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Vaya choque se está dando entre las organizaciones que representan el sector privado y el Gobierno de México. La iniciativa presentada este jueves por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador para regular la figura de la subcontratación o el outsourcing, es considerada de alto riesgo por el Consejo Coordinador Empresarial, mientras Coparmex aseguró que la iniciativa “no acató el Convenio número 144 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que promueve el tripartismo y el diálogo social, en el que se asegura que las voces de las organizaciones de empleadores y trabajadores sean escuchadas”.

Pero vayamos por partes, la iniciativa del presidente López Obrador, presentada por su secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, pretende modificar la Ley Federal del Trabajo; la Ley del Seguro Social; la Ley del Infonavit; el Código Fiscal; la Ley del Impuesto Sobre la Renta, y la Ley del Impuesto sobre el Valor Agregado. La reforma prácticamente mata el outsourcing, a decir de la funcionaria, pues “no puede haber empresas que simulen relaciones laborales y que cuenten con trabajadores contratados con otros”.

El outsourcing esencialmente era la subcontratación de terceros para hacerse cargo de ciertas actividades complementarias a la actividad principal en las empresas, sin embargo, esta práctica fue cambiando al paso del tiempo al grado de que hay empresas sin trabajadores, pues estos son contratados por otra, que a su vez asume la mínima responsabilidad laboral hacia ellos, afectando sus prestaciones y con pagos mínimos, de forma tal que lastiman hasta sus pensiones.

Bajo esta circunstancia los trabajadores sufren abusos en las empresas donde realmente laboran, pero no pueden asumir la defensa de sus derechos en virtud de que es otra la empresa la que los tiene bajo contrato. Se han dado casos, inclusive, de los famosos sabadazos, donde ante ciertos problemas, son dejados sin empleo y sin poder acreditar responsabilidades.

La iniciativa precisa que la simulación en la relación laboral respecto a quién es el verdadero patrón, resta estabilidad en el empleo, afecta el pago de reparto de utilidades, impide la organización libre de los trabajadores y la negociación colectiva.

Estos abusos son la base que sustenta la desaparición del actual outsourcing, una práctica que se ha extendido, sobre todo entre la gran empresa, que han disminuido sus pagos de prestaciones al mínimo.

Sin duda tampoco se puede generalizar en estas malas prácticas laborales. Sin embargo, la praxis, ha dicho la Presidencia de la República, ha hecho que “justos deberán pagar por pecadores”, en esos términos. La iniciativa busca prohibir que una persona física o moral proporcione o ponga a disposición trabajadores propios en beneficio de otra.

Además, en materia de servicios y obras especializadas, se regulará la prestación de este tipo de contratación, siempre y cuando estos no formen parte del objeto social ni de la actividad económica de la beneficiada de estos. Finalmente, las agencias de colocación serán reguladas, pues estas podrán intervenir en el reclutamiento, selección, capacitación, entrenamiento de los trabajadores, pero tendrán prohibido que contraten en sustitución del patrón de los empleados.

Lo que la reforma pugna es que no haya empresas que simulen relaciones laborales y que cuenten con trabajadores contratados con otros, y de paso, se evite la evasión fiscal.

El presidente de Coparmex, Gustavo de Hoyos, ha señalado que debieron ser tomados en cuenta los empresarios en la elaboración de la propuesta legal, citando que la OIT precisa que deben ser consultadas todas las partes en una reforma de este tipo. La pregunta para el sindicato patronal es por qué han callado ante los abusos a los trabajadores, los cuales también regula la Organización Internacional del Trabajo.

Lo no dicho es que la reforma, en esta ocasión, si pondrá orden contra una serie de abusos laborales y prácticas desleales, que, de persistir, serán cuestionadas en el marco del T-MEC que exige condiciones de justicia laboral para empatar a las tres naciones.

En esta sí, lo que no es parejo, es chipotudo.

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