Cindy… en su ‘Pueblo Mágico’
La cruda y terca realidad parece obstinada en hacer ver a la alcaldesa Cindy Arvizu Hernández que su pueblo en esta época está más cerca de la muerte y la degradación que de la magia.
En una colonia cuyas calles tienen nombres de poetas y escritores, la noche del último viernes de noviembre hacía un frío helado, propio de la época invernal en San José Iturbide. Por lo demás, todo transcurría sin sobresaltos en esas viviendas aledañas al Hospital General.

Sin embargo, al filo de la medianoche se escuchó un ruido extraño hacia donde se ubica un restaurante muy renombrado. En el estacionamiento de ese lugar, un hijo del dueño instalaba por las noches un puesto de hamburguesas y a esa hora normalmente cerraba. En la colonia el joven es conocido y apreciado.
Al amanecer, empezaron a correr versiones entre los vecinos de que algo grave había sucedido. El relato predominante es que dos sicarios llegaron en motocicleta a balacearlo. Quedó herido, su sobrina, una adolescente que le ayudaba, de milagro salió ilesa.
Los medios y portales locales no informaron de los hechos, guardaron un extraño silencio, y todavía a la fecha se percibe hermetismo alrededor de ese lamentable acontecimiento. Pero aun cuando en Iturbide se ha ido normalizando la violencia, no solo hay conmoción entre quienes lo conocen y son vecinos del joven, ese ataque también ha tocado una fibra muy sensible de la élite económica del poblado, como igualmente alcanza a impactar al círculo político, porque ese restaurante desde hace años es destino frecuente de alcaldes, alcaldesas y funcionarios de toda la región noreste; ahí suelen hacer escala en su viaje, o se citan para departir o cabildear asuntos y negocios relacionados con el poder público.
La magia no se compra…
Quienes conocieron San José Iturbide todavía a finales del siglo pasado, en la época inmediata anterior al parque industrial que ahí se instaló, tendrán recuerdos y vivencias de un lugar apacible y con rostro propio, pero lo que en las dos últimas décadas ha ganado en crecimiento económico y densidad de población, lo ha perdido en identidad, cohesión comunitaria, tranquilidad, limpieza y armonía.
Por eso resulta desproporcionado el afán que apenas entrando ya divulgaba la alcaldesa de que su terruño consiga el título de ‘Pueblo Mágico’, para acceder a partidas federales y a la promoción turística que eso significa. Se comprende que la tierra de cada quien siempre será nuestra ‘capital del cielo’, pero por razones que trascienden nuestra propia temporalidad, hay sitios con más belleza, más símbolos, más carisma, que otros. Aunque suele suceder que eso poco importa a los más interesados y animosos en promover ese tipo de iniciativas, pues casi siempre se trata de prestadores de servicios en vertientes empresariales cuyas ganancias son ampliamente favorecidas cuando alguna localidad consigue la denominación. Para la mayoría de ellos, que pretenden sacar dinero de cualquier cosa a su alcance, la ‘magia’ también tiene signo de pesos.

El actual San José Iturbide, donde es más fácil toparse con un sicario que con una hada misteriosa, difícilmente reúne los múltiples requisitos y argumentos que requiere un lugar para entrar a la categoría de ‘Pueblo Mágico’, y es que esa especie de aura y aliento singular propia de algunos pueblos que por su arquitectura, historia, belleza natural o por razones hasta incomprensibles se salen de lo común, no se consigue cabildeando, colocando cableados subterráneos, pintando las casas, estandarizando rótulos de comercios, comprando espacios en medios, o construyendo artificialmente supuestos mitos identitarios como el de Agustín de Iturbide gallero u otros más clericales.
Aunque ya todo puede suceder en estos tiempos de mercaderes, cuando hasta la ‘magia’ se quisiera comprar por Internet o en el super de la esquina…
Funcionario Federal… y regidor
Respondiendo a una consulta, la Oficina de Representación Querétaro-Guanajuato del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, ha informado que Ramiro Rico Martínez es parte de la plantilla que esa institución tiene en el Centro Coordinador con sede en San Luis de la Paz, es ‘personal de base’, labora en esa institución desde junio del 2002, actualmente tiene el puesto denominado ‘profesional’, aunque hay indicios de que todavía en 2019 era el encargado de esa oficina regional.
En las pasadas elecciones apareció como suplente en la quinta fórmula de la planilla del PRI encabezada por Luis Gerardo Sánchez. Durante la campaña, en un spot difundido en la página oficial del candidato, se presentó como ‘empleado’, también dijo estar ligado a la agricultura, la ganadería, y que en sus tiempos libres realiza labores en los ejidos a través de la CNC. Alguna circunstancia hizo que él asumiera el cargo en lugar del regidor propietario, por lo que lleva varias quincenas cobrando dos sueldos.
Ya el solo hecho de haber participado activamente en la elección siendo al mismo tiempo empleado Federal, lleva a preguntarse por qué toleraron esa circunstancia sus inmediatos superiores, los partidos y la propia autoridad electoral, considerando además que el personal del INPI, entre otras funciones, entrega múltiples apoyos económicos a las comunidades. Él mismo es originario de una localidad del municipio.
El alcalde ludovicense Gerardo Sánchez, así como el organismo que atiende a los indígenas del noreste (a los genuinos y a los piratas) deberían aclarar si Ramiro Rico, por el perfil de sus dos cargos simultáneos, no está incurriendo en la ilegalidad al cobrar un generoso sueldo en Tesorería municipal y otro en la Federación.