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Buenas noticias para Salamanca

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Cecilia Durán Mena - Las ventanas

Buenas noticias para Salamanca

En el cielo nublado y gris, en ocasiones se cuela un destello de luz. Salamanca, de acuerdo con el portal México social, ocupa el lugar número quince entre las ciudades más violentas del país por el número absoluto de homicidios dolosos. Según los datos disponibles sobre la incidencia delictiva a nivel municipal, las tasas de homicidio están por arriba de 100 víctimas por cada 100 mil habitantes. Así, en términos de este indicador, sería más peligroso vivir en Salamanca que en Siria. Es una realidad atroz e insoslayable, sin embargo, hoy no es de lo único que se habla sobre esa localidad. También, nos llegan buenas noticias. La inversión extranjera directa subirá, dado que Mazda arrancó la producción del crossover CX-3 en la planta de Salamanca.

Esta noticia es para cacarearla y para darla a conocer con bombos y platillos ya que tiene muy buenas implicaciones. El modelo CX-3, que antes se importaba de Japón, es uno de los pilares de ventas de la marca japonesa en el mercado mexicano, junto con el sedán Mazda2 y el SUV CX-30. Esto quiere decir que las ventajas que ofrece el municipio sedujeron a los japoneses a un nivel tal que prefirieron venirse para acá a producir, en vez de seguirlo fabricando en su planta de Hofu —en el propio Japón— o en la que tienen en Tailandia.

Insisto con mucho entusiasmo que son buenas noticias. Vendrá una inversión de sesenta millones de dólares y la creación de cien nuevos empleos. Los japoneses son muy cuidadosos y exigentes, son muy rigurosos para tomar este tipo de decisiones. Por lo tanto, la elección de la marca japonesa de trasladar parte de la producción del crossover a México se integra a una estrategia global de la compañía para ser más eficiente mediante líneas de producción más flexibles que sean capaces de ensamblar varios modelos con diferentes motorizaciones.

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Evidentemente, se trata de una decisión de negocios y los japoneses no son tontos, saben de eficiencia, de aprovechamiento de recursos y de rentabilidad. Para ellos es conveniente venir a invertir en Guanajuato —lo cual es muy bueno para el estado—.Para muestra un botón: en 2019, antes de la pandemia y las rupturas que ocasionó en las cadenas de suministro, Mazda vendió casi diez mil unidades de CX-3, que es una cifra equivalente al diecisiete por ciento de sus ventas totales en el país. Así que se redujo la disponibilidad de unidades de CX-3, lo cual generó listas de espera de hasta 10 meses por el modelo. Mazda espera que ahora el tiempo se reduzca conforme la planta mexicana logre escalar la producción del crossover. Estoy segura de que eso es lo que sucederá.

Takuji Iwashita, presidente y CEO de planta de Mazda en Salamanca, dijo que el objetivo es producir alrededor de 15,000 unidades al año, las cuales estarán destinadas en su totalidad al mercado mexicano. Declaró que “Es el inicio de una nueva estrategia de producción en el país, con un mayor enfoque al mercado doméstico, con miras a favorecer los planes de crecimiento de la marca”.

Los resultados de negocio de Mazda en Salamanca han sido muy buenos. La planta arrancó operaciones en enero de 2014 y desde entonces ha producido 1.35 millones de unidades. Los principales socios comerciales de Guanajuato son: EE.UU., Japón, España, Alemania, Italia y Canadá, por eso es necesario fomentar la hospitalidad e interculturalidad para fortalecer los lazos de amistad con estos países y establecer redes de ciudades con organizaciones en el mundo para catapultar la cooperación de políticas públicas que contribuyan a la cohesión social.

Eso, y la seguridad en combinación con la transparencia. Nos toca reflexionar, analizar la seguridad económica, entendida como estabilidad macroeconómica a través de las siguientes variables: la relación de los flujos de inversión extranjera directa con el valor del índice de corrupción y el Producto Interior Bruto. Hay que partir del hecho de que cuanto mayor sea el coeficiente entre seguridad e inversión y menor la puntuación en el ranking de corrupción según Transparencia Internacional, mayor inversión recibe el estado y, como consecuencia gloriosa, mayor es su nivel de seguridad económica.

Toca celebrar y cuidar. Hay que apapachar a nuestros inversionistas, darles la bienvenida y garantizar un ambiente que les permita seguir contentos, aquí entre nosotros.

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