¿Qué hace Mario Delgado?
Mario Delgado, dirigente de Morena, dice que habrá una denuncia ante la FGR contra los legisladores que rechazaron la reforma eléctrica por traición a la patria. Afirma que tiene cajas con firmas apoyando su moción y las muestra como quien presume una presea. Por supuesto, en una primera lectura, la gente pensante se dará cuenta de que ése intento será fallido y que no hay forma de acusar a quienes desde su curul votaron según sus convicciones —o conveniencias—. Entonces, ¿qué hace? Sencillo: faramalla.
En realidad, Mario Delgado anda haciendo ruido. En la estridencia del escándalo que provoca no se da cuenta de que, al ser el presidente del partido en el poder, toda esa batahola es un atentado a la democracia mexicana. Por supuesto, el señor se quiere erigir como un héroe nacional que eleva la voz por de la defensa de la Nación. Así se quiere ver, con esa imagen distorsionada. Aunque, lo que se ve es a un hombrecito enredado en la bandera nacional saltado del quicio de la banqueta.
Por supuesto, no todos lo ven así. Hay quienes sí creen que se trata de un acto patriótico y por eso es por lo que anda armando semejante mitote. Y es que, en Morena ya se dieron cuenta que el alboroto les ha generado votos, les atrae simpatías y por eso, como la fórmula les ha resultado, sigue por el mismo camino, como cuando eran oposición.
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Lo que Mario Delgado anda haciendo es un relajo para que la atención se aleje de los problemas coyunturales que se desprenden de la gestión de la 4T, porque las últimas encuestas siguen reflejando una gran popularidad del presidente, pero no de su forma de administrar. Todavía hay personas que no cierran la pinza entre López Obrador candidato y el presidente responsable de la toma de decisiones.
Así, mientras inflama el espíritu patriotero, también va gritando por todos lados que ahora su partido tiene más fuerza que nunca y que en los estados en los que habrá elecciones, renovarán gubernatura y en los que o gobiernan saldrán victoriosos, ¿será? Sólo el electorado el día de la elección lo dirá. Mientras tanto, hay que hacer ruido.
Y, así en medio del ruido, Mario Delgado se permite decir que la 4T está acabando con los cacicazgos, que ya no hay corrupción y que el proyecto llamado Cuarta Transformación goza del respaldo incondicional de los mexicanos. Sigue con la retahíla del pasado, de que hay que acabar con la corrupción del PRI. Sí, todo eso dice y algunos le creen y otros pensamos distinto.
Lo que Mario Delgado le anda haciendo es el caldo gordo al presidente. Faltaba más, eso es lo que un buen seguidor debe hacer por su patrón. Pero, me parece que un dirigente nacional de un partido —y más si este partido es el que está gobernando— debiera tener mesura, elegancia y prudencia. No obstante, de eso sí que andan muy escasos en Morena.
Ni hablar, lo que Mario Delgado está haciendo es lo que sabe hacer muy bien. Está cumpliendo con lo que dicta su descripción de puesto. Haz ruido, le habrán ordenado y, él como fiel seguidor, lo hace en forma obediente y puntual. Veremos si ese barullo y tanto relajo le trae buenos resultados a su partido. Aunque, lo más importante es ver si eso que está haciendo le traerá algo bueno al país. Es cuestión de fijarse.
Por lo pronto, su denuncia ante la FGR contra los legisladores que votaron en contra de la reforma eléctrica parece más de esos ruidos que nos entregarán pocas nueces.