por primera vez no estaban bajo los pensamientos conservadores del rancho.
Uno, cuando llega a Guanajuato, empieza a descubrir su sexualidad de maneras muy inesperadas, ya sea en fiestas, aplicaciones o de manera natural al ir por un café e ir conociendo a alguien.
Pero esta narración quiere enfocarse más sobre cómo es que empezamos a deconstruirnos desde que entramos a la universidad. Empezamos a ver la sexualidad como algo más normal y no un tabú. Las construcciones de nuestras creencias las heredamos de nuestra familia; sobre si es malo tener experimentación ya sea con alguien de nuestro mismo sexo o que si el poliamor es malo, pero, al contrario, creo que el convivir con más personas de nuestra edad con diferentes puntos de vista nos hace ver y creer que lo más importante es amar sin importar el género, apariencia, sexo o status.
Guanajuato es un buen lugar para ir descubriendo la sexualidad, pero hay que tener cuidado, ya que las enfermedades sexuales pueden ser algo común sin cuidarnos. Por eso, la prevención debe ser fundamental, ya que no queremos tener una epidemia de VIH como se vivió en DCEA años atrás.
Creemos que, si le planteamos una sexualidad libre a un adulto, posiblemente sea un poco juzgona y mala, porque bueno, fueron criados con pensamientos muy religiosos, y sabemos que a la religión no le gusta que se haga el delicioso con fines no reproductivos.
La sexualidad en los estudiantes universitarios está chingona, que nuestra generación deje a un lado las estructuras sociales arraigadas, los roles de género, lo prohibido, lo que está bien visto por la iglesia o nuestros padres, porque creemos que hay que rebelarnos contra aquello que no quiere cambiar y que en verdad necesita cambios para abrirnos la mente. Nuestra generación se ha rebelado contra la vieja estructura, y la sexualidad florece ante una juventud rebelde.