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La jefa de epidemiología de la Secretaría de Salud y los 168 casos positivos en 10 días de clases presenciales

Opinión

Miguel Zacarias -Palabras Mayores

“Hemos registrado ya casos en 29 municipios, ellos son 85 entre personal docente, 83 en alumnos… y reiterar nuevamente que no estamos diciendo que estos casos se hayan contagiado dentro de los salones o dentro de las escuelas, son los casos que se han registrado en estos grupos de personas que esta es su actividad fuera o su actividad laboral. Reitero nuevamente, el mayor número de brotes se da de forma intradomicilaria en reuniones sociales, durante los fines de semana”

Hace un par de semanas cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a retomar en una mañanera, el tema del fraude electoral del cual, según su dicho reiterado, fue víctima en 2006, en esta columna me preguntaba qué pasaría por la mente del procurador Federal del Consumidor Ricardo Sheffield Padilla quien escuchaba a 2 metros de distancia en Palacio Nacional a su jefe y que en aquél momento, era ferviente calderonista.

El político leonés me respondió a esa inquietud a través de un video que publicó en su página de Facebook el pasado jueves 9 de septiembre.

Sheffield recuerda que en 2006 era el coordinador de la campaña del entonces candidato presidencial panista Felipe Calderón Hinojosa y que instaló unas oficinas propiedad de Ricardo Alaniz Posada, exalcalde leonés y empresario que ha aportado a la causa azul y que seguramente volverá por sus fueros en el próximo trienio en León por la cercanía histórica que tiene con Alejandra Gutiérrez, alcaldesa electa y con su esposo, Eduardo Ramírez.

En ese tiempo, Juan Manuel Oliva era el candidato panista a la gubernatura y según el dicho de Sheffield, “todos los días” pedía, lo quitaran de la coordinación de la campaña.

El ahora morenista recuerda una anécdota. En una ocasión venía con Calderón a bordo del “Hijo Desobediente”, el autobús oficial de campaña de los panistas. Narra que en Valle de Santiago, Oliva se subió al camión por una cita que tenía con el candidato presidencial.

De acuerdo a Sheffield, frente a él, Oliva le dijo a Calderón que el único objetivo de la cita era que lo quitara de la coordinación de la campaña a lo que en un principio se negó el político michoacano. El tono del dialogó subió de tono, según Sheffield al grado que Calderón le pidió que bajara del autobús y adelantara a Yuriria, sede del siguiente evento.

Después de ese episodio, finalmente Sheffield fue removido de la coordinación de la campaña y exiliado en la ciudad de México con Juan Camilo Mouriño, ya fallecido y quien fuera uno de los más cercanos colaboradores de Felipe Calderón. En lugar de Sheffield se designó a Ricardo Torres Origel.

El también exalcalde panista dijo que a partir de entonces lo mandaron a trabajar en la campaña presidencial a otros estados como Sonora, Yucatán o Colima: “¿por qué mantenerme tan alejado de Guanajuato y por qué un servidor era un escollo en el estado de Guanajuato para las elecciones? ¿qué querían hacer que yo no les iba a ayudar a hacer. Eso estaba pensando”, se pregunta en el video, Sheffield a manera conclusión.

Cabe recordar que la relación entre Sheffield y Oliva siempre fue ríspida y con mayor razón cuando en la segunda parte del sexenio de este último, Sheffield fue alcalde leonés cuando hubo un abierto enfrentamiento.

Solo mejoró muchos años después cuando ambos se aliaron para empujar al entonces senador Fernando Torres a tratar de desafiar al precandidato del oficialismo a la gubernatura en 2018, Diego Sinhue. Pero Sheffield recuerda de manera conveniente que el exgobernador lo sacó de la jugada para dejarlo fuera de la operación electoral y a salvo de cualquier implicación en la tesis lopezobradorista del fraude desde Guanajuato que a 15 años de distancia, no supera el presidente.

Pese a ser el partido gobernante en Guanajuato y a que se trata de una de sus banderas más importantes, el PAN sigue cometiendo errores básicos de estrategia para fijar sus posturas en temas, fundamentales para ellos.

El pasado viernes los diputados federales azules convocaron a una rueda de prensa para hablar del paquete presupuestal que llegó a San Lázaro, enviado por el ejecutivo federal. Ese era el tema pero era obligado preguntar a los panistas sobre la resolución de la Suprema Corte de Justicia que invalidó las cláusulas de protección a la vida en constituciones de 21 entidades del país entre ellas la de Guanajuato.

Obvio, Román Cifuentes y Ector Jaime Ramírez Barba criticaron la resolución. El punto es que, habiendo diputadas en el bloque azul de legisladores o la misma senadora Alejandra Reynoso, los azules no hayan contemplado invitarlas para articular una respuesta más sólida.

¿Solo hombres cuestionando la decisión de la Suprema Corte sobre el aborto? Tratándose de un tema tan delicado y sensible cómo es el aborto resultaba indispensable que las mujeres panistas tomaran el micrófono. Fallas de preescolar en la logística panista en un tema en el que pese a pertrecharse en la calidad de bastión que tiene Guanajuato, sigue quedando literalmente “acorralado” por la realidad.

