“La verdad yo quiero reconocer a Paco García León (titular de la comisión Estatal del Agua) y a Libia Denisse García Muñoz Ledo porque entre los dos atendieron a los 12 módulos del Distrito 011 que agremian a los 24 mil trabajadores del campo y ante notario están firmados la cesión de derechos de esta agua y como dices (secretario de Gobernación), hemos hecho la tarea”
Diego Sinhue Rodríguez Vallejo
Tras la visita de Adán Augusto López cuyo discurso fue la sucursal del reino de la simulación, las quinielas se abren para vaticinar cuánto tardará el nuevo sablazo desde la mañanera para que el presidente Andrés Manuel López Obrador diga exactamente lo contrario de lo que dijo su número 2 de Guanajuato hace unos días.
O bien, que el secretario de Gobernación vaya a otro estado y otra vez embista contra el estado. No sería la primera ni la última vez que en el péndulo del discurso de la 4T hacia Guanajuato, se mueva otra vez hacia la crítica y el cuestionamiento.
No hay forma de que alguien pueda creer que la 4T va a moderar sus posicionamientos frente a Guanajuato cuando se acercan los tiempos preelectorales y este, sigue siendo un bastión que ha sido inexpugnable para el morenismo.
Y lo hemos visto desde diversas perspectivas en los últimos tiempos. Publicaciones editoriales, análisis, estadísticas. No ha sido un terreno propicio para los morenistas… hasta ahora. En ese contexto, el discurso, que nadie tenga duda, se volverá a endurecer.
Porque, también hay que decirlo. La distancia entre el PAN y Morena se ha acortado como lo demuestra la reciente encuesta publicada en Correo. El sondeo muestra una ventaja en intención de voto por partido, más amplia que lo que dice el optimismo morenista, pero más corta, que el triunfalismo azul.
Por lo que se ve hasta ahora, el principal adversario a vencer de la 4T saldrá de la propia 4T. La pobreza de perfiles capaces de generar una candidatura sólida de parte de PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano hasta el momento hace que Morena siga siendo favorito para ganar la elección de 2024.
Ayer, el senador Ricardo Monreal, con el evento que encabezó en la Arena México dio un paso que parece definitivo en la ruptura con el lopezobradorismo.
Y en este momento parece que solo su rebelión y la que pudiera protagonizar en su momento, Marcelo Ebrard, podrían poner en riesgo un nuevo triunfo morenista en 2024. Falta mucho todavía, pero la oposición partidista carece de “punch” para prender como prenden los rebeldes de la 4T.
Plan de Seguridad, a cuatro años: Policías Municipales, el gran pendiente
A cuatro años del lanzamiento del plan de seguridad del gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, está muy claro de qué pie cojea ese plan. Y cojea de lo que debería ser su fortaleza principal: las policías municipales
“Coordinación con los municipios porque desde abajo se construye la seguridad. También vamos a trabajar con el gobierno federal. Nos vamos a sumar a la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador. Coordinación, no subordinación”.
Esto decía el mandatario estatal en la parte medular del discurso pronunciado hace exactamente un día como hoy, de 2018.
Se proponía trabajar para devolver la paz y la tranquilidad a los guanajuatenses al trazar un plan que partía de un reconocimiento a lo que no había funcionado con su antecesor Miguel Márquez. Y el problema era y sigue siendo que quienes capitaneaban ese proyecto, eran los mismos que habían fracasado en el anterior.
El plan dieguista apostaba fundamentalmente a una mayor inversión en seguridad para equipamiento, en una bolsa millonaria para los Municipios, en reformas legales, en una nueva unidad de inteligencia financiera, creación de nuevas policías, un nuevo modelo de capacitación y un consejo estatal de seguridad que, en el papel, iba a ser más efectivo que cualquiera de los anteriores.
En los roles que iban a jugar los protagonistas, varias cosas cambiaron sobre la marcha. Marco Antonio Sánchez Aparicio, secretario técnico del Consejo Estatal de Seguridad perfilado como vocero en la materia, simple y llanamente no apareció.
En su lugar, emergió Sophia Huett López, a quien le crearon un cargo de comisionada y que al final ha sido la vocera y más que ello, el pararrayos para el ejecutivo, el Fiscal y el secretario de Seguridad del Estado quienes, de manera estratégica, han permanecido alejados de los micrófonos y de los reflectores.
No todo ha sido oscuro. Algunas iniciativas legislativas ya son leyes, el plan de las prepas militarizadas avanza, la UIF ya opera y la Fiscalía General ha hecho detenciones importantes. El líder del Cartel de Santa Rosa de Lima, Antonio Yépez ‘El Marro’ fue capturado hace dos años, pero eso no ha significado la reducción de la violencia en la zona Laja Bajío.
No ha sido capturado y la peor noticia es que los Municipios no se suman con la misma intensidad o hasta se muestran indolentes ante la estrategia.
Aún más, la sintonía inicial con el gobierno federal se desdibuja y la partida de la Marina es un hándicap en contra. Mucho más complejo de lo que esperaba y con la misma dupla que no pudo con el paquete en el sexenio anterior, el golpe de timón queda mucho a deber.
