El sistema educativo y su hora de la verdad

Concluido el proceso de vacunación al magisterio de Guanajuato, como paso previo al arranque de los trabajos del programa piloto para el regreso a las aulas, la SEG se encuentra lista para enfrentar la hora de la verdad. Con la manifestación de una actitud colaborativa y muy profesional, los docentes nos brindan una lección de compromiso y responsabilidad vocacional para salir al encuentro amoroso de sus alumnos.

Aunado al excelente dispositivo que permitió desarrollar de forma ordenada, ágil y con una logística bien cuidada la vacunación de más de 100 mil docentes y personal administrativo, el Sistema Educativo del Estado de Guanajuato concretiza los preparativos para la reapertura de las escuelas de forma segura y con la prudencia institucional requerida. Ahora es conveniente que desde la familia también haya disposición y cuidado para que nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes mantengan la disciplina de autocuidado que han seguido durante el confinamiento.

Muy cierto que tras los cuidados administrativos, operativos y actitudinales de la reinserción socioeducativa surgirán otros de similar importancia, como los advertidos mediante un exhorto legislativo del Congreso del Estado sobre el aseguramiento de las condiciones de infraestructura y sanitarias de las instalaciones escolares, que previamente la SEG cuidó como requisito para la incorporación de participantes del piloteo.

Pero, aunque muchas vayan a ser las resistencias para salir del confinamiento escolar, ya es hora de levantar el vuelo y retomar nuestro lugar en la dinámica de la existencia de la humanidad. Arrancando los trabajos de la vida escolar tendremos la oportunidad para comenzar la revisión y registro de daños, ya vendrá con la concurrencia de todos los actores educativos, los cuerpos sociales concurrentes y los medios de comunicación la aparición de los datos catastróficos en cuanto a rubros como pérdidas diversas por abandono, lagunas y brechas de aprendizaje, factores de riesgo socioemocional, carencias técnicas para la reapertura total de las instituciones o la capacidad para proporcionar la atención educativa bajo las condiciones de la nueva realidad.

Ciertamente que el reto de reactivar la enorme maquinaria educativa del estado no es tarea fácil, que levantar el andamiaje escolar para dinamizarlo al nivel de la exigencia de los tiempos no es tarea sencilla, pero esto es semejante a cuando Japón dio los primeros pasos entre la muerte y la desolación tras los vestigios de las bombas atómicas, detonadas contra dos de sus ciudades, y verse atrapados entre sentarse a llorar desconsolados dejándose consumir por la desgracia, o levantarse con dignidad y comenzar a recoger los escombros para con ellos edificar un futuro prometedor.

Hoy Guanajuato tiene frente a sí la disyunción existencial de dejarse llevar por la inercia del ya pasará o decidirse a tomar las riendas de salir y conquistar su destino. Sí habrá situaciones preocupantes y en un estado muy crítico tras el cierre de las escuelas por más de un año, sí hay condiciones sanitarias de alto riesgo pues el virus no ha cedido ni hemos superado la pandemia, pero debemos aprovechar el intervalo de aparente calma para abordar la reactivación de la vida social, económica y educativa con protocolos sanitarios y una nueva cultura de rigurosa protección personal y comunitaria.

Quizá sea cierto que viene una fatídica tercera ola de contagios, que vienen cepas de virus mutados de mayor peligro, pero también el organismo humano ha desarrollado su capacidad de adaptación a las condiciones acosantes, también viene la fe que fortalece al espíritu y la resiliencia personal y social, también se acerca el momento de decir: prueba superada. Hoy debemos organizarnos y unirnos como comunidad educativa para salir adelante con nue stras jóvenes generaciones.

Una sociedad valiente y previsora, superará las crisis de su destino y emergerá victoriosa.