Todo sea por la tortilla… y las elecciones
Darío Celis Estrada
EL ARANCEL DE 50% a la exportación de maíz blanco tendrá un efecto antiinflacionario en el precio de la tortilla y sí nos va a meter en problemas con Estados Unidos porque se viola el T-MEC.
En la antesala del proceso electoral del 2024, el gobierno de la 4T da un manejo político a la inflación, al prohibir la exportación de maíz blanco y busca congelar el precio de la tortilla.
Los productores nacionales de maíz y los industriales de la masa y la tortilla consideran que esta decisión del gobierno federal no va a detener la inflación porque en el precio de la tortilla influyen costos como refacciones, mantenimiento, agua, energía, gas y mano de obra, entre otros.
Especialistas de la industria indican que en octubre el precio de maíz en la CdMx era de 9 mil 300 pesos pesos por tonelada métrica y en la primera quincena de este año estaba en 8 mil 600 pesos.
En las tiendas de autoservicio no bajó el precio de la tortilla por el precio del maíz.
La Secretaría de Agricultura, que comanda Víctor Manuel Villalobos, informa que México exportó 238 mil toneladas de maíz blanco entre enero y octubre del 2022 e importó 614 mil en ese mismo lapso.
En 2022 la exportación de maíz de México representó 0.9% de la producción nacional y para Sinaloa, el mayor productor de maíz, fue del orden del 3.9% de la cosecha total.
Por otra parte, esta medida de imponer un arancel tan alto es una mala señal para la relación con nuestro principal socio comercial: Estados Unidos.
Y es que contraviene el artículo 2.15 del T-MEC, porque parecería que los “compromisos” de los tres mandatarios en la Cumbre de Líderes de América del Norte de hace unos días quedaron en buenas intenciones.
Los acuerdos de hacer de Norteamérica la región más competitiva del mundo, trabajar para la integración comercial de los tres países y generar un flujo libre de capital, mercancías y bienes, son una quimera.
Los reclamos del secretario de Agricultura de Estados Unidos Tom Vilsack, de la secretaria de Comercio Gina Raimondo y de la titular de la Oficina de Representación Comercial Katherine Tai, no tardan en tocar la puerta de Palacio Nacional.
AQUÍ OTRA MÁS: su lealtad con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y estilo duro no obstan para que la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, enfrente el mismo problema que llevó a la salida de Tatiana Clouthier: la intransigencia de Rocío Nahle y de Manuel Bartlett. Como coloquialmente se dice, Buenrostro ha pateado el bote lo más que ha podido, pero fuera de opciones de inversión para intentar llegar a un arreglo que evite llevar a México a un panel en materia energética por violar el T-MEC, ni la secretaria de Energía ni el director de la CFE han aportado argumentos de peso para convencer de lo contrario. Tan es así que ante los nulos avances en las consultas, el canciller Marcelo Ebrard tuvo que operar para dejar fuera el tema en la Cumbre de Líderes de Norteamérica, lo cual no impidió que se dieran los reclamos por el incumplimiento del tratado, como fue público con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Nahle y Bartlett asisten juntos prácticamente a cuanto foro se les abre para defender la política energética, tanto, que ya se les conoce como la pareja “Nahlett”. Lo anterior fue evidente en la pasada 34 Reunión de Embajadores y Cónsules, donde estuvieron presentes.
¿DÓNDE ESTÁ EL Fiscal General de la República? En Palacio Nacional ya empiezan a evaluar un posible relevo de Alejandro Gertz Manero. No por su controvertido accionar en los que antepuso intereses personales, como fue la persecución de su cuñada Laura Morán y su hija Alejandra Cuevas; tampoco por el desgaste que le significó su enfrentamiento con el ya ex Consejerero Jurídico de la Presidencia, Julio Scherer; mucho menos por el asedio de que fueron objeto investigadores del Conacyt. No. Lo que está jugando en su contra es más simple: su salud. Gertz lleva tres semanas en Baltimore, recuperándose de una operación de alto riesgo en la columna. No hay fecha de cuándo pueda retornar a su búnker de la Zona Rosa. Su estado lo dejó fuera de la
captura de Ovidio Guzmán López y de la reunión bilteral de los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, en la que el tema de seguridad fue el más importante.
UNO DE LOS políticos que interrumpió su descanso decembrino para manifestar su apoyo a la ministra Yasmín Esquivel Mossa a través de un tuit, fue el priista de Guerrero, Manuel Añorve. Había que ser agradecido, pues la cuestionada integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene contratada en su ponencia a María José Añorve Fernández, hija del senador. También en la nómina de la ponencia de la esposa del estructurista José María Riobóo se encuentran Iliana Camarillo González, también esposa del consejero de la Judicatura Federal, Sergio Javier Molina Martínez. Pero también figura Jorge Antonio de Gyvés Vázquez, sobrino del matrimonio que forman Verónica de Gyvés Zárate y Rafael Guerra Álvarez: ella consejera de la Judicatura y muy posiblemente candidata a ministra, y él presidente del Tribunal Superior de Justicia de la CdMx. Todo entre cuates, pues.
MUCHOS SE PREGUNTAN por qué Germán Larrea puso sobre la mesa más de 10 mil millones de dólares para asegurarse el control de Citibanamex. La clave está en Carlos Slim y el potencial que el hombre más rico del país está viendo en la marca del Banco Nacional de México. Lo que la dupla Larrea-Slim, y Antonio del Valle Ruiz como tercero, ven, es el futuro de la banca, que inexorablemente se mueve hacia el mundo digital. Este triunvirato está pagando por el costo de oportunidad de construir el banco virtual más grande de América Latina, derivado de una gran alianza entre lo que conocemos como Banamex con América Móvil. Solo una pequeña duda: aunque se trate de una inversión patrimonial del ingeniero Slim, ¿pasará el filtro de la Comisión Federal de Competencia? En el mundo de la 4T, seguro que sí.
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