Homenajean al muralista Pedro Martínez Martínez en San Miguel de Allende
El muralista Pedro Martínez Martínez es un reconocido muralista de San Miguel de Allende
Los murales de Pedro Martínez en el recinto fueron realizados en 1940 y 1941 como parte del programa educativo de la entonces Escuela Universitaria de Bellas Artes y se ubican en la planta baja y en la escalinata principal.
El muralista Pedro Martínez fue homenajeado en San Miguel de Allende
Los temas proyectados incluyen detalles costumbristas de la época, como en las obras 'La Pulquería' y 'El fanatismo del pueblo'; la historia y vida cívica plasmada en ‘Guanajuato, almácigo de patriotas’ y un homenaje al oficio de los telares tradicionales, en el mural titulado 'Los Tejedores'.
En el evento se contó con la presencia de familiares del artista, entre los que se encontraban su hijo Pedro Martínez Skosswki y su nieto Pedro Martínez Rosiñol, quienes impartieron la conferencia titulada 'Vida y obra de Pedro Martínez Martínez'.
“La actividad forma parte del programa comunitario del Centro Cultural El Nigromante que impulsa el cruce de conocimientos compartidos para construir desde sus contextos, nuevas perspectivas desde la memoria comunitaria”, señaló Laura Bustos, directora del lugar.
¿Quién era Pedro Martínez Martínez?
La familia del muralista dieron a conocer detalles únicos sobre la vida de Pedro Martínez
Pedro Martínez nació en Monterrey en 1901 y aunque comenzó a dibujar desde pequeño, nunca alcanzó el estatus de alguien como Diego Rivera o David Siqueiros, aunque Cossío del Pomar dijo que “nació pintor”.
Su familia no creía que el arte fuera una carrera que mereciera la pena, así que estudió en la escuela de negocios para complacer a su padre. Afortunadamente, su talento fue descubierto por uno de los grandes artistas de esa época, Alfredo Ramos Martínez, quien convenció a su padre de que el chico era extremadamente talentoso y debía estudiar arte.
El muralista desde joven mostró interés por el mundo del arte
Entre 1939 y 1941 radicó en San Miguel de Allende en donde, además de dejar parte de su legado, impartió clases en Bellas Artes.
En 1943, se mudó a la Ciudad de México donde comenzó a trabajar para una compañía cinematográfica creando grandes paisajes. También pintó pósteres de algunas de las películas de la Época de Oro del cine mexicano y continuó enseñando periódicamente en la Escuela de Arte de San Miguel. También realizó modelado en arcilla, esculturas talladas en madera y fabricaba arcos y flechas porque le gustaba el tiro al blanco.
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