Diego Sinhue: la "inoportuna" resurrección de la onda grupera
"Es un distrito sui géneris. Muy grande. Este distrito es mucho más grande que algunos municipios completos de Guanajuato y evidentemente que hay mucha necesidad y hay muchas colonias irregulares, pero desde que estaba acá y ahora en la Sedeshu buscamos justamente en trabajar en estos polígonos de atención y de alta vulnerabilidad y que son parte de estas 222 zonas de atención prioritaria"
Libia Dennise García Muñoz Ledo
La aspirante a la gubernatura admite que el V distrito de León, que incluye la zona de Las Joyas, es complejo. Según las proyecciones azules, el más riesgosos de los seis locales en el bastión leonés.
DIEGO SINHUE: LA "INOPORTUNA" RESURRECCIÓN DE LA ONDA GRUPERA
En varios momentos durante los últimos años, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo presumía cómo algunos periodistas en el estado -entre ellos quien esto escribe- se "quejaban" de que el PAN Guanajuato se había convertido en este sexenio en un partido "muy aburrido".
Y es que eso había ocurrido en Acción Nacional. Un partido acostumbrado a una vida interna agitada, muy pasional, con grupos en pugna permanentemente, de pronto se transformó a la mitad del sexenio de Miguel Márquez. De pronto se esfumó la onda grupera y las designaciones (un eufemismo azul para referirse a los dedazos) se abrieron paso como el método preferido para definir candidaturas.
Justo eso le reclaman los dieguistas a Miguel Márquez: la incongruencia de haber iniciado la práctica del dedazo y que ahora se envuelva en la bandera de la legitimiación vía la sociedad civil, es decir, encuestas.
Diego Sinhue retomó con mucha convicción esa práctica iniciada por su antecesor. Como anillo al dedo le vino ese método para el estilo de gobierno que ha practicado en los últimos años. El control, por encima de todo y en donde se pueda: su gobierno, los poderes Legislativo y Judicial y el partido.
"Se acabaron los grupos en el PAN", ha dicho en varios momentos del sexenio. Los resultados de 2018, que lo llevaron al triunfo y de 2021, parecían validar que esa era la ruta correcta.
La partida de Ricardo Sheffield a Morena; la capitulación de Luis Albertro Villarreal que se sentó a negociar y su posterior derrota en San Miguel de Allende, facilitaron la labor. En el PAN no había tribus ya. El bronx parecía extinguido. Tras la elección de 2021, Diego Sinhue era amo y señor de las decisiones de su partido y no había en el horizonte quien se pusiera el traje de rebelde... Hasta que emergió la alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez Campos.
Eso no lo vio venir el gobernador y, en algún momento creyó que era cuestión de tiempo, de apretar tuercas, de presionar y cuando todos los botones previstos en su control fallaron, la alcaldesa ya estaba montada en una carrera que parece no encontrar freno. Menos cuando, muy sui géneris, con condiciones (para algunos con ambigüedades), sumó el apoyo del exgobernador Miguel Márquez.
Y nadie ha dicho que el proyecto de hacer a Libia Dennise su candidata a la gubernatura haya fracasado. Pero cada día que pasa, el costo político se eleva más. Y el costo no es menor pues podría impactar la competitividad del PAN en el ya de por sí complejo 2024.
El PAN no ha sido en los últimos meses ese partido aburrido y previsible que presumió y soñó el gobernador. Hoy, la onda grupera y la pugna de dos bandos (así sean muy desiguales) ha vuelto al partido gobernante. Y con ellos una guerra interna (a veces sucia, sí) tras bambalinas, con golpes bajos que elevan el control de daños que tendrá que darse tras la definición de la candidata.
El problema es que eso no lo veía venir el gobernador y eso marca una diferencia. Hace 12, 18 y 24 años, la guerra santa de grupos, la disputa interna, era parte normal del paisaje. Estaba en el cronograma y agenda del partido en el poder. Todos se preparaban para ello. Hoy, lo inesperado hace mella porque las reacciones de quien ejerce el control hasta el momento, profundizan tensiones y aumentan riesgos en el peor de los momentos del largo reinado azul en Guanajuato.