Y lo dicho, el gran tema está en la asimetría en las policías municipales. En estos 4 años, las corporaciones de las cuatro ciudades más pobladas del estado ya tuvieron sus crisis.
León en 2019 cuando tronó el modelo de Bernardo León por los excesos de un funcionario de medio pelo y la tolerancia de quien era el secretario de Seguridad, Luis Enrique Ramírez Saldaña. En Celaya, la inestabilidad ha sido la constante. Hace tres años, José Carlos Ramos renunciaba a la dirección de Policía de Celaya, 20 días después de haber asumido el cargo, tras escapar milagrosamente de un atentado.
En su lugar llegó Miguel Simental, que tampoco fue la solución ni ahí ni en Irapuato en donde se han dado dos de las peores masacres.
En Celaya, hace unos meses mataron al hijo del alcalde Javier Mendoza y en Irapuato, Lorena Alfaro no halla la puerta a las herencias incómodas de Ricardo Ortiz.
En Salamanca, donde el alcalde panista Antonio Arredondo desmanteló la policía municipal que apenas se está rehaciendo con César Prieto, acaban de matar a cuatro taqueros.
Y bueno, hoy Alvar Cabeza de Vaca abandera un discurso que es opuesto al del sexenio anterior cuando hablaba del mando único como la alternativa a los Municipios. Presume que Guanajuato tiene una policía estatal capacitada y bien pagada lo cual es cierto.
Pero, como la inmensa mayoría de los funcionarios, no reconoce que parte del rezago que viven las policías municipales se funda en la estrategia que él ejecutó en el sexenio anterior.
Algunos panistas de esos que no tienen cargo rimbombante pero que son de los que se disciplinan cada 6 años con el candidato oficialista, recuerdan que antes de 2012 y 2018 para estas fechas ya, la burocracia azul tenía la señal clara de quién sería el delfín del gobernador en turno.
Cuando Juan Manuel Oliva gobernaba, se encargó de dejar claro que su gallo era Miguel Márquez Márquez. Nadie cuestionaba al interior del gobierno olivista ese dedazo aunque el exalcalde de Purísima, sabía que tenía que pasar un proceso interno.
Seis años después, Miguel Márquez enfrentó un entorno totalmente diferente porque tuvo que construir un candidato diferente al que algunos esperaban.
El entonces senador Fernando Torres Graciano quien se murió en la raya para que Márquez fuera el delfín por encima incluso de las pretensiones de un Yunque que estaba ensoberbecido y que creyó que podía empujar a Gerardo Mosqueda y del bronx tradicional que en ese momento tenía como precandidato estrella al secretario de Salud, Ángel Córdova Villalobos, no fue el favorito del gobernador en turno.
Miguel Márquez no tenía confianza en Torres Graciano y entonces buscó a un delfín alterno. Lo encontró en Diego Sinhue Rodríguez Vallejo a quien convirtió en secretario de Desarrollo Social y Humano y luego en el precandidato oficialista.
Y fue entonces que tuvo que doblegar la rebeldía de Torres Graciano ante la falta de oposición en el bronx tradicional.
Y hoy, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo comienza a tejer la sucesión panista de un modo totalmente distinto porque sabe que ya no hay grupos en el PAN que se atrevan a desafiar al oficialismo. Y entonces, pareciera que otra vez el delfín vendría de donde salieron los últimos dos gobernadores por el nombramiento que hizo Diego Sinhue Rodríguez Vallejo de Jesús Oviedo.
El punto es que el bajo perfil que siempre ha distinguido a Oviedo, hace dudar a algunos de que realmente sea el favorito o que el propio exalcalde de Cortazar, desee esa aspiración.
Y es que llama la atención el protagonismo que ha alcanzado la secretaria de Gobierno, Libia Denisse García Muñoz Ledo quien, en abono a su posicionamiento, tiene la “ventaja” de que hoy los temas de seguridad tienen más atención mediática que los de Desarrollo Social, aunque los de seguridad no son para presumir en resultados.
Adicionalmente, la exdiputada local ha gozado de deferencias de parte del gobernador como haber hablado en representación del gobernador con el periodista Javier Alatorre en una entrevista para Televisión Azteca.
Eso en tiempos en los que vivimos el viejo tapadismo del PRI en versión azul, parece inclinar la balanza a favor de la secretaria.
Hay que recordar que ellos no compiten directamente porque primero se define el género del candidato o candidata y luego quién será él o la afortunada. Se parte de la idea de que desde Guanajuato se optará por uno u otra.
Hay quienes no tienen dudas de que a pesar de la lectura de estas señales, Oviedo sigue teniendo una ventaja sobre Libia Denisse: su solvencia como empresario y no tener cercanía ni compromiso con políticos influyentes que lo puedan condicionar y eviten que Diego Sinhue, garantice posiciones para el futuro a sus cercanos (Aldo y Alán Márquez; Carlos Alcántara).
Una situación distinta a Libia Denisse García quien fue cercana a políticos cono Fernando Torres Graciano y al diputado local, Miguel Salim que podrían hacer ruido en los pactos dieguistas. Habrá que seguir la pista a ese dato.
