Sheinbaum: divisiones tóxicas en Guanajuato
1.- Sheinbaum: divisiones tóxicas en Guanajuato
Más que proselitista, la visita de Claudia Sheinbaum Pardo a Guanajuato fue de mantenimiento hacia sus estructuras y liderazgos, ante el temor inminente de que estos dividan los esfuerzos en Morena y terminen por enfrentarse en menoscabo del proyecto nacional de la 4T.
Pasado el intento por reclutar a un posible candidato externo como el presidente de la Concanaco Servytur, Héctor Tejada Shaar, acompañada del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado y de su coordinador de vocerías, Gerardo Fernández Noroña, la exjefa de gobierno de la Ciudad de México reunió a los principales interesados en cargos públicos y les leyeron la cartilla.
De manera general, la cúpula morenista percibe entre sus bases movilizadoras una suerte de soberbia basada en la ventaja de las encuestas, Así que las arengas de Fernández Noroña fueron insistentes en regresar a arrastrar la suela... claro, ya con la ventaja de la dispersión de los programas sociales de su lado.
Pero el llamado más enérgico fue el que se hizo en lo particular a los actores guanajuatenses del morenismo. El énfasis estuvo, a estas alturas, en que acepten los resultados y lo que se defina, “duro”, “nadie se raje, nadie le corra”... “vamos juntos”.
Y es que el gran problema es que el aspirante más popular, con mayor participación dentro de la campaña presidencial, además de tener de su lado toda la estructura de los programas sociales, es Ricardo Sheffield Padilla; justo el que mayor encono y desprecio provoca, no sólo entre el resto de los liderazgos morenistas, también respecto a los aliados del Partido Verde.
Dicho y hecho. Antes, durante y después de los eventos en Salamanca y Silao hubo plaga de porras para aspirantes como Ernesto Prieto Ortega y Antares Vázquez Alatorre y rechiflas para Sheffield, quien asumió el papel de víctima y se enfocó en buscarle el saludo al dirigente verde, Sergio Contreras Guerrero, quien no ocultó su rechazo para luego acercarse del lado de los vitoreados.
Así que sin más opciones a la mano, Morena tiene a su mejor carta para la gubernatura el principal factor de división interna y de exclusión en la alianza con el Partido Verde, con quien deseaban realizar una coalición total para evitar confusiones entre el electorado.
Sin duda alguna uno de esos asuntos que de no ser dominados por Claudia Sheinbaum, requerirán irremediablemente del manotazo de Andrés Manuel López Obrador.
2.- Libia Dennise: colectivos y afanes políticos
La secretaria de desarrollo social y humano, Libia Dennise García Muloz Ledo, definitivamente ha desplazado al secretario de gobierno, Jesús Oviedo Herrera, en su labor de interlocución, atención y gestión con los colectivos de búsqueda.
Pero no se trata de una acción avasalladora derivada del peso de ser la aspirante oficial a la gubernatura de Guanajuato; se trata de una medida concertada debido al papel que hábilmente ella desempeñó desde la negación y reconocimiento de la desaparición de personas, en la etapa final del sexenio de Miguel Márquez Márquez y en el inicio del de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo.
Además se trata de un sector que permea ante la opinión pública, así que García Muñoz Ledo ha encontrado en esa agenda una oportunidad para intervenir, pero sin las responsabilidades legales que implica el cargo de Oviedo Herrera. Puede mantener medidas de asistencia a los colectivos, sin la obligación directa de encontrar a los desaparecidos.
Es en ese contexto que se ha dado a la tarea de convocar a los veinte colectivos de búsqueda existentes en Guanajuato, para ofrecerles una reunión informativa sobre la conformación formal de una Sociedad Civil, trámites, requisitos y ventajas para que adquieren para su causa, para el próximo 24 de octubre en Irapuato, pues solo seis colectivos están constituidos.
