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Incertidumbre y desazón

Opinión

Héctor Andrade Chacón - Sociedad y economía

El inicio de año ha sido muy difícil para las familias en el país. La entrada de la cuarta ola de contagios por COVID-19, esta vez con la variante Ómicron, la de transmisión más veloz en la historia, al momento, está provocando la infección de más de 30 mil mexicanos por día y en una tendencia creciente, lo que necesariamente repercutirá en la planta productiva, con aquellos puestos abandonados por personas enfermas y agotará nuevamente nuestro sistema de sanidad, pues comienzan a llenarse las camas de hospital.

A esta circunstancia, debe sumarse el aumento de precios en insumos básicos, a partir del aumento en los energéticos y escasez de importaciones o baja producción local. Un ejemplo que está sorprendiendo a las familias mexicanas, es el precio del limón, que ayer alcanzó los 80 pesos por kilo. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) dio a conocer que del 15 de diciembre 2021 a la segunda semana de enero de 2022 el limón se incrementó 180 por ciento y la naranja 64 por ciento. Ambos frutos esenciales para el consumo de vitamina C.

De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es, entre sus integrantes, el tercero con mayor inflación alimentaria, con aumentos de precios en 10.8 por ciento al mes de noviembre. En la lista de las mayores alzas, están: Turquía 27.1 por ciento, el mayor y luego le sigue Colombia con 15.3 por ciento.

Cualquier consumidor que acuda a los mercados, y más a los llamados supermercados, en el estado de Guanajuato, no necesita estos estudios de la OCDE para saber que los precios están en las nubes y que hacer la despensa ya lleva el doble que hace seis meses. Eso sí, los datos de la organización muestran que estamos manejando muy mal la inflación alimentaria, siendo los terceros con la tasa más alta del grupo de los 38 países más ricos del planeta. En la mesa de los guanajuatenses y demás compatriotas, duele el alza de precios.

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Y si estas condiciones, entre otras, nos causaba preocupación, la tarde de ayer, de manera sorpresiva se ha generado un anuncio que ha causado verdadera incertidumbre y que empezó en redes sociales a buscar respuestas, en espera de resultados negativos en el mercado. El grupo financiero Citi, dueño del banco Citibanamex, anunció que ya no seguirá con él, sin decir si hay un comprador en su horizonte.

El grupo informó que “pone a la venta todo su negocio minorista en México, incluida la marca Banamex, la Afore, casa de bolsa, así como su negocio minorista, tal es el caso de cartera de crédito, tarjetas, crédito a empresas, entre otros”. Por si fue poco, también puso a la venta todo el patrimonio cultural propiedad de Banamex, incluidos los recintos, el acervo cultural, entre otros. Es decir, se deshacen de todo.

La preocupación se hizo en sus clientes, a los que la institución les informó que nada pasará ahora con sus cuentas ni con sus tarjetas o manejo de cajeros. La cosa no es menor, para la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el llamado Grupo Financiero Citibanamex es el tercero más grande de México, con un total de un billón 433 mil 851 millones de pesos. Cuenta con mil 276 sucursales bancarias, 9 mil 012 cajeros, 7 millones 168 mil 038 tarjetas de crédito, 209 mil 373 de débito, y 31,406 empleados.

Algunos tratando de aminorar la determinación, explican que es una estrategia global para fortalecer a Citi. Pero, cuando el negocio que tienes en México, era de los más boyantes y lo abandonas, es porque algo pasa. Citi dice que se queda con los clientes mayoritarios, para los cuales registrará un nuevo nombre. No basta que se afirme la decisión se tomó sin atender la perspectiva país, al menos la mayoría de las analistas no lo creyó anoche.

Muchos se preguntan si Citi percibió un duro golpe financiero donde sea un alto riesgo el llamado mercado minoritario, donde están los usuarios comunes, que usan sus tarjetas de crédito, sus créditos hipotecarios o manejan cuentas de ahorros. Inflación, devaluación, descontrol gubernamental, cierre de empresas, cosas ya vistas en el pasado. Por qué abandonar el barco en este momento, es la pregunta.

Más allá de ello, hay que estar atentos a lo que pasa en el país, ya que, aunque el gobierno federal sostiene que todo va muy bien, la realidad es otra. Por ejemplo, en 2021 se registró una salida acumulada de capitales extranjeros en el mercado de deuda emitida por el gobierno mexicano, algo superior a la fuga de fondos del 2020, cuando también se había inscrito una fuga récord. El hecho se señala como histórico por los montos. ¿Por qué abandonaron el barco también?

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A lo largo del 2021, les aparecieron alas y volaron fuera del país 257 mil 601 millones de pesos, cerca de 12 mil 628 millones de dólares; una cifra levemente superior a la de 2020, de 257 mil 239 millones de pesos. Todos son datos del Banco de México. La explicación es que los inversionistas ven un gran riesgo en el país y que hay fragilidad por el actuar del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y por la propia pandemia. La salida de ambos años suma la friolera de 514 mil 840 millones de pesos, algo así como 24 mil millones de dólares. La mayor salida de fondos registrada en México desde que se llevó la cuenta de estos, en el año de 1991. La deuda nacional está perdiendo sus puntales.

Ahora bien, ayer, Bank of America Corp., ya ajustó -y eso que no hemos llegado ni a la primera quincena de enero- sus cálculos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país. Recortó el crecimiento de 2.5 por ciento a 1.5 por ciento, pues avizoran un año muy difícil para el país, donde destacan la política presidencial de carácter estatista, absorbiendo recursos públicos para proyectos que no están causando beneficios reales a la economía en general, de hecho, se debilita el sector privado, afectada en gran medida por la pandemia, lo que no permitirá alcanzar los niveles de producción esperados.

Así la recuperación del -8-2 por ciento del PIB perdido en 2020 por la pandemia y su mala gestión en México, no será posible lograrla en 2022, habrá que esperarse hasta 2023. Claro son análisis tempranos, pero todos estos indicadores sólo nos llevan a un escenario de desconfianza y temor. Cuide su dinero…

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