Conoce a Rodolfo Saavedra, el héroe buzo que rescató 618 cuerpos en Salamanca


Rodolfo Saavedra ha sido un salvavidas literal para muchas familias, no solo en Guanajuato, sino también en otras partes de México. Foto: Cuca Domínguez
Con 86 años de vida, el mayor Saavedra es una institución en Bomberos, con todo un legado provoca la admiración y respeto de todos los que le conocen, al ser el iniciador del cuerpo de buzos especializados para el rescate de personas sin vida en cuerpos de agua.
“Soy el único que queda, soy el único fundador de bomberos, ya todos me ganaron”, dice mientras, sentado al frente de una motobomba esboza una sonrisa y evoca los recuerdos de los años vividos en bomberos.

“La mayor satisfacción es sacar a las personas que se ahogan en cuerpos de agua, les alivio el dolor a los familiares y no solo en el Estado de Guanajuato; en varias partes de la República, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis, Michoacán, el río Balsas, e incluso en el mar y en Estados Unidos, cuando tuve la oportunidad de viajar; hay familiares de personas que se ahogan que me conocen, vienen por mí y me regresan, luego de que localizamos a su familiar. Otros buzos me dicen que, qué hago acá, yo soy charquero; pero al buscar a los ahogados me ha tocado suerte y los encuentro, hay un pacto con Dios para localizarlos; Diosito mi apoya, he andado por todos lados”, dice.
Hace unos 2 años no se mete al agua para rescatar algún cuerpo; se está atendiendo un tema de salud; “luego voy pasando por la carretera y me llaman, me he metido con el puro pantalón, afortunadamente caigo encima de los muertos y los saco rápido, tengo esa fortuna. Veo que cuando saco el cuerpo de alguna persona, la familia deja de sufrir, eso de tener allá abajo al familiar los atormenta por no poder hacer nada”, explicó.

Paradójicamente dijo que se enseñó a nadar solo, nadie lo enseñó, “me enseñé a nada desde un día que me andaba ahogando; empecé a manotear y luego vi que podía nadar; uno de mis amigos no salía y me regresé a sacarlo porque tenía la cabeza atorada en una hierba” y desde entonces se ha convertido en un referente en el cuerpo de buzos del H. Cuerpo de Bomberos de Salamanca, donde he enseñado y capacitado a muchos, para ofrecer este servicio cuando se requiera.
El Mayor Saavedra se niega a jubilarse, sigue portando con orgullo su moscova con su placa y su uniforme; cada que tiene oportunidad sigue llegando a las instalaciones de Bomberos de Salamanca para hacerse presente y platicar con las nuevas generaciones de voluntarios.
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