LEÓN Y SUS DOS SÍNDICOS DE LA DISCORDIA
Héctor López Santillana y Alejandra Gutiérrrez Campos pueden coincidir en un asunto, más allá de las grandes diferencias de estilo y efectos de sus gestiones dentro y fuera del PAN.
Ambos han tenido -en su momento- primeros síndicos protagónicos e incendiarios. La gran diferencia es que, mientras Carlos Medina sí le hizo la guerra abierta a López Santillana, José Arturo Sánchez Castellanos, sin ser cómodo, abraza la causa alejandrista.
Eso sí, hay una coincidencia. Ninguno de los dos protagonismos les ha hecho gracia a los gobernadores en turno. Medina no fue un tema fácil de resolver para Miguel Márquez y Sánchez Castellanos se convirtió en una piedra en el zapato para Diego Sinhue.
Hace seis años, Héctor López Santillana vivía quizá su momento de inestabilidad política de su gobierno en lo interno, provocado, no por la oposición, sino por su primer síndico, Carlos Medina Plascencia. Lo de 2017 sí preocupó a los altos jerarcas azules.
“Listos para el 2º Informe del Ayuntamiento de León donde las diferencias hacen coincidencias”.
Así tuiteaba hace cinco años el regidor del Partido Verde, Sergio Contreras Guerrero una “selfie” en la red social, minutos antes de la ceremonia del 2º informe del Ayuntamiento. Una imagen provocadora y que escandalizaba al interior del PAN-Gobierno: sonrientes en la postal posaban los panistas Carlos Medina y José Luis Manrique con el propio Contreras.
Al fondo aparecían, ingresando al Teatro del Bicentenario, el entonces síndico en funciones Luis Ernesto Ayala y el regidor ex de Encuentro Social, converso al PAN, Jorge Cabrera.
Una imagen que describía el estado de cosas en el Cabildo que encabezaba Héctor López Santillana. Muy pero muy lejos de la cohesión.
Con un Carlos Medina molesto por el esquinazo que le había dado López Santillana a sus críticas al modelo de seguridad que tenían mucho de cierto, pero que en el PAN eran leídas con jiribilla en los negocios. Nunca se le hizo que el Municipio contratara el modelo de Gerardo García Preciado 'El Tipitín' en seguridad.
Del otro lado, José Luis Manrique todavía en el papel de alfil de Ricardo Sheffield Padilla en el Ayuntamiento, articulaba críticas contra la gestión López Santillana y traía como cliente al vulnerable Daniel Campos Lango.
Carlos Medina nunca apareció junto a todos ellos, pero puso nerviosos a los jerarcas azules. El resto de la historia se conoce.
Hoy, José Arturo Sánchez confirma su perfil protagónico e incómodo. Su denuncia contra presuntos actos influyentistas en el amanecer de la gestión de Alejandra Gutiérrez lo marcó de arranque para alejarlo del gobernador Diego Sinhue, pero no de la alcaldesa, aunque eso pareciera.
Hoy, declarado abierto alejandrista, confirmó los temores de Diego Sinhue que siempre vio con recelo su incorporación a la planilla de Gutiérrez Campos.
En el PAN se exige disciplina a ultranza en este sexenio y pues, al exlíder del CCE, le gusta encender pasiones y ser el eterno hijo desobediente.
Durante la última semana, el gobernador Diego Sinhue ha echado toda la carne al asador, no solo para dejar claro su apuesta, sino su decisión de que no se llegue a la interna y que quede de manifiesto "lo apabullante" de los respaldos que tiene la secretaria de Desarrollo Social y Humano.
El par de ejemplos más acabados, la visita a California de los exgobernadores Carlos Medina, Vicente Fox, Juan Carlos Romero, Juan Manuel Oliva y Miguel Márquez. Los videos que promovió el gobierno del Estado y algunas cuentas de X (antes Twitter) mostraron, entre otras imágenes, a Miguel Márquez junto a la titular de Sedeshu como nunca se les había visto a ellos y como no se ha visto a Márquez con Alejandra Gutiérrez, a quien apoya.
El propio Márquez declaró que asumió el compromiso frente a Diego Sinhue y la propia Libia Dennise de que no habría foto con Gutiérrez Campos y lo cumplió en la comida en la propiedad de Juventino López al salirse cuando la alcaldesa llegaba.
