Revisar nuestro concepto de persona humana
Revisar nuestro concepto de persona humana
Estamos tan desvinculados de nuestra naturaleza, que hemos marginado de nuestros objetivos la lectura de comprensión, situación que nos lleva a menospreciar metas tan importantes, como dar al pensamiento lógico lugar de preeminencia, para que nos demos cuenta, adónde vamos como seres humanos. Tal parece que el número de enajenados aumenta, tanto en las cúpulas de la sociedad, como en los miles de marginados que, sin destino, nos rodean.
Es conveniente revisar la calidad de la comunicación con quienes convivimos y, al mismo tiempo, valorar lo que significa en el trato diario, para propiciar la convivencia armónica, sin que tengamos dificultad creciente a la hora de hacernos entender. Lo que parece incipiente, puede volverse una pesadilla, si la incapacidad para relacionarnos sigue avanzando, especialmente entre las generaciones nuevas y las adultas.
En algunos casos agudos, qué tan lejos estaremos de caer en un estado semejante a la torre de Babel. Valdría la pena ocuparse de ese pasaje bíblico, para volver a tratar de definir la persona humana, en función de su dignidad.
En estos momentos, los distintos medios de comunicación se ocupan de una noticia triste. Nos narran al instante, la angustia que propicia un accidente minero, que según los enterados pudo haberse evitado. Este recurso es un disco rayado de descripciones de otra desgracia que en este momento, se estará gestando en algún lugar, sin que entendamos, por qué miles de gentes viven sobresaltados, por no saber si regresarán del peligro ni tener garantizada la posibilidad de estar vivos el día de mañana o al instante postrero.
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¿Acaso con los avances científicos sería imposible que todos viviéramos con la posibilidad de realizar el proyecto de vida, inscrito en cada uno de nosotros? El peligro generado por no propiciar el pensamiento lógico, nos ha llevado en forma recurrente al crimen, como consecuencia de haber apartado de nuestro interés, crear condiciones para vivir, una existencia potencialmente rica en opciones para preservar nuestra dignidad como especie.
Lo cierto es que con la vista puesta en el negocio, no nos ocupamos de cultivar nuestra esencia, que es lo único que puede garantizarnos formar parte del proyecto cósmico, además, nos pasa desapercibido el magnífico espectáculo que la ciencia ofrece, para disfrutar la oportunidad conocer las dimensiones y la belleza sobrecogedora del universo.
Ser conscientes de la misión que conlleva el ser materia que tomó consciencia de sí misma, implica compartir con los congéneres ese nivel evolutivo; es deber que implica para nosotros mismos, ser como verbo. Ocuparnos de nuestra esencia y realizar la naturaleza que ha tomado forma en la persona humana, nos obliga a utilizar la categoría racional, que tenemos obligación ética de ejercer.
Revisar nuestro concepto de persona humana
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JRP
