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‘Mi vida la valoré más’: mujeres de Guanajuato renacen tras superar el cáncer de mama

El cáncer de mama no es sinónimo de muerte, sino que las mujeres que logran superarlo, encuentran una nueva vida llena de dicha y amor
Vida Pública

Jorge Luis Ramos Perez

‘Mi vida la valoré más’: mujeres de Guanajuato renacen tras superar el cáncer de mama ‘Mi vida la valoré más’: mujeres de Guanajuato renacen tras superar el cáncer de mama

El cáncer de mama no es sinónimo de muerte, sino que las mujeres que logran superarlo, encuentran una nueva vida llena de dicha y amor

Con información de Enrique Pérez, Karla Silva y Nancy Venegas

Staff Correo

Guanajuato.- El cáncer de mama puede ser una enfermedad intimidante y atemorizante. Pero no es una sentencia de muerte ni mucho menos.

Así lo confirman las historias de tres mujeres guanajuatenses de San José Iturbide, Silao e Irapuato, quienes luego de luchar y aferrarse a la vida, encontraron plenitud y dicha bajo el cobijo de sus familiares y seres queridos.

Estos son sus testimonios.

Cáncer de Mama
Foto: Especial

“Supe para qué era la vida”: Basilia Robles en San José Iturbide

Basilia Robles Baldes, mujer sobreviviente al cáncer de mama mencionó que la enfermedad no debe ser sinónimo de muerte. Dijo que se debe aprender a vivir con el enemigo para poder asimilarlo, siendo el apoyo de la familia una parte fundamental en el proceso.

Actualmente ‘Doña Basi’, como cariñosamente le llaman, tiene 78 años, y desde hace 35 años radica en San José Iturbide. Le diagnosticaron el cáncer de mama hace aproximadamente tres años, casi al inicio dela pandemia del Covid-19.

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En entrevista para Periódico Correo, menciona que su vida después de ser diagnosticada cambio radicalmente. Tuvo que buscar ayuda con psicólogos y gente preparada para que le ayudaran principalmente a asimilar el cáncer.

Resaltó que posteriormente tuvo que buscar un espacio en distintos hospitales. Sin embargo, derivado de la pandemia, la mayoría estaban cerrados. Sin embargo, varias personas le ayudaron a entrar a un hospital para que la atendieran.

“Es ese hospital tuve ayuda de un tanatólogo que me ayudo a asimilar el cáncer y a enseñarme como investigar qué es, antes de hacerme más daño yo”, mencionó.

“La vida cambia. Mi vida la valoré más, supe para qué era la vida, me autoanalicé, me dije cuánto me quería, supe amar a las personas que me rodeaban, supe perdonar el daño que hacían, supe valorar a los médicos, a todas las personas que en su momento me tendían la mano y me ayudaban. Pero principalmente supe valorar el día con día que mis ojos abren”, agregó.

Cáncer de mama
La señora Basilia Robles. Foto: Enrique Pérez

Resaltó que derivado del cáncer, recibió un primer tratamiento de cinco quimioterapias, teniendo una pausa de un mes para posteriormente ser intervenida en una operación. Finalmente tuvo otras cuatro sesiones de quimioterapia.

Pero también ha recibido distintas radiaciones, y actualmente se encuentra bajo un tratamiento prolongado de cinco años. Doña Basi es una sobreviviente, pues de siete compañeras de quimios y radiaciones, solo sobreviven dos que encuentran luchando para seguir adelante.

Resaltó, que para aquellas mujeres que en su momento pudieran recibir la noticia de tener cáncer, lo primero que deberán realizar es el buscar ayuda con personas preparadas.

“Lo que puedo decir es que el cáncer no nos va a llevar. Podría ser que nos fuéramos por un paro cardiaco, o una emoción fuerte”, indicó.

Subrayó, que también la familia es el principal punto para que se puedan levantar. Como pacientes, dijo que hacen el 30 por ciento, y la familia el 70 por ciento restante para la recuperación. Por ello deberán acudir en primera instancia a sus hijos y familia, finalizó.

“Para mí, el cáncer no es muerte”: Doña Chila en Silao

A pesar de haber recaído ante el cáncer de mama, doña Chila lucha por recuperarse y pone su esperanza en la fe. Para ella, esta enfermedad “no es muerte”.

Cecilia Ramírez Araujo, de 57 años de edad, vive en la comunidad El Paraíso, al pie del Cerro del Cubilete. Desde ahí, todos los días levanta la mirada para observar al Cristo Rey.

Hace más de una década le diagnosticaron cáncer en el seno izquierdo, y desde entonces ha pasado por cambios en su vida de los que ha tomado fuerza para salir adelante y para motivar a otras mujeres que atraviesan por una situación similar.

“Para mí el cáncer no es muerte. Cuando me detectaron la primera vez (el tumor) en mi pecho, uno siente que ahí se acaba todo y, la verdad, pues no, no es cierto”, admite.

Doña Chila se encontró una bolita en la mama, por lo que decidió visitar a los médicos. Inicialmente le dijeron que se trataba de grasa, pero sintió que las cosas no estaban bien y que debía persistir en su atención.

A los nueve meses, en 2010, determinaron que su situación era complicada. Al ser valorada por un oncólogo recibió la impactante noticia que cambiaría su vida.

“Me decía el doctor que yo iba en una fase terminal. Sin yo saber qué era eso, le pedía a Dios que me diera fuerza y no se me olvida que, como yo vendo (alimentos) en Cristo Rey, ahí lo estoy regañando porque me había pasado eso”, recuerda.

Silao
La señora Cecilia Ramírez. Foto: Karla Silva

En un encuentro más cercano, acudió al Santuario y “pedí perdón”, fuerza y paciencia para “no renegar”. Luego de cinco años bajo observación, le dieron el alta médica, pero tiempo después los tumores malignos le aparecieron en los ganglios.

“Miraba al doctor que se rascaba la cabeza y decía: ‘No puedo entender lo que está pasando. El cáncer se te fue al cuello’. Ahorita todavía estoy en tratamiento”, admite.

Aun así no pierde el ánimo, pues considera que “Si Dios me eligió… Fue por algo, y no nos queda más que echarle ganas”. Agradece la motivación que ha recibido por parte de muchas personas.

Y también asegura que “el cáncer no es muerte y yo digo que no, porque vengo de un cáncer terminal y ¿por qué estoy aquí? Gracias a Dios”.

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