Más ‘cringe’ que ganas de votar
Los políticos buscan sacar ventajas a través de las redes sociales, olvidando que son un arma de doble filo. Los jóvenes son su objetivo, pero esos mismos jóvenes se burlan de ellos.
Los jóvenes suman el 30% de la lista nominal. En esta campaña electoral, ganar la preferencia de este sector no ha sido sólo un reto, sino una prioridad. Las redes sociales se convirtieron en estrategia clave para acercarse a ‘los chavos’, pero ¿ha funcionado?
Políticos bailando, participando en ‘trends’, interactuando con celebridades… Más allá de generar empatía generan ‘cringe’, en otras palabras, ‘vergüenza ajena’.
En unos años, quien asuma la presidencia de la República será tal vez más recordado por sus TikToks que por sus acciones.
México no olvida a Enrique Peña Nieto, por ejemplo. No es que su gestión haya sido brillante. Reconozcamos que el hombre era un meme ambulante debido a sus ‘resbalones’ y torpezas. La diferencia, hacia el ridículo involuntariamente.
Intriga qué sucede en esas reuniones donde un community manager aconseja a su candidato, “apréndase esta coreografía”, “publique este meme”, “haga esta señal con las manos”, en espera de que la juventud enloquezca; en espera de que al ver esos videos alguien diga, “qué bien baila, voy a votar por ella/él”.
Éxitos musicales
El simulacro electoral universitario que se llevó a cabo hace unos días incluyó a 480 planteles de todo el país, se sumaron 255 mil 707 jóvenes.
En este ejercicio, Claudia Sheinbaum (Morena, PT y PVEM) obtuvo el 63.5 % de los votos, mientras que Jorge Álvarez Máynez (MC) se llevó el 23.1 % y Xóchitl Gálvez (PAN, PRI, PRD) tan solo el 8.5 %.
La dinámica pretende medir la participación de los jóvenes en las elecciones, y resulta curioso que las preferencias no se inclinan por los aspirantes que más se esfuerzan por llegar a ellos.
“Movimiento Ciudadano debería dedicarse a producir música en lugar de hacer política”, es una frase que se viralizó durante esta campaña. ‘Movimiento naranja’ fue su primer hit, lanzado en 2018, en voz de Yuawi López. El niño ha hecho colaboraciones con Ricardo Anaya, Mariana Rodríguez, Jorge Álvarez Máynez y en nuestro estado, con Yulma Rocha, para presentar nuevas versiones de la pegajosa melodía que suena hasta en antros.
No podemos restarle crédito al pionero de esta idea, el priista Francisco Labastida Ochoa. En el 2000, el candidato contrató al mismísimo Juan Gabriel para cantar que “ni ‘Temo’, ni ‘Chente’, Francisco va a ser presidente”. Un visionario. Pero ni el ‘divo de Juárez’ lo ayudó a llegar a Los Pinos.
La narrativa de MC, el partido joven, no termina de cuajar. Pese a sus propuestas progresistas, su inclusión y apertura, podría ser que esa informalidad que muestra reste seriedad y credibilidad a su proyecto. Sí, estamos hartos de los políticos acartonados con los que es difícil identificarse, pero puede que nos paralice el temor a ser gobernados por influencers.
El éxito “Máynez, Máynez presidente, de México, ¡uh!” no ha catapultado al sonriente aspirante como se esperaba.
No le atinan
Previo al primer debate presidencial, Xóchitl Gálvez abrió su discurso con un saludo que se difundió rápidamente, no por emotivo o inspirador, sino por incómodo: “¡Qué onda, chido, con todo, contenta, animada!”. Tal vez todos estamos familiarizados con una escena semejante, cuando padres o tíos intentaban quedar bien en reuniones, cuando usaban el lenguaje de ‘la chaviza’ para encajar. Así se vivió la experiencia.
Xóchitl opta por reírse de sí misma, dar cachetada con guante blanco, y aunque parezca una estrategia hábil, tampoco le ha funcionado.
Su espontaneidad se percibe forzada. Los arribos en bicicleta a grandes eventos, los bailes de victoria con que festeja cada ovación, y todo intento por hacer una broma, son recursos que se le agotaron muy rápido.
Tanto Xóchitl como su rival, Claudia Sheinbaum, se declaran mujeres ‘todo terreno’. Incluso la morenista publicó en TikTok un video con el famoso audio ‘terreneitor’, para demostrar que por un lado es toda una dama, y por otro es ruda, activa, osada.
La prueba de que ninguna ha dado en el clavo, es que su presencia en redes parece seguir procesos inversos. En la mencionada plataforma, Gálvez se ha moderado últimamente. Sus videos cada vez se centran menos en mostrar una imagen populachera.
Sheinbaum, por el contrario, hasta hace poco dejó la seriedad con que se conducía para ‘subirse al tren’ y participa con mayor frecuencia de los fenómenos virales. Ha hecho cambios incluso en su imagen, luce rejuvenecida, más acicalada, lejos del look despreocupado con que quizá pretendía enviar un mensaje de austeridad y mujer que no prioriza las apariencias.
A pocos días de que terminen las campañas, ni una ni otra le atina, ni una ni otra conquista al electorado joven.
Desairados
Cringe, vergüenza ajena, es la sensación que predomina en este proceso electoral, más allá de la esperanza en un cambio.
Nuestros candidatos han enfrentado tremendos reveses en sus intentos por empatizar con los usuarios en redes. Hay episodios lamentables.
El pasado mes de diciembre, Claudia Sheinbaum invitó al influencer dedicado al cine, Javier Ibarreche, a ver el documental sobre su vida. El creador de contenido, con más de 11 millones de seguidores en TikTok, declinó tajantemente la invitación, obligando a la candidata a borrar el video en que lanzó la propuesta.
En enero, Xóchitl también sufrió un desaire. Gálvez se encontró con Santa Fe Klan y no dudó en grabar y compartir el momento. “Yo a ti te conozco, cabrón”, le dijo mientras lo abrazaba. El rapero le agradeció su preocupación por ‘el barrio’. Sin embargo, días después, cuestionado al respecto, reconoció que no conocía a esa persona, una de tantas que se le acercan en el día a día.
En el mes de abril, fue el turno de Máynez. La sonrisa se le borró luego de ser abucheado en su visita a la Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco. Los estudiantes de la UAM no son parte de esos jóvenes que el aspirante de MC cree que tiene ganados. En el transcurso de la semana, circularon videos donde se le ve molesto e incómodo en un mitin en Nuevo León. Jorge Álvarez sonríe para las selfies para enseguida dar paso a un rostro serio que no le conocíamos hasta ahora.
LO SUPERFLUO: Las redes sociales son una excelente herramienta para acercarse a los jóvenes, su público cautivo.
LO PROFUNDO: Las redes sociales son terreno fértil para hacer el ridículo y perder credibilidad a una velocidad impresionante.