Los deberes para consigo mismo
Si deseamos construir una sociedad consciente, será necesario comenzar por definir, de común acuerdo, los deberes que deben regir la vida social y aprender de las terribles consecuencias del abandono de las obligaciones y del orden jurídico nacional en su conjunto.
Empero para vigorizar la vigencia de las leyes, es necesario comenzar por lograr la auto concientización del individuo, pues es a partir de la conducta individual, que se abandonaron los proyectos para fortalecer la vida en común.
Es necesario pensar en estrategias nuevas que rindan frutos a corto plazo, pues iniciar por las generaciones emergentes sin remediar lo que afecta a los adultos, es una quimera, pues la cultura de los viejos, acabará por desestabilizar las posibilidades de acceder a una meta que logre una sociedad mayormente consciente.
Promover desde la cúpula del poder, acuerdos para que los responsables de las instituciones se comprometan a cumplir y hacer cumplir la ley, desde su calidad ciudadana, sería modalidad que facilite a la sociedad, acceso exitoso a la realidad generada por la crisis sanitaria; cuyo desenlace, pareciera verse desde la comodidad de que todo se arreglará llevando al cadalso a unos cuantos, que pudieran resultar víctimas, que sería insuficiente para cimentar la vida social.
La crisis sanitaria, por lo intempestivo, no permite analizarla desde la perspectiva científica. La interpretación de la realidad parece ignorar condiciones tan objetivas como la deficiencia alimentaria desde la infancia, que incide en la vida social mucho más de lo que la mayoría suponemos.
Debe fortalecerse la vinculación entre la clase política y los científicos, fortaleciendo las condiciones para que unos y otros cumplan a cabalidad su misión. Es inexplicable el divorcio entre sectores importantísimos de la academia y quienes ejercen la política. No es fomentando gobiernos dentro del gobierno, como pueden superarse las dificultades que plantea la evolución de la sociedad, hacia el fortalecimiento de la ética en la vida social.
Con la misma intensidad puesto que son correlativos, deben promoverse los derechos y las obligaciones, para que todos seamos corresponsables de que las instituciones se fortalezcan con la vigencia de las leyes.
Impulsar la adhesión a los deberes para con nosotros mismos, partiendo de nuestra calidad racional y la dignidad que debemos recocernos como personas, serán las obligaciones que nos impongamos como condición para acceder a una realidad, que a lo mejor aún no imaginamos, pero que implicará adhesión firme a los valores de empatía y solidaridad.