Sábado, 30 Noviembre, 2024

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Morena: corcholatas nacionales y repercusiones locales

Opinión

Miguel Zacarías

DE SU RONCO PECHO…

“ Aquí en Morena hay esa libertad de que cada quién escoja a su preferido o preferida. Lo que sí debe quedar claro es que ella (Bárbara Botello) no entró por esta puerta al partido”

David Martínez Mendizábal

El diputado por Morena pinta su raya frente al favoritismo de Botello hacia Claudia Sheinbaum.

 
 David Martínez Mendizábal, diputado por Morena.

MORENA: CORCHOLATAS NACIONALES Y REPERCUSIONES LOCALES

Mientras el PAN Guanajuato perfila a una mujer como candidata a la gubernatura con las presiones e idefiniciones de un proceso interno todavía en el aire, en Morena -el partido en el poder en lo federal- este domingo arrancan formalmente las hostilidades para definir a su candidato o candidata que, irremediblemente, tendrán su repercusión en Guanajuato.

Y lo hará, como lo que es. Un movimiento que se somete a los dictados del presidente, como el PRI en sus mejores tiempos. Andrés Manuel López Obrador manda -a través de un proceso que hacia afuera se percibe como un montaje- que vestirá un dedazo, que se presume inevitable, a favor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum a quien incluso se le cuadró ya la dirigencia nacional y estatal en Guanajuato del siempre acomodaticio, Partido Verde.

Y justo empezamos con lo que representa este partido en Guanajuato, que es muy poco en lo electoral; iniciemos el análisis de la realidad morenista y sus expectativas en esta tierra para 2024.

Si la cúpula Verde ya se pronunció por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México desde aquella foto posteada por el dirigente estatal Sergio Contreras y Sheinbaum, es la candidata; entonces crecerán las posibilidades del procurador Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield para ser el candidato a la gubernatura. Las paradojas vendrían con su relación con la dirigencia local del Verde.

En efecto. Las encuestas que hará Morena para definir a su candidato o candidata presidencial tendrían su definición final en septiembre y, a partir de entonces, podríamos especular con bases sobre las posibilidades del propio Sheffield, de Ernesto Prieto, de Antares Vázquez, de 'Malú' Micher y hasta de Bárbara Botello.

Ayer, en León, los diputados locales David Martínez y Cuauhtémoc Becerra así como el federal, Emanuel Reyes Carmona acompañaron a Marcelino Trejo en la víspera del Consejo Nacional morenista para manifestar su favoritismo por el hasta hoy canciller Marcelo Ebrard, quien en la semana agitó el avispero para tratar de emparejar el piso de una contienda en la que claramente va cuesta arriba.

La inmensa mayoría de los cuestionamientos giraron en torno a las convicciones de los ebrardistas de que confían en la palabra del presidente López Obrador y que no hay dados cargados a favor de la jefa de Gobierno, pese a las evidencias de la realidad en contra de ese razonamiento.

Y todos ellos, estoicos, quieren creer en la palabra del presidente de que no va a meter la mano y que tampoco los gobernadores y que la encuesta y su metodología serán el juez implacable y único.

El músculo a favor de Claudia Sheinbaum ya se mostró en Guanajuato hace algunas semanas con el procurador Federal del Consumidor como promotor central de un acarreo descomunal en el Polifórum.

Mientras tanto, después de una gira cancelada hace unas semanas, el secretario de Gobernación Adán Augusto López estará en Salamanca y León el próximo jueves como la corcholata con menos posibilidades, pero que -se dice- es el 'Plan B' de López Obrador. Su presencia en Guanajuato quizá tenga más morbo por el encono suyo y de quienes lo respaldan en la entidad, en contra de Sheffield, el mal querido de los morenistas.

 

 

 

BOTELLO, SHEFFIELD Y EUGENIO: 14 AÑOS DESPUÉS, LA POLÍTICA LOS REUBICA

La política da muchas vueltas y reencuentra a quienes fueron rivales enconados, en una alianza coyuntural y convenenciera. Es decir, coalición que no los vuelve amigos sino simplemente aliados temporales. Un adversario político los hace cercanos.

Bárbara Botello, Ricardo Sheffield y Eugenio Martínez Vega se encontraban hace 14 años en un debate previo a la elección de alcalde de León.

Sheffield era el candidato por el PAN y luego ganaría la elección. Martínez Vega fue postulado por el Verde en ese momento. Bárbara Botello realizaba su primera incursión como candidata a la alcaldía. La que fue fallida pues cayó precisamente frente a Sheffield.

Estos tres personajes han tenido sus desencuentros durante la última década que los han llevado a picarse la cresta y declararse la guerra política. Salvo Sheffield y Eugenio Martínez, los demás han arrojado combinaciones que han sacado chispas.
El procurador Federal del Consumidor y el exdirigente municipal del Verde trabaron una relación política estable en los años de gobierno de Sheffield entre 2009 y 2012 en León.

