Crisis económica y alimentaria
Resulta preocupante cómo en el gobierno de México han comenzado a trazarse las prioridades presupuestarias para el año 2022. El presidente de la República ha anunciado que invertirá otros 50 mil millones de pesos para la Guardia Nacional, la cual quiere que pase a la Secretaría de la Defensa Nacional, la que tiene también su propio presupuesto, sin que veamos puntos torales que nos indiquen un camino a terminar la violencia y delincuencia que agobia buena parte del país. Seguimos anclados en una economía de guerra que no permea a todo el sector productivo local.
Además, se sostendrá el esfuerzo del gobierno por inyectar una enorme cantidad de recursos en sus megaproyectos: Tren Maya, Refinería de Dos Bocas y el aeropuerto Felipe Ángeles. Una tendencia que seguirá avanzando contra el desarrollo de otros sectores a los que se les ha cortado apoyos, como la agricultura, a la industria y el propio comercio, dañados severamente por la pandemia y que no han tenido estímulos formales para su recuperación.
Poco a poco comienzan a manifestarse síntomas de la crisis económica que está envolviendo a los mexicanos, mientras en la Federación miran hacia otro lado y buscan imponer su agenda mediática. No se observa algún pronunciamiento que alerte la enorme crisis alimentaria que se nos viene encima, donde se están mezclando factores que devienen de los daños de la pandemia en la estructura productiva y las afectaciones que está generando el cambio climático. Pareciera que no se dan cuenta de ello en el gobierno o de plano, poco les importa. Pero es una enorme bomba de tiempo que puede estallar socialmente.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) presentó los resultados de su encuesta número 14 sobre los desafíos de reactivación a la microeconomía, un interesante documento que nos ofrece una ventana a la economía de los hogares mexicanos desde el consumo en las tienditas. Algunos de los encuestados, mil 200, fueron de Guanajuato. Lo que muestra la encuesta es muy preocupante.
De entrada, las ventas se han caído 25% en los últimos 12 meses. Pero además, han cambiado los hábitos de consumo pues hay productos que fueron a la baja en su consumo, como la comida enlatada, lácteos, dulcería, proteína animal, frutas y legumbres. Aumentó el consumo de bebidas refrescantes, botanas, huevo, tortilla y cigarros.
Pero el dato más claro de lo que está sucediendo es el aumento de consumidores que están pidiendo crédito o ‘fiado’ a sus tenderos. La tendencia ha ido en aumento y no se observa que haya una reactivación económica. Resulta que 78% de los encuestados están enfrentando el fenómeno: en julio de 2020 alrededor de 20% de sus clientes pedían fiado, dos de cada 100; esto se duplicó a 2021, pues ahora 40% de sus clientes están solicitando el crédito en sus tienditas, cuatro de cada 10; entre lo fiado pasó de 20% de productos básicos a 35%.
A la par, tenderos y clientes han comenzado a sufrir los estragos inflacionarios, los productos que más se encarecieron fueron: proteína animal, frutas y legumbres, tortillas, lácteos, botanas y refrescos, de acuerdo a la encuesta de la ANPEC. En los tenderos, donde uno de cada tres se infectó de Covid-19, hay preocupación por el constante aumento de precios de sus proveedores. Su mercado se ha reducido, los precios han aumentado y mientras ellos otorgan fiado a sus clientes, no reciben crédito de sus proveedores.
¿Y de esto, usted ha escuchado algo entre sus políticos favoritos de la 4T o del gobierno estatal?
En riesgo producción alimentaria
Bueno, esto por un lado, ahora súmele que, además de la pandemia de Covid-19, el clima extremo está azotando los cultivos en todo el mundo.
Esto se ha podido medir en el índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que aumentó durante 12 meses consecutivos hasta mayo de 2021, con un ligero descenso en junio.
Como ejemplo de lo que está pasando, le pongo en aviso que su café que toma cada mañana, pues seguramente tendrá precios más altos en poco tiempo, si no es que ya comenzaron a subirle el costo.
En Sudamérica es invierno, y la peor helada de Brasil en dos décadas dañó gravemente a los cafetos jóvenes en el mayor productor del mundo, así que ante la carencia del café brasileño en los próximos meses aumentará la demanda de otros y por ende los precios. Ya hay efecto inmediato, los precios subieron un 17 por ciento esta semana y superaron los dos dólares la libra por primera vez desde 2014.
Por si fuera poco, la helada no es lo único que afecta en Brasil, tampoco ha llovido lo suficiente y no hay riego para los campos de cultivo.
Entre Canadá y Estados Unidos el increíble aumento de temperaturas ha provocado incendios severos y afectó la movilidad de miles de toneladas de granos, lo que ya presionó los mercados.
En la República Popular de China, los desbordes de ríos inundaron miles de granjas de cerdos, así que el precio de la carne de porcino seguirá en los cielos. En Guanajuato seguimos esperando que las pocas lluvias de este año hagan algo por las cosechas.
Economice. Sea hábil poniendo por delante las necesidades prioritarias en su consumo, haga con inteligencia su despensita. Tiempos más difíciles parecen avecinarse. Y espere poco de nuestros políticos.