Miércoles, 08 Enero, 2025

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Verdad social

Opinión

Cecilia Durán Mena - Las ventanas

No deja de sorprenderme los alcances que el cinismo tiene en nuestra vida contemporánea. Los cínicos son famosos por su desfachatez y sus excentricidades. Resulta que, con la cachaza que lo caracteriza, el expresidente Donald Trump anunció que planea lanzar su propia plataforma de redes sociales llamada Truth Social. No sorprende su iniciativa: es un hombre de acción, conoce la industria del entretenimiento y ya ha sido expulsado de varios otros sitios populares de redes sociales, tiene dinero para crearse su propio espacio. Lo que deja patidifuso a cualquiera es el impudor con el que bautiza a su nuevo emprendimiento.

Siempre ha habido cínicos en este mundo. En la Antigua Grecia, durante la segunda mitad del siglo IV a. C., Antístenes y Diógenes de Sinope fundaron la escuela cínica. Reinterpretaron la doctrina socrática ya que consideraron que la civilización y su forma de vida era un mal y que la felicidad se conseguía siguiendo una vida simple y acorde con la naturaleza. Claro que los cínicos de entonces eran diferentes que los de ahora. Aquellos sostenían que el ser humano en sí mismo podía ser feliz y conquistar su autonomía, de ahí el desprecio a las riquezas y a cualquier forma de preocupación material. El hombre con menos necesidades era el más libre y el más feliz. Los desfachatados de hoy tienen mucho apego a los bienes materiales y reinterpretan la realidad como mejor les conviene.

Tanto es así, que Donald Trump que es una de las figuras máximas de la posverdad y la manipulación es capaz de inventarse una red social a su entero gusto y la llamara Truth Social—Verdad Social—. La cosa va en serio, aunque parece un chiste. En un comunicado de prensa, el Trump Media and Technology Group dijo que ha entrado en una fusión con Digital World Acquisition Corp. para convertirse en una compañía que cotiza en bolsa, con Mr. Trump como su presidente. Como le gusta, con esa capacidad histrionica que tantos frutos le ha dado, se dirigió a su audiencia diciendo: “Estoy emocionado de enviar mi primera verdad en Truth Social muy pronto. TMTG fue fundada con la misión de dar voz a todos”. Muchos se habrán muerto de risa al escuchar semejantes palabras, a otros se les habrán salido los ojos de las órbitas y los más sensatos se habrán preocupado. A este sujeto hay que tomarlo en serio porque tiene alcances de altísimos vuelos, ya lo sabemos.

No podemos olvidar que Donald Trump fue expulsado de las plataformas de redes sociales más grandes como Twitter, Facebook y YouTube, después de que sus partidarios irrumpieron en el Capitolio durante los disturbios del 6 de enero. Se la ganó. Había preocupaciones genuinas de que su presencia continua en las redes sociales incitaría a más violencia. YouTube dijo que su prohibición se levantaría después de que disminuyera el riesgo de actos violentos, Facebook dijo que Trump podría regresar a la plataforma en 2023 y Twitter dijo que su prohibición sería permanente. ¿Para qué esperar? Trump se puso manos a la obra y se inventó su propio espacio. Declaró que: “Truth Social se enfrentaría a la tiranía de las Big Tech”. La plataforma estará disponible a través de una aplicación en la Apple Store como una versión beta en noviembre y la compañía espera un lanzamiento completo en el primer trimestre de 2022. Trump Media and Technology Group también planea lanzar un servicio de video bajo demanda, TMTG +, para presentar contenido “no despertado”, dijo.

El expresidente conoce el mundo del entretenimiento, es su terreno favorito y se mueve con la facilidad de un pez en el agua. Confía en que su audiencia tiene corta memoria, que el olvido llega rápido, que al pueblo con pan y circo se le tiene feliz. Sigue haciendo lo que sabe y se desempeña a las mil maravillas: manipula como un maestro. Nada nuevo bajo el sol. En la Antigua Grecia, los cínicos aspiraban a identificarse con la figura del perro, por la sencillez y desfachatez de la vida canina. Usaban barba, llevaban alforja y cayado, practicaban juegos de palabras a manera de metodología: a aquellos que proponían ideas y teorías incomprensibles, ellos ponían el gesto, el humor y la ironía.

No veo a Trump con barba, alforja y cayado. Pero lo veo llevando el cinismo a otro nivel. Es un hombre que se atreve y que tiene liderazgo. No le importa perder credibilidad, se levanta de sus propias cenizas y ajusta la realidad como mejor le conviene. Y, por eso, crea la Verdad Social.

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