Dejan morir planta de tratamiento en San Miguel de Allende tras años de abandono


La planta de tratamiento de aguas residuales de San Miguel de Allende está abandonada y convertida en hogar improvisado. Foto: Roberto López
San Miguel de Allende, Guanajuato.- La planta de tratamiento de aguas residuales es la herramienta para evitar que el agua negra llegue a los mantos y a la presa Allende, pero hoy está completamente abandonada.
La obra costó 11 millones de pesos y hoy ya no tiene el enmallado que la protegía; se robaron los tubos, la instalación, nadie la vigila y ahora hasta alberga a un paracaidista que ya hizo su casa el lugar que debería estar tratando las aguas residuales de San Miguel de Allende.

En el año 2000, Cuando era alcalde Salvador García González promovió la creación de la colonia Ignacio Ramírez y en aquél entonces, los grupos ecologistas le señalaron que ese lugar tenía una inclinación natural que llevaría los drenajes al arroyo y al Charco del Ingenio; a pesar de eso, se construyó y efectivamente el drenaje no tenía gravedad para llegar al colector de Cuesta de San José.
Fue necesario hacer un cárcamo de bombeo al final de la avenida Ecologistas; es decir que todo el drenaje escurre y con una bomba se bombea al drenaje de Cuesta de San José y luego baja y termina en la planta de tratamiento.

El problema era que luego se iba la luz, la bomba no funcionaba, se derramaba el arroyo y había escurrimientos de aguas negras a cielo abierto. Luego instalaron otra bomba, pero el problema era la falta de energía.

Al gobierno entonces se le ocurrió instalar una planta de tratamiento de aguas residuales y había 5 organizaciones ambientales que también buscaban solución, entre ellas estaban Fundación de Apoyo Infantil, Sociedad Audubon, Salvemos al Río Laja y Charco del Ingenio, quienes realizaron un foro que trajo a especialistas de la India y de Nueva York, quienes tenían experiencia en pantanos artificiales (Reactor Anaeróbico de Flujo Ascendente -RAFA-) que es un es un terreno amplio con distintos tipo de piedras y sustratos y que en la parte superficial tiene una serie de plantas como carrizos, tules y alcatraces que mientras el RAFA actúa en la descomposición de bacterias, el agua entra a un humedal y los sustratos funcionan como un filtro, mientras que las raíces de las plantas se alimentan de los micro organismos. Esa agua tratada tiene calidad que no daña el contacto humano y que podía ser benéfica para el ecosistema.
Este sistema era barato y fácil de mantener. El municipio se comprometió que, a través de Sapasma, conectar un tubo desde el cárcamo hasta la planta y la Comisión Estatal del Agua financió la construcción de la planta, que tardó cerca de 9 años en construirse, porque la primera empresa constructora no la concluyó por falta de experiencia. Así se incrementaron los tiempos y los costos del proyecto.

Finalmente, cuando estuvo terminada, la CEAG buscó entregarla al municipio, pero éste no la quiso recibir porque la obra había tenido muchos problemas.
En el 2009 era alcalde Jesús Correa, quien solamente recibió esa obra hasta que se supo el resultado de la elección de ese año, que finalmente ganó Lucy Núñez abanderada por el PRI y por el PRD, así que la administración panista de Correa recibió la obra para heredársela a Núñez.

Esa recepción se hizo el 07 de septiembre de 2009 y por el municipio firmaron Rodolfo Jurado Maycotte, como representante de la entrega; José Antonio Fernández Rodríguez, como secretario del Ayuntamiento y Tomás Federico Ramírez Hernández, como síndico del ayuntamiento, según consta en la copia del documento que Correo tiene.
La obra terminó costando 11 millones de pesos cuando estuvo presupuestada en 2.5. Hoy está prácticamente abandonada.

Dejan en el abandono planta de tratamiento de San Miguel de Allende
Primero se robaron las tuberías, luego la malla ciclónica, las puertas y actualmente la caseta de vigilancia está invadida por un hombre de avanzada edad que la usa como vivienda.
Mientras, la presa Allende está casi por completo invadida por lirio acuático debido a que el agua que le llega tiene materia orgánica (excremento), que debió haber sido tratada por la planta de tratamiento de aguas negras, la cual en el 2009 iba a beneficiar a 16 mil habitantes.

De acuerdo al último censo del 2020, el INEGI contabilizó 174 mil 615 habitantes.
Desde finales de la administración de Luis Alberto Villarreal (2018-2021) ya se tenía el proyecto para construir una segunda planta de tratamiento de aguas residuales, y aunque se dejó el proyecto y el recurso, la administración de Mauricio Trejo (2021-2024) le quitó el dinero que Sapasma tenía para esas obras y lo canalizó a la administración municipal.

El primer día de su campaña para buscar la reelección, el alcalde con licencia Mauricio Trejo Pureco dijo en una reunión con comerciantes de los mercados, que San Miguel de Allende era el único municipio de Guanajuato que no tenía problemas de agua y que su administración había rescatado el agua.
Desde hace más de dos semanas, Correo solicitó al Sistema de Agua Potable de San Miguel de Allende la información sobre el funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas residuales, pero del área de comunicación del Sapasma no hubo ninguna respuesta.
Verónica Agundis, candidata del PAN, busca rescatar la planta de tratamiento en San Miguel de Allende
Una nueva planta de tratamiento de aguas residuales le costará al gobierno 179 millones de pesos, pero con la capacidad de tratar toda el agua negra de San miguel de Allende; la planta de tratamiento que existe está abandonada y en su momento costó 11 millones de pesos.
Así lo dijo la candidata a la alcaldía de San Miguel de Allende, Verónica Agundis, al presentar sus propuestas en favor de la preservación y cuidado de los recursos naturales en el municipio.
La primera de ellas plantea la construcción de una nueva planta de tratamiento, con una inversión de 179 millones de pesos proyectando sanear 240 litros de agua por segundo. La candidata dijo que esto equivale a sanear todas las aguas negras que genera el municipio, lo que contribuiría a la reducción del lirio en la presa Allende.
Planea también el desarrollo de la subcuenca “támbula-picachos”, a través de la implementación de proyectos que permitan conservar y restaurar la gestión sostenible del agua y el suelo, a través de prácticas agrícolas sostenibles en beneficio de la biodiversidad.
Además de un programa intensivo de bordería, acción que impacta positivamente a controlar la erosión del suelo y mejora la filtración del agua, así como el beneficio que representa para la agricultura, actividad importante en la región.

Propone captar agua de lluvia acción en áreas urbanas y rurales con tecnología moderna y sostenible.
También la reforestación, mediante plantación de especies nativas, como acción que restaure el daño de ecosistemas y la captura de aire puro, así como enriquecer la biodiversidad local.
Promete el rescate del centro de control animal, para preservar la salud y seguridad de animales domésticos y de la calle. Además de la implementación de un reglamento para la protección de éstos.
Finalmente agregó que es urgente la modernización del relleno sanitario, con sistemas avanzados para tratamiento y reciclaje de residuos. El proyecto implementará tecnología para la reducción de emisiones y generar energía renovable que ayude a disminuir la huella de carbono.
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