Libia García: sospechosa omisión…

Libia García: sospechosa omisión…

Al mediodía del jueves 22 de diciembre, el ex alcalde de Doctor Mora, Cristian Flavio Ríos Galicia, quien ahora está en la nómina de la Secretaría de Gobierno desempeñando labores de apagafuegos y monitoreo político, en la sala de cabildos del municipio de Xichú, dirigiéndose a los integrantes de la Comisión de enlace Institucional del comité comunitario organizador del 40 Festival del Huapango Arribeño y de la Cultura de la Sierra Gorda presentes en una reunión convocada y gestionada por el alcalde Francisco Orozco Martínez, expresó tener indicaciones del gobernador y de la secretaria de gobierno Libia Denisse García Muñoz Ledo, de “apoyar en todo lo que se ofreciera para que el Festival fuera un éxito”. También habían acudido a esa convocatoria personal de seguridad pública y de otras dependencias municipales relacionadas con aspectos logísticos que la autoridad local por mandato de ley debe asumir en eventos masivos, aun tratándose en ese caso de una iniciativa ciudadana.

Luego de abordar diversos temas y de que todos los presentes signaron una minuta, parecía que el poder ejecutivo por primera vez daba una señal de colaboración oportuna para coadyuvar al desarrollo seguro y ordenado de un evento que particularmente la noche del 31 de diciembre en un ambiente familiar, y con público de todas las edades, concentra una multitud proveniente de toda la región serrana así como de diversas geografías, pero que además esta ocasión tratándose del cuarenta aniversario reuniría a músicos provenientes de Cataluña, y a algunos de los más prestigiados y talentosos exponentes del verso decimal improvisado de Islas Canarías, Cuba, Puerto Rico y Argentina. Lo cual hasta por protocolo de rutina merecía estar en el radar de la autoridad, considerando que se trata de un evento no lucrativo y de una manifestación cultural muy singular para la cultura estatal y nacional.

“¡Yo no salgo…! “

Si bien todo apunta a que esta ocasión desde algún nivel del ejecutivo desactivaron a sus operadores panistas locales que en diversas fechas, incluido el fin del año, al margen de la legalidad suelen convertir en palenque un céntrico predio propiedad de un ex alcalde donde casualmente inicio su campaña a la gubernatura Diego Sinhue, resultó sumamente extraño que nunca llegaron más elementos para reforzar la seguridad y atender las contingencias de ese evento que en su momento más álgido concentró miles de personas. Sólo se veía la presencia de una decena de policías de las FSPE que rutinariamente están en la localidad y cuya labor cotidiana parece reducirse casi a solo a tomarse fotos y recabar firmas en negocios para hacer sus reportes. Ni siquiera se observó en la entrada del poblado un operativo de vialidad las primeras horas de la noche del 31 de diciembre cuando en decenas de autos se intensificó el arribo de los visitantes. En el tema de la seguridad pública se sentía un notable vació de autoridad.

Pasada la medianoche, con la plaza abarrotada por cientos de personas bailando al ritmo de la “topada” que libraban los trovadores Guillermo Velázquez y Tobías Hernández, en las instalaciones del edificio municipal se escuchó la respuesta de un policía a la pregunta de qué haría si en ese momento se suscitara una riña: “¡Yo no salgo! “– contestó medio adormilado-.

Fue la auto contención de la comunidad y de toda la gente que acudió de múltiples lugares, lo que hizo que la festividad transcurriera tranquila y sin incidentes. Situación excepcional considerando el consumo de alcohol, la diversidad de público, y el alto porcentaje de jóvenes rurales y urbanos que asistieron.

Según se equivocaron de día…

En horas posteriores al evento, cuando un integrante del comité organizador cuestionó al comandante de policía respecto a la ausencia de refuerzos, su respuesta fue “se equivocaron de día”. Y efectivamente, el domingo 1 de enero ya con la plaza vacía apareció una patrulla con algunos elementos. Sin embargo, esa justificación es inverosimil tratándose de un festival que durante cuarenta años se ha realizado en las mismas fechas y de lo cual las autoridades están plenamente enteradas, pero además, los propios policías asignados en ese municipio ya llevan algunos hasta cuatro años continuos, y luego, apenas una semana antes del evento, el funcionario Cristian Flavio Ríos acudió como representante de la Secretaria de Gobierno a una reunión preparatoria de las medidas que se aplicarían. Por todo esto resulta falaz el argumento de que se les olvidó la fecha.

Para fortuna de Libia Denisse García, responsable de la gobernabilidad, el espíritu comunitario y cultural de esa festividad masiva fue la mejor protección para que no hubiera incidentes lamentables frente a los ojos de muchos visitantes nacionales y extranjeros. Pero eso no descarta preguntarse si ella tuvo responsabilidad directa en esa injustificada omisión o en qué eslabón de la línea de mando de la Secretaría de Seguridad Pública, que dirige Alvar Cabeza de Vaca, se decidió no enviar siquiera una o dos patrullas a ese enclave serrano para mayor tranquilidad particularmente de los niños, ancianos y personas vulnerables que acuden a la fiesta.

Si fue una omisión involuntaria es cuestionable, y si fue un hecho deliberado es muy grave pues solo pudo ser producto de alguna mentalidad perversa y torpe. Alguien tendría que responder por qué y con qué propósitos se propició ese vacío de autoridad en un festival masivo, con presencia de personalidades culturales de diversos países, y en un poblado donde a pesar de la distancia apenas hace semanas un cartel delincuencial por primera vez colocó una de sus mantas propagandísticas.

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JRP