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¿Quién quiere ir a Texas?

Opinión

Cecilia Durán Mena

Ahora resulta que, según la ley SB4 si viajo a Texas y algún representante de la ley se le da la gana, me puede arrestar. Y es que esta controvertida ley otorga a los agentes de policía locales y estatales la capacidad de detener y arrestar a cualquier persona sospechosa de haber cruzado la frontera irregularmente, excepto en escuelas, hospitales y lugares de culto. Así, díganme por favor, ¿quién quiere ir a Texas?

Lo curioso —por no decir atroz—de la ley SB4 es la forma de discriminación que asumo tiene que ver con los rasgos étnicos de las personas sospechosas. De acuerdo con datos proporcionados por la propia Cancillería mexicana, el veinte por ciento de la población texana es mexicana o de origen mexicano. Son personas que trabajan, pagan impuestos y contribuyen a la vida económica y social de Texas. ¿Será que todas esas personas clasifiquen como sospechosas?

Evidentemente, la dichosa ley SB4 de Texas ha encendido un debate feroz. Pero no se crean que el tema nos preocupa sólo a los que estamos de este lado de la frontera. Es una mortificación tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Las reperciones afectan la relación bilateral con México en un amplio espectro. Afecta las relaciones comerciales, la vida cotidiana en la frontera, el turismo y muchas otras fuentes de ingresos que los texanos perderían si esta ley floreciera. El daño que pueden generar es global y perjudica a toda la franja de Norteamérica.

Por fortuna, parece que eso no lo verán nuestros ojos en el inmediato plazo. La ley SB4 que fue inicialmente aprobada ha vivido muy poco. Ya está cancelada, por lo pronto. Será hasta el tres de abril que se lleve a cabo una audiencia para decidir si entra en vigor o no.

 La ocurrencia buscaba dar a las autoridades locales mayores y más amplias facultades para cooperar con las agencias federales de inmigración, lo que generó intranquilidades sobre posibles violaciones a los derechos humanos. Así, díganme por favor, ¿quién quiere ir a Texas?

Basta imaginar a una señora que quiere ir de compras a la Galería en Houston y que ella sienta que se la pueden llevar detenida con todas sus bolsas para que se le quiten las ganas, mejor se va a Miami. Más allá de ironías, el tema es el perfilamiento racial. ¿Qué necesitas ser o hacer para generar sospechas? Y entre que son peras o manzanas, ya se llevaron a gente inocente entre las patas.

Lo triste es que hay muchas personas que efectivamente, quieren cruzar la frontera. Siguen con el anhelo de conseguir una visa y es tal su desesperación que han roto las alambradas de púas, han tratado de cruzar el río, se le han parapetado a la Border Patrol y el muro los rebota. No pasarán, es la consigna.

México tiene una posición que defender. Si expulsan a mexicanos, aquí serán recibidos. Pero hay gente de todas partes del mundo encallada en la franja fronteriza con Estados Unidos y las ciudades mexicanas ya no pueden más con tanta gente que aspira irse al otro lado. No hay infraestructura y si los Estados Unidos quieren deportar a todas las personas que no son mexicanas, la postura de México es que, si ellos las quieren regresar, las devuelvan a sus países de origen. No está fácil. El Estado Mexicano debe hacer uso de toda la fuerza de negociación diplomática —que tiene— para salir avante y no achicarse.

Esta ley SB4 nos deja ver que el tema de la migración es uno de los problemas más difíciles de atender y sigue levantando ampollas.  Los debates traspasan los niveles locales cuando personajes políticos de alto perfil. como presidente de México, y las dos candidatas a la presidencia mexicana, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, intervienen con declaraciones públicas, destacando las tensiones y la importancia de esta ley en el contexto de las relaciones entre México y Estados Unidos.

Es un tema delicado en el que importa tanto lo que se dice como lo que se calla. Se debe abordar con energía diplomática y nadie se debe espantar. Aquí, ese tipo de ocurrencias afectan a todas las partes relacionadas y los daños son de alto impacto. Por eso la cancelaron, no por otras razones. La SB4 es una de las muchas ocurrencias que dañan a los de aquí y a los de allá. Todos pierden. A nadie le gusta perder. Eso le debe quedar claro al gobierno mexicano.

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