LA FISCALIZACIÓN SELECTIVA DEL PAN

En las gestiones, del PAN-Gobierno en Guanajuato, los villanos favoritos son los adversarios políticos. Los funcionarios o gobernantes que pertenecen a otro partido político son materia de obsesión y con los de casa son muy benevolentes.

Los gobiernos azules han perseguido con denuedo y sin piedad a Bárbara Botello quien desafió como pocos a los gobiernos azules.

A nivel estatal, Isabel Tinoco, secretaria de Transparencia y Rendición de Cuentas en los tiempos de Miguel Márquez navegó en la intrascendencia total durante 6 años y no encontró ni un pez gordo. Vamos, ni un charalito siquiera.

Aunque hay algunos panistas que trataron de ser autónomos y los pararon en seco. Es el caso de Luis Ernesto Ayala Torres quien fue secretario de la Gestión Pública unos meses durante la administración de Juan Manuel Oliva.

Renunció, apenas confirmó que el mandatario en turno lo iba a acotar y no podía actuar libremente para castigar a cercanos y compadres.

Uno de los casos más sonados fue el de Genaro Carreño Muro, el político salmantino a quien hace exactamente 12 años la secretaría de la Gestión Pública aplicaba un castigo de risa: 15 días de suspensión de su encargo por irregularidades en la asignación de una obra.

Carreño Muro recibía una sanción irrisoria, funcionarios que dependían de él eran castigados con mayor severidad por el mismo caso.

Al subsecretario de Obra, Hugo Almaraz Moreno, lo inhabilitaron por un año con 4 meses, además de multarlo con 120 días de salario mínimo.

Al director de Infraestructura, Jaime Ramírez Robles y al director de Servicios Jurídicos, Adolfo Flores Ortega, los suspendieron 72 días de su cargo como responsables principales de la asignación de esa obra.

En las mismas, Juan Carlos Delgado Zárate compadre de Oliva quien también fue sancionado.

Carreño no solo fue perdonado sino premiado con una candidatura a diputado.

En la siguiente administración encabezada por Miguel Márquez, la sanción de risa fue para el secretario de Turismo Fernando Olivera.

Hace 3 años, la comisión de Hacienda del Congreso del Estado aprobaba el informe de auditoría de la Cuenta Pública del ejercicio fiscal 2017 realizado por la Auditoría Superior del Estado (ASEG) con 52 observaciones, la mayoría no solventadas y 19 recomendaciones.

Entre las dependencias más observadas estaba la secretaría de Turismo cuyo titular Fernando Olivera Rocha todavía estaba en el cargo y sin posibilidad de ser considerado por Diego Sinhue Rodríguez.

Y es que la ASEG realizó al menos 4 observaciones a la secretaría de Turismo del Estado por la celebración de contratos para promover la oferta turística de Guanajuato que involucraban 41 millones de pesos en los que no se garantizaron las mejores condiciones de contratación, no se cumplieron los procesos adecuadamente o no existen evidencias de la realización de campañas, hechas en Latinoamérica y Estados Unidos.

LA PANDEMIA Y EL REGRESO A CLASES PRESENCIALES: EL PRIMER CORTE

168 contagios en 10 días de regreso a clases presenciales en Guanajuato pueden ser mucho o pocos según la perspectiva de análisis. Si se dice que en la primera semana solo se dieron 13 y más de 150 en la segunda, sería un dato preocupante.

Pero si se dimensiona que en la distribución casi se reparten por mitad entre maestros y alumnos y que estos se dieron en planteles de 29 municipios, la reacción cambia.

Hay un dato que nunca podremos saber y que sería vital para un análisis más puntual: saber si los contagios se dieron dentro de las escuelas o las aulas o en las casas o en algún otro lugar.

Porque para los detractores del regreso presencial, cualquier dato será suficiente para cuestionar la medida del retorno. Las modalidades que se eligieron en el sector público fueron más o menos homogéneos en torno a la distribución de los salones y los grupos no así en los privados que eligieron diferentes estilos para dar forma a la

Hay instituciones que lo hicieron cada tercer día o hasta diario. Algunos más solo asisten un día a la semana. El análisis en ese tenor no es tampoco nada sencillo.

El Instituto Lux de León por ejemplo que fue el más osado al decidir que sus alumnos asistieran cada tercer día. Y apenas en 10 días ya decidió cancelar las clases en un par de niveles.

Esto puede dejar claro que lo mejor es el gradualismo y empezar de a poco con lo más básico en las actividades y poco a poco abrir nuevos escenarios y no viceversa porque la percepción ante el cierre es justamente la del fracaso de las nuevas. Pero no hay ninguna duda de que este regreso presencial era justo y necesario para los menores. Quedarse en el escenario anterior de solo clases virtuales habría resultado una actitud de inmovilismo que la mayoría de los menores ya no podía aguantar sin tener efectos adversos

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