Los cimientos del trabajo político
El trabajo de fortalecer los cimientos de la política es deber de la sociedad en su conjunto y, en especial, de la familia o sus sucedáneos. Hace 50 años, se tenía clara idea de la naturaleza de la familia, que las modificaciones de la estructura económica han transformado, en muchas ocasiones, tratando de convertirla en fuente de felicidad o eliminándola en aras de la libertad individual.
En la familia y con especial encargo a la mujer, se sientan las bases de la moralidad social. Razón por la cual, deberíamos fortalecer la educación de la mujer, para que, a pesar de los cambios estructurales en la economía, el Estado se ocupe de crear condiciones, para que la madre tenga a su alcance los recursos indispensables par cubrir exitosamente su función, en las iniciales etapas de la vida.
Durante mucho tiempo, se consideró que el ejercicio de la política era función del varón y que la mujer, en la organización familiar se encargaría de la casa y de los hijos. Su pareja sería proveedor de los recursos económicos para sufragar los gastos.
El empobrecimiento de las familias, por causas de carácter económico; así como el desarrollo de la sociedad industrial y luego el neo liberalismo, abrieron la puerta del hogar a la madre para que, con su trabajo, nivelara las finanzas de la familia. Así se llegó en muchos casos a las llamadas familias disfuncionales en las que los hijos, a causa de la ausencia del cuidado maternal, cayeran en desequilibrios emocionales.
El ser humano vive inmerso en una fragilidad emocional que no advierte, que solamente la sufre y, cuya ausencia de afecto, cubre de muy distintas maneras; especialmente con la droga, que comienza con el cigarro, avanza con el alcohol o los solventes y termina en mariguana, cocaína o accediendo al infierno de las dependencias, por múltiples y variadas puertas. El problema de las adicciones es generalmente causa del abandono emocional. Gran número de padecimientos generadores del sufrimiento y la violencia, tienen su origen en la insatisfecha necesidad de ser amados, en el lato sentido del concepto. Todo ser humano debe tener la oportuna satisfacción de sentirse protegido para poder desenvolverse como ser racional, que aspira a ser libre y feliz.
La búsqueda del sentimiento fraterno y de la protección maternal son reconocidos, sólo raramente, como causas de adicciones tan insospechadas de culpa, como la ingesta que determina el sobre peso y, con ello, los padecimientos que aquejan a las instituciones de salud, que terminan por no darse abasto. Los recursos para remediar el mal se aplican tarde y cuestan más.
Debemos considerar que el ser humano tiene derecho a ser amado, más allá del discurso o la frase hueca. Amar es proteger, crear condiciones para la maduración emocional, conforme a la naturaleza de cada quien y derecho a realizar las potencialidades que la naturaleza le encargó, de lo cual depende su felicidad. Un ser humano insatisfecho en sus necesidades de afecto y protección; limitado o castrado en su desarrollo, será un ser que encuentre que la vida no es digna se de ser vivida, si en ella sólo hay puerta al sufrimiento.
El trabajo político debe ser reencausado, para que quienes lo ejerzan, sean capaces de condolerse del sufrimiento y buscarle alivio. Es necesario crear la infraestructura, para que la sociedad aprenda a amarse en el prójimo.