Memoria histórica
En Morena: Empate técnico o mínima diferencia
El pasado viernes 9 de octubre conocimos hechos que encienden otro foco rojo, sobre la situación política que vive nuestro país. Que nos invita a analizar, la crisis estructural en los partidos políticos en México.
Malos augurios el ver como no se respeta la voluntad política, y como se cuestiona a la autoridad encargada de organizar las elecciones en nuestro país, acusándola de “supina ignorancia o mala fe”. Al enterarnos de que los candidatos a dirigir un partido político. Se muestran inconformes con los resultados de la encuesta nacional abierta realizada para obtener la dirigencia de Morena, la cual arrojó un empate técnico entre los dos candidatos punteros… En consecuencia, deberá llevarse a cabo una nueva encuesta entre los candidatos en empate técnico para determinar quién ocupará la Presidencia del partido de acuerdo con las preferencias de sus simpatizantes y militantes. Lo que prevé una reyerta eterna en Morena, al puro estilo Guanajuato. Y usted estimado lector sabe a lo que me refiero.
Considerando que los Partidos Políticos, no deben de continuar provocando el desaliento, ni controlando todo, desnaturalizando la democracia; provocando una participación limitada, irracional, en un régimen corporativo, que priva a la ciudadanía de elegir a más del 20% de sus representantes, disminuyendo la posibilidad de que exista una plena democracia, con participación ciudadana y solidaria; al existir la representación proporcional por medio de listas de candidatos por cada partido político; máxime que en casi todos los partidos políticos estamos a punto ver como son electos los candidatos, no por procedimientos democráticos, sino por sus propias dirigencias; los candidatos a representación, de forma unipersonal. Y no por el sufragio universal, en desigualdad de condiciones, de acuerdo a intereses poco claros. Lo que rompe los vínculos entre representante y representado, el ciudadano pierde su derecho a elegir a su propios representantes, su elección se limita a una pobre adhesión a la decisión cupular del partido, y no a un candidato determinado.
Los ciudadanos no hemos logrado alcanzar una democracia participativa, limitándonos a una democracia electoral deficiente, que no satisface las expectativas de solución a los problemas sociales. Y los partidos políticos han obstaculizado el desarrollo social.
Convirtiéndose en oligarquías burocratizadas que impiden los acuerdos para el desarrollo social, buscando preservar sus cuotas de poder (limitadas a sus ideologías convenencieras para alcanzar el poder).
La democracia al interior de los partidos políticos en México aún tiene varios aspectos por cumplir y deja muchas deudas con la sociedad, al incorporar pocos ciudadanos de manera selectiva y arbitraria para llevarlos a asumir el poder y ejercerlo conforme a su particular ideología e interés de grupo, genera una mayor desigualdad, y resentimiento social, hasta ahora, la teoría de la representación ciudadana, resulta una falacia, como bien lo exponen autores como Robert Michels y Angelo Pannebianco, los partidos políticos solo se representan a sí mismos, y sus muy particulares intereses.
No podemos dejar de mencionar por su importancia; la ley de hierro de la oligarquía, de Robert Michels en su obra Los Partidos Políticos, mediante la que afirmaba que “tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría”, la idea básica es que toda organización se vuelve oligárquica. Los líderes, aunque en principio se guíen por la voluntad de la masa y se digan revolucionarios, pronto se emancipan de ésta y se vuelven conservadores. Siempre el líder buscará incrementar o mantener su poder, a cualquier precio, incluso olvidando sus viejos ideales. Por eso, las organizaciones políticas pronto dejan de ser un medio para alcanzar determinados objetivos socioeconómicos, y se transforman en un fin en sí mismo.
Urge transformar a los partidos políticos, de acuerdo con las exigencias sociales, hacerlos más democráticos abrirlos a la sociedad, transparentar sus finanzas, y la toma de sus decisiones, que dejen de ser los grandes diques de la democracia, y se conviertan en canales que en causen la participación de los ciudadanos.
Es necesario incrementar el poder ciudadano, para acotar el poder público y alcanzar un estilo de vida, que ejerza la democracia participativa. Pero no solo en los discursos.
El fortalecimiento de los mecanismos ciudadanos para alcanzar una participación activa en la formación de gobiernos demócratas y de coalición, con los partidos políticos.
Debemos fortalecer la democracia con acciones como:
1.- La participación ciudadana en la toma de decisiones de políticas públicas. (En las leyes de ingresos y egresos, influyan en los presupuestos de los Estados, y municipios).
2.- La formación de gobiernos ciudadanos, democráticos y de coalición: (marco legal)
3.- La autonomía en el nombramiento de los órganos electorales y de impartición de justicia. Creo firmemente en la Democracia, y que debe confirmarse la hipótesis: “A mayor participación ciudadana, mas consolidación y estabilidad democrática. A menor participación ciudadana, mayor desigualdad, y pobreza”.