Sábado, 11 Enero, 2025

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Los partidos políticos ante la realidad cambiante

Opinión

Editor Web

La realidad por la que transcurre actualmente la humanidad está sometida a cambios vertiginosos, muchos de ellos de impredecibles resultados. Por lo tanto, la sociedad está urgida de liderazgos con capacidad para representarla exitosamente para salir del conjunto de problemas que le afligen, con los menos perjuicios posibles.

Por principio de cuentas, los partidos habrán de combatir enérgicamente la actitud patrimonialista de sus militantes, especialmente de aquellos a quienes se llama ‘cuadros’, algunos de los cuales, muy conocidos, habrán de renunciar a representar su propio interés, para acudir al llamado angustioso de la sociedad que se manifiesta, en un conjunto de padecimientos mentales que hacen la vida cada vez más amarga.

Empero, es difícil renunciar de propia iniciativa a los privilegios. Es necesaria una acción concertada de todos los partidos, para someter a sus candidatos y a éstos, hechos gobernantes, a una preparación continua, que tenga como finalidad entregar cuentas por propia iniciativa y no mediante simulación alguna, que mediatice la acción, que debe ser inminente, para integrar a la sociedad en su conjunto, a cada uno en su trinchera, desde la cual debe cumplir sin demora sus obligaciones.

Debemos abandonar todo intento de estimular el voto en tal o cual sentido, proponiendo derechos, sin que mencionemos las obligaciones que los harían factibles. Esto será posible si condenamos el uso de la ciencia del mercado, para engañar, simulando que representamos y en cambio sólo atendemos nuestro interés económico.

Es justo que quien trabaje sea remunerado por ello, pero no así quien se ha convertido en un simulador profesional, al que se tolera sin razón, sólo por una mal entendida amistad; pues aquel que asume una responsabilidad sin capacidad para cumplirla o más aún, quien ignora cuál es el sentido de su trabajo, es importante promotor de corrupción; tanto él, como quien lo auspicia.

El tiempo que vivimos apremia a fortalecer en nuestra conducta los valores de la solidaridad y la empatía. Todo dirigente de partido que se precie de serlo, sabe, a ciencia cierta, quiénes de sus militantes son capaces de conducirse guiados por esos valores. Pero además deben estar dispuestos a aprender, a tener la capacidad para ello y las energías para asumir la responsabilidad de representar a la sociedad en momentos cruciales como los que vivimos.

Los partidos políticos están ante una responsabilidad histórica, en la cual pueden demostrar que las virtudes necesarias para llamarse políticos, adornan su personalidad. La práctica del valor de la justicia, no admite revanchas.

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