Es evidente la extrañeza que causó entre algunas buscadoras la invitación firmada de pulo y letra por la funcionaria estatal. La etiqueta de virtual candidata a la gubernatura ha motivado que se encienda el radar que detecta el oportunismo político entre estas agrupaciones cuyos objetivos son concretos y superiores a la politiquería.
Así que empecinada en mantener sus conexiones con los colectivos de búsqueda, Libia apuesta a mantenerles atenciones cuya efectividad sólo es posible si estas les acercan al ansiado objetivo de encontrar a sus desaparecidos. El resto es demagogia.
3.- Erick Montemayor: ímpetu a medias
Con el ánimo de quien se postula sin ganas, el alcalde de Ocampo, Erick Montemayor Lara, dice tener la intención de buscar su reelección si su partido lo decide y si la alianza con el PAN prospera. Si, con muchos peros, el edil tuvo que apuntarse como un interesado más.
Montemayor Lara es de los alcaldes del PRI que mantienen comunicación y coordinación cercana con la dirigencia estatal de Ruth Tiscareño Agoitia y el diputado local Alejandro Arias Ávila, quienes no ven la hora en que los blanquiazules confirmen su intención de coaligarse con ellos, pese al 45 por ciento de militantes que les rechazan.
Es por lo anterior que el tricolor requiere reunir todas sus canicas posibles para representar alguna posibilidad de refuerzo para la causa panista en el estado. Eso implica afinar propuestas respecto a cada uno de los diez municipios que gobiernan, entre estos Ocampo.
La diferencia en las negociaciones radica en la fortaleza de las estructuras que se conservan al servicio del PRI en cada demarcación, pues ahora la mayor duda es si realmente se puede considerar un partido de arrastre estatal o que pueda presentar una diferencia en ese sentido. Todo depende si el edil en funciones tiene una estructura sólida o endeble.
En el caso de Erick Montemayor la disposición está de su parte para ofrecer su plaza en sacrificio en pos de la alianza y de las negociaciones estatales de sus dirigentes, mientras otros alcaldes priistas se saben empoderados y con cierto margen de libertad para negociar por su cuenta.
Es por ello que se debe entender el mediano ímpetu del alcalde ocampense. Se anotó por la reelección por que se agotaban los tiempos legales, sin embargo está a la expectativa de una alianza que ya tardo en su cocción.
CONTRA RETRATO
Carlos Romero Deschamps
Para muchos fue el ejemplo claro del sindicalismo charro del viejo régimen del PRI. Durante mucho tiempo la corrupción era el mal que se mencionaba junto a su nombre, mientras los ciudadanos atestiguaban su permanencia vitalicia al frente del Sindicato de Pemex. Ahora fallecido, no deja de atormentar la duda de por qué la 4T no lo tocó ni con el pétalo de una rosa.
Carlos Romero Deschamps murió el 19 de octubre pasado víctima de un infarto. Cuatro años antes de concluir su último periodo al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) renunció y se mantuvo alejado de toda actividad política. Justo ese retiro tranquilo en el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador explica todo.
Para nadie es un secreto que mantener cierta calma en el sindicato era vital frente a los planes de López Obrador con Pemex. Revitalizar a la paraestatal y principal empresa mexicana ha sido el objetivo de la 4T y para ello únicamente pidieron que se hiciera a un lado. No hubo mayores investigaciones contra Deschamps, su único castigo fue el ostracismo.
Por eso resultan poco menos que curiosas las declaraciones del aguerrido diputado federal, Gerardo Fernández Noroña, al justificar la falta de persecución penal contra uno de los principales representantes de la corrupción del viejo régimen por ser “un acto humanitario” para dejarlo terminar sus días en libertad”.
Una suerte de amnistía excepcional que en realidad no fue más que un acuerdo político de no agresión. Así es como el otrora líder sindical de los petroleros cerró su historia, en medio de los intentos desesperados por rescatar a Petróleos Mexicanos de un desfalco del que sin duda se lleva muchas, muchas explicaciones.