Miércoles, 12 Marzo, 2025

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Café de tejido de la alianza Blanket Babes y Casita Linda busca apoyar a niños de San Miguel de Allende

La alianza Blanket Babes y Casita Linda buscan entregar a niños de escasos recursos abrigo con cobijas tejidas a mano 
San Miguel

Roberto López Arrieta

Café de tejido de la alianza Blanket Babes y Casita Linda busca apoyar a niños de San Miguel de Allende Café de tejido de la alianza Blanket Babes y Casita Linda busca apoyar a niños de San Miguel de Allende

San Miguel de Allende, Guanajuato.- En el patio de un café local, un grupo de mujeres se reúne para tejer. Cada una hace cuadros de colores que luego serán cosidos entre sí hasta formar cobijas que serán entregadas a niños en situación de pobreza; las participantes son en su mayoría extranjeras, pero buscan que se integren cada vez más personas.

Utilizan la técnica de crochet o tejido de gancho para tejer labores con hilo o lana que utiliza una aguja de ganchillo de metal, plástico o madera. Ésta técnica permite confecciones muy duraderas para prácticamente cualquier prenda.

El grupo fue nombrado Blanket Babes y su objetivo es tejer cobijas para las familias de bajos recursos que viven en las zonas alejadas de la mancha urbana. Hoy están aliadas con la asociación Casita Linda y es a ésta quien le entregan las cobijas terminadas.

 
 


Elizabeth Adlung es una de las integrantes del grupo. Ella compartió que está integrado por gente que va y viene, provenientes de de Canadá, de Estados Unidos.

Contó que se juntan para tejer cuadros y luego los cosen hasta hacer una cobija que será usada por niños. Casita Linda se encarga de construirles una casa de cemento y para celebrar que tienen casa nueva, se entrega con cobijas nuevas.

 



La mujer compartió que quizá hacen 100 cobijas al año desde hace más de 7 años. Siempre es gente nueva, dijo; incluso compartió que actualmente personas que apenas tienen dos semanas y que se están enseñando a tejer. Se reúnen una vez a la semana, de 11:30 de la mañana a 1:30 de la tarde, en el patio de un café local, frente a la posada San Francisco. El grupo acepta donaciones para comprar hilo o donaciones de hilo en especie. Las tejedoras evitan el color blanco y colores muy claros, porque aseguran que el blanco tiende a tornarse gris después de algunas lavadas. Así que las cobijas resultantes son de una diversidad de colores muy llamativas.

 

 
 


Pero no sólo tejen cobijas, también hacen ponchos específicamente para que sean usados por los niños, al ser los más vulnerables a las bajas temperaturas. Hoy hay cerca de 15 personas en el grupo; cada jueves varía el número de personas que se acercan para tejer en compañía. Lo curioso es que está integrado solamente por mujeres extranjeras, pero el grupo está abierto a que se unan más personas, de cualquier nacionalidad, incluso está la posibilidad de que también se acerquen hombres.

Cada participante debe llevar su propio hilo y ganchos. Si no saben tejer, se les enseña. La única condición es que el hilo no sea de color muy claro.

 

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