Extorsiones en Salamanca obligan a cerrar negocios afectando a comerciantes y taxistas
Comerciales viven con la constante preocupación de ser víctimas de extorsión en Salamanca, por lo que prefieren cerrar sus negocios
Comerciales viven con la constante preocupación de ser víctimas de extorsión en Salamanca, por lo que prefieren cerrar sus negocios. Foto: Yadira Cárdenas
Salamanca, Guanajuato.- Las extorsiones en Salamanca han escalado hasta afectar a pequeños comerciantes, transportistas e incluso músicos, quienes ahora enfrentan amenazas para poder trabajar.
A pesar del temor generalizado a denunciar, las cifras oficiales muestran un aumento en las denuncias por este delito. Mientras que en 2023 se registraron 65 denuncias ante la Fiscalía General del Estado (FGE), en 2024 el número superaría las 100.
Quienes se dedican a actividades comerciales viven con la constante preocupación de ser víctimas de extorsión, especialmente tras enterarse de casos en negocios vecinos o de cierres repentinos que se relacionan con este motivo. Este delito, que inicialmente afectaba a empresarios y comerciantes medianos, ahora también impacta a taxistas, vendedores ambulantes y músicos.
Extorsiones afectan a comerciantes, taxistas y músicos en Salamanca
Uno de los sectores más vulnerables son los vendedores de alimentos semifijos, como Guadalupe L., quien por más de 15 años vendió gorditas y quesadillas en la zona oriente de la ciudad. Guadalupe tuvo que abandonar su negocio tras recibir amenazas:
“Ya de tantos años vendía mis gorditas y quesadillas en la calle con mi puestecito sencillo. Ya tenía mis clientes que me conocían y yo también a ellos, pero hace como cuatro meses llegaron dos hombres jóvenes en un carro negro como clientes, pero se veían raros, como viendo a todos lados. En el momento en que se quedaron solos, uno me dijo que querían ayudarme a seguir vendiendo y que me protegerían para que no me pasara nada, pero tenía que darles 3 mil pesos a la semana. Al principio todo se nubla y sientes miedo, o piensas que es una broma. Me dijeron que regresarían al día siguiente, pero mejor ya no vendí. Así se acabó mi negocito, y ahora solo dependo de lo que me puedan dar mis hijos”.
En el caso de los taxistas, los afectados reportan que son interceptados por dos vehículos negros al finalizar sus recorridos en zonas alejadas del centro. Los extorsionadores les exigen 300 pesos “del día” para permitirles seguir trabajando, lo que ocurre de manera aleatoria.
Otro grupo afectado son los músicos, especialmente en comunidades, quienes durante sus presentaciones son obligados a detenerse si no pagan 5 mil pesos. Esta situación los ha llevado a establecer zonas seguras donde puedan trabajar sin temor.
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