En el compromiso que asumió Márquez nunca se mencionó la posibilidad de un encuentro "casual" en un evento donde estuviera Libia Dennise. Desde el frente alejandrista no dudan del apoyo del exgobernador, aunque advierten que estuvo "en la foto incorrecta".
El otro caso fue la imagen con los gobernadores panistas Mauricio Kuri de Querétaro y Tere Jiménez de Aguascalientes, así como con Xóchitl Gálvez, inminente candidata del Frente Por México. Desde la cuenta de GOAN (Gobernadores de Acción Nacional) en X se dio un reconocimiento al trabajo de García Muñoz Ledo. Una mini cargada que ayuda en percepción, según el oficialismo.
Hay foto de Libia con los de GOAN y con Xóchitl; de GOAN y la candidata con el dirigente nacional de Marko Cortés. Pero no de Marko y Libia en la misma. Esto podría parecer irrelevante desde afuera, pero es la llamada "fotomanía" y ese afán de crear la narrativa favorable a una causa a través de una sucesión de imágenes.
Más allá de esos detalles, hoy la batalla sorda en el panismo guanajuatense empieza a mostrar ciertos signos que conviene apuntar y que configuran un panorama que se puede tornar más oscuro de cara a la elección 2024.
Desde el sistema PAN-Gobierno ya se miran con preocupación las proyecciones que hay en varias plazas que pueden estar en riesgo en los comicios. La gira del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo por Las Joyas es una muestra de la preocupación que hay del panismo, concretamente en ese distrito ganado en 2021 por Aldo Márquez subsecretario de Desarrollo Social y diputado con licencia. Es el distrito con más riesgo de perderse de los seis que hay en León o con más alta probabilidad de que quien vaya por Morena, logre entrar vía repechaje.
Irapuato y Celaya son dos municipios que están también en el rubro de prioridades de los analistas de riesgos en el partido gobernante. Desde ya, se está reforzando con lo que esté al alcance las gestiones de Javier Mendoza y Lorena Alfaro, perfilados ambos para la reelección, pero con muchos fierros en la lumbre.
Una estrategia clara para ayudarles a levantar el vuelo bajo la premisa de que ya tienen la bendición del gobernado. Veremos si es “cueste lo que cueste”, aunque el costo sea la derrota. Y justo ahí no hay que dejar pasar lo dicho por el diputado local panista Martín López Camacho quien dijo que quiere ser candidato en Celaya por el PAN o por la vía independiente.
El que avisa no traiciona, reza la frase. ¿A quién le quitaría votos el presidente de la Comisión de Seguridad del Congreso local? Y la otra: ¿cuántos casos más como el de Martín pondrán en predicamento al PAN en el estado?
En el panismo actual, diagnósticos van y vienen. Varios de ellos que hablan de una elección muy competida y de más de una veintena de municipios en los que la disputa -sobre todo con Morena- será palmo a palmo. Otro más que habla de un alejamiento real de las cúpulas (ahí donde el exgobernador Márquez pone el tono más crítico) con la militancia que podría hacer crisis cuando lleguen los tiempos electorales y el pastel no alcance para todos.
¿Quién estará para sobar chipotes en una coyuntura en la que se cancelan las vías de la conciliación y se privilegian la presión, los ultimátum, el fuego amigo desde los frentes en pugna?
¿Habrá altura de miras en este caótico momento?
El Frente Amplio por México estatal, el PAN, las agrupaciones civiles que lo integran, el PRI y lo que exista del PRD en el estado se van a movilizar en Guanajuato -como en el resto del país- para tratar de darle fuerza en las plazas públicas lo que no se logró en las urnas.
Vamos a ver cómo les va en estas tierras que debieran ser su hábitat natural y sin problema, la movilización y acarreo del PAN podrían poner a Guanajuato entre los estados dignos.
Del lado del PRI fue el dueño de la franquicia, Alejandro Arias. Llama la atención que ni siquiera por haber sido en la sede panista la rueda de prensa, apareció el dirigente estatal del PAN, Eduardo López Mares.
Y ya sabemos que el irapuatense no es el que manda en el partido, pero esa es la importancia que le da el blanquiazul al Frente.