Ricardo conoció a Botello cuando era presidente municipal y la exalcaldesa, jefa de facto de la fracción de regidores del tricolor en el trienio sheffieldista.

Una fracción que, ¡oh paradojas!, comandó el hoy síndico panista y expresidente del Consejo Coordinador Empresarial de León, José Arturo Sánchez Castellanos y que a la mitad del trienio fue fulminantemente destituido como coordinador de la fracción por los otros cuatro regidores leales a Botello.

Y es que el relevo se dio justo a partir de una actitud sumamente crítica de Sánchez Castellanos hacia Sheffield y la suavización a partir del arribo de Salvador Ramírez Argote.

En el imaginario del complot que distingue a nuestra política, luego se tejió la versión dentro del PAN de que parte del triunfo de Botello en la alcaldía se habría dado a partir de un pacto con el propio Sheffield.

En ese tiempo, Sheffield y Salim eran adversarios acérrimos. Botello se olvidó de cualquier cortesía ya en el poder cuando, a través de la Contraloría, se lanzó contra su antecesor.

Vino luego la parte feliz (pequeña, pero la hubo) de la relación política Botello-Eugenio cuando ambos pactaron una alianza que tres años antes habían reventado. Bárbara aceptó las condiciones del Verde para ir juntos y destronar al PAN en León.

El romance duró muy poco. A partir de entonces, la relación Verde-Bárbara y, de manera particular Eugenio-Botello, se comenzó a deteriorar hasta que se rompió en la siguiente campaña. Y así sigue, irreconciliable.

Pero los tres hoy, desde diversas trincheras en la 4T, militan en el antipanismo. Sheffield le dio la bienvenida a Bárbara Botello cuando se incorporó a Morena. La expriista quiere estar en una boleta. A ella le encantaría figurar en la de la gubernatura, pero no le haría el fuchi a una candidatura a diputada local del distrito de Las Joyas.

 

 

 

En Morena Guanajuato, la lógica de los grupos y las facciones tienen una dinámica muy singular. En el estado se anidan alianzas increíbles, reconciliaciones impensadas, pero también viejas afrentas con los villanos favoritos.

Ricardo Sheffield es el que tiene esta última etiqueta, porque lo mismo tiene sus detractores entre los que respaldan a Marcelo Ebrard que entre los que están con Adán Augusto López.

Con Ebrard está Marcelino Trejo quien -ya sabemos- tiene pleito casado con Sheffield desde que le renunció a la planilla en plena campaña en 2021. Pero, además, Martha Lucía Micher y David Martínez (los promotores de origen de Ebrard) tienen su recelo con el expanista pues se dice que, de origen, el titular de Profeco estaba en ese equipo.

Del otro lado, con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López que ha lanzado varios misiles mediáticos al titular de Profeco con el tema de las gasolineras, están los Prieto (Ernesto el papá y los hijos César y Ernesto) quienes siempre han estado en contra del expanista.

Sheffield sigue metódico y consistente con su apuesta a favor de su posicionamiento en las encuestas y la cercanía que mantiene con el presidente. Pero su flanco débil es justamente ese frente abierto con liderazgos de Morena en Guanajuato que seguirán dándole lata en los meses siguientes.

Por si fuera poco, con el propio partido Verde en Guanajuato tiene que restañar heridas por una relación que no ha sido la más tersa posible. No se puede minimizar ese detalle porque es una coalición opositora que necesita el menor margen de error.

 

Y bueno, la posición que asuma el Partido Verde tiene también su importancia porque este instituto político ya ha dado visos de perfilar a sus propios cuadros en la eventualidad de que no vaya en alianza con Morena.

El propio dirigente estatal Sergio Contreras no se descarta, pero él mismo ha mencionado la posibilidad de la priista Yulma Rocha, quien tarde o temprano dirá adiós al PRI.

El partido del tucán se encuentra en una encrucijada importante. La coalición federal es inminente, pero la local requiere de una buena negociación que garantice la sobrevivencia y prerrogativas del partido en el terruño, pero también una identidad que no le haga depender de Morena porque ambos a veces parecen agua y aceite en lo local.

Y si la coalición será a la fuerza, tendrán que procurar que tengan vida después del matrimonio por conveniencia.

Es un tema con muchas aristas que conviene desmenuzar con calma en las siguientes semanas. El Verde querrá aprovechar algunos perfiles para llevar mano en las definiciones en candidaturas.

 

 

 

En un capítulo más de la serie no tan gustada de “para mismo sirve un roto que un descosido”, el exdelegado de la Secretaría de Educación del Estado, Fernando Trujillo, ahora será el titular del Sistema Integral de Aseo Público en León.

 

 

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