Sábado, 25 Enero, 2025

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Los valientes guerrilleros Juan Aragó, José María Pagola y Miguel Borja

Opinión

Artemio Guzmán - Consumación 2021

Víctima de una injusta acusación financiera, Juan Aragó huyó a los Estados Unidos y se suma en 1817 a la expedición de Javier Mina que venía de Europa a luchar por la independencia mexicana. Participa, por lo tanto, en los enfrentamientos que se dan en el Bajío y se cuenta entre los escasos sobrevivientes de la toma del fuerte “El Sombrero”.

Una vez reprimido el extraordinario estallido social de 1810-1811; una vez decapitado aquel movimiento violento que puso en riesgo el sistema virreinal en la Nueva España, la rebeldía popular tomó otros cauces –desde el panfleto satírico hasta la desobediencia civil– manifestándose en el aspecto bélico a través de las guerrillas.

La entonces intendencia de Guanajuato fue uno de los escenarios centrales de esta actividad guerrillera, sostenida lo mismo por cabecillas patriotas que por bandoleros que aprovecharon la ocasión y, con frecuencia, por jefes que tuvieron ambas características, lo que hace sumamente controvertido su papel histórico.

El primero de los guerrilleros que hoy recordamos es Juan Aragó, un francés nacido en Estagell en 1788, quien contó entre sus hermanos al dramaturgo Esteban y al reconocido astrónomo Domingo Francisco, por supuesto del mismo apellido.

Víctima de una injusta acusación financiera, Juan Aragó huyó a los Estados Unidos y se suma en 1817 a la expedición de Javier Mina que venía de Europa a luchar por la independencia mexicana. Participa, por lo tanto, en los enfrentamientos que se dan en el Bajío y se cuenta entre los escasos sobrevivientes de la toma del fuerte “El Sombrero”.

Aragó continúo en la lucha pese a la captura y fusilamiento de Mina, siendo nombrado comandante de la provincia de Guanajuato por la junta de gobierno insurgente localizada en Huetamo, Michoacán. Esta distinción le trajo la enemistad de José Antonio “el Padre” Torres, quien fue destituido de tal cargo por sus constantes confrontaciones con otros dirigentes, e incluso el asesinato de uno de ellos, Lucas Flores.

Luego de un infructuoso intento de conciliación, Aragó derrota en Surumuato a las fuerzas de Torres; logrando éste, sin embargo, huir a caballo.

Ante la decadencia del movimiento independentista, en 1819 Juan Aragó acepta el indulto del gobierno y se incorpora como capitán al ejército virreinal. Dos años después participa en la campaña trigarante respaldando a Agustín de Iturbide y sus ideales.

En esta etapa, un guanajuatense, José María Pagola, sobresale por ser el último presidente de la Junta de Jaujilla, instalada en sus postrimerías en Huetamo.

Nacido en Salvatierra, Pagola encabeza al lado de Pedro Bermeo, Mariano Sánchez Arriola y Pedro Villaseñor, esta institución inspirada en el Congreso de Chilpancingo convocado por Morelos; pues en 1815 al ser trasladado este congreso a Tehuacan, se funda en territorio michoacano una junta subalterna con amplios poderes para organizar la insurgencia en esta región. La llamada Junta de Jaujilla sustituye a esta instancia, y ubicada en un islote de la laguna de Zacapu, logra sobrevivir al propio congreso y señalar el rumbo a la contienda durante cuatro años, a partir de 1814, aún durante la breve intervención del liberal español Javier Mina.

Siempre como miembro de la junta, José María Pagola sirve de enlace entre diversos focos rebeldes, figura como intendente rebelde de la provincia de Guanajuato y como último presidente –decíamos- de este instituto político. Con su aprehensión y muerte en Huetamo a mediados de 1818, se cierra una esperanza más por unificar a los guerrilleros de esta zona de México.

Por su parte, Miguel Borja se incorpora a la guerra en 1812. En noviembre de ese año aparece mencionado en el ataque a la hacienda de San Roque bajo el mando del mariscal Vargas. En 1815 figura así mismo en un frustrado asalto a Guanajuato. Posteriormente se incorpora a la tropa de “El Padre” Torres, donde es reconocido por su valentía lo mismo que por su trabajo como secretario.

Borja, junto con “el Giro” y José Antonio Magos dan ejemplo de solidaridad entre los guerrilleros de nuestra provincia –actitud loable ante las desavenencias que se han descrito– lo cual les permite derrotar a varias partidas virreinales y mantener la resistencia en la Sierra Gorda.

Contrario a su jefe “El Padre”, Miguel Borja colabora con Mina en 1817. Él es quien lo conduce al fuerte de “Los Remedios”, lo acompaña cuando el navarro sale de “El Sombrero” en busca de refuerzos e intercede por él ante Torres para que le apoye con sesenta jinetes.

Luego de la brillante, pero efímera, expedición de Mina, Borja enfrenta y vence a Bernardo Baeza en “Los Talayotes”. Baeza, su antiguo compañero pasado al bando realista, fallece en ese sitio. No obstante, otro antiguo insurrecto, Patricio González, logra capturarlo en las proximidades de San Miguel el Grande, de donde es conducido a Querétaro.

Indultado, Borja se une al Plan de Iguala y, a las órdenes de Anastasio Bustamante, combate en la batalla de Azcapotzalco, donde resulta herido. Muere en 1824 con la satisfacción, negada a la mayoría de los cabecillas, de ver consumada la independencia.

Próxima la celebración del Bicentenario de la Consumación de la Independencia, hoy rememoramos a algunos de los guerrilleros del Bajío, valientes continuadores de la lucha por la libertad entre 1810 y 1819.

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