INPI sin garras y “galardón” a policías

Dicen que en política la forma es fondo, y eso se puede aplicar a León Rodríguez García, profesor originario de Cieneguilla, en la Congregación Otomí de Tierra Blanca. En febrero de 2020, con motivo de la visita de López Obrador a ese municipio, fungió como orador y vocero de los indígenas. En ese momento era docente, también ejercía el cargo de cronista oficial en esa alcaldía.

A la vuelta de los días pudo saberse que su rol protagónico en aquel evento era una carta marcada de la federación, pues resulta que a los dos meses le fue otorgado un cargo público federal relevante, lo nombraron director del Centro Coordinador para el Desarrollo Indígena, con sede en San Luís de la Paz, oficina adscrita al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.

Desde el 13 de abril del año pasado está al frente de un equipo de diez personas, algunas llevan hasta veinte años en esa nómina que cuesta anualmente poco más de un millón de pesos.

No se puede negar que conoce la problemática indígena del noreste de Guanajuato, proviene de esas raíces. Sin embargo, ya enfilándose a cumplir dos años todavía no parece que en el desempeño de sus funciones esté tejiendo algo significativo, o estructurando algún zarpazo atrevido que haga honor a su nombre felino.

Malas compañías…

Por el contrario, en las recientes campañas León Rodríguez fue protagonista de un suceso que lo mostró sumiso y puso en entredicho su apego a la ley. Y es que el ahora diputado local del PAN, Armando Rangel Hernández, hábil en utilizar electoralmente las tradiciones culturales, involucró a este funcionario en la realización de un video promocional de su candidatura, el mismo Rodríguez García aparecía en escena en el contexto de la descripción de una fiesta Otomí, eso lastimó a pobladores depositarios de esas raíces quienes en redes sociales expresaron su inconformidad. Imposible que este servidor público del INPI, como igualmente el legislador, no supieran que hacer mancuerna proselitista configuraba un acto ilegal.

Esa cercanía con Rangel Hernández y el usar la identidad cultural con fines partidistas mermó su credibilidad en su propio entorno comunitario, y no se diga luego de la revelación aquí en Correo, en esas mismas fechas, de un entramado de presunto tráfico de influencias en torno a dineros públicos del INIFEG, urdido por el diputado ludovicense para beneficiar a uno de sus hijos con obra pública.

La temática indígena tiene una extensa agenda pendiente que está esperándolo, por citar un ejemplo, podría animar el debate público y hasta legislativo sobre un asunto tan importante como el “Padrón de Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guanajuato”, en el cual Sedeshu, con irresponsabilidad y ligereza incorporó una larga lista de falsas comunidades originarias.

Luego del bajo perfil en que se ha manejado, y del lamentable desliz de oscilar de vocero en un evento presidencial, a peón del diputado Armando Rangel, ya es momento de que León Rodríguez muestre si acaso trae garras y melena…

Maximiliano Ríos Escalera: Premio Floral…

En San José Iturbide, el expolicía federal poblano, Maximiliano Ríos Escalera, todavía no da pruebas de las supuestas virtudes con que la alcaldesa Cindy Arvizu lo anunció para encabezar el área de seguridad, aunque en materia de tino literario él y sus policías ya podrían recibir el Premio Floral Iturbidense.

El pasado jueves por la mañana, a la altura de una vivienda donde hasta hace poco vivió el ex acalde morenista Genaro Zúñiga, un joven caminaba a su casa familiar localizada a pocos metros de ahí. De pronto lo interceptó una patrulla de la que descendieron tres elementos. Con actitud intimidatoria y tono altanero le indicaron que le harían una revisión porque según ellos “reunía las características de alguien que cometió un delito”.

Ante la brusquedad con la que lo agarraban y jaloneaban, los cuestionó. En igual actitud retadora llegaron en otra unidad más policías y un civil de traje que el joven considera pudo ser el propio Ríos Escalera. Fue hasta que activó su teléfono para hacer una transmisión en vivo que se contuvieron y bajaron el tono.

En las últimas semanas han seguido sumándose ejecuciones en Iturbide, y la Policía municipal quien sabe sea por ineptitud o complicidad no toca al crimen organizado ni con el pétalo de una rosa, pero de lo que no hay duda es del olfato “artístico” de esos elementos con armas largas, pues la persona que tenían contra la pared era Vincent Velázquez Flores, poeta, músico, bailador, también sociólogo que en sus espacios editoriales suele hacer ejercicios críticos sobre el gobierno local. Se dirigía a desayunar a la cercana vivienda de su papá, el trovador de Los Leones de la Sierra de Xichú.

Todos los delincuentes se les van o cómo saber si algunos hasta están entre sus filas, pero lo que no se puede negar, es que el secretario de Seguridad Municipal, Maximiliano Ríos y sus muchachos, pueden ser torpes para detectar malandros, pero tienen ojo “poético” …