Cae venta de ropa en Moroleón y Uriangato; es la mitad que hace una década


Negocios de ropa en Moroleón y Uriangato enfrentan problemas por competencia china. Foto: Luis Telles
Moroleón, Guanajuato.- Cada año las ventas de la ropa en Moroleón y Uriangato han sido cada vez más bajas. Durante el 2023, las ventas que se registraron solo sirvieron para cubrir la nómina de los trabajadores, que ahora son la mitad de los que había en las empresas hace 10 o 12 años. No se ha logrado recuperar las inversiones realizadas.
Así lo consideraron las empresarias del sector textil y de la confección, Consuelo y Leticia, quienes afirmaron que en este 2023 llegaron muy pocos compradores mayoristas a los municipios de Moroleón y Uriangato para adquirir los productos confeccionados en la zona.
"Vienen pocos autobuses, tal vez un 20% o 30% de los que venían antes. Hace unos 10 años, durante la temporada de ventas de octubre, noviembre y diciembre, el tráfico para llegar a ambos municipios era tan intenso que circular era prácticamente imposible. Desde Guanajuato, incluso desde la comunidad de Parangarico de Yuriria, la situación era tal que algunas personas ingresaban a Moroleón y Uriangato por la carretera que va a Cerano o por la comunidad de San Francisco de la Cruz, ambas de Yuriria, y desde Michoacán, desde Cuitzeo, se veía una impresionante cantidad de compradores que querían llegar a Moroleón y Uriangato", explicaron.
Las empresarias señalaron que, hacia finales de noviembre y diciembre, se observó la llegada de autobuses con compradores, pero solo compraban una o dos prendas, ya no como antes, cuando los mayoristas adquirían grandes cantidades.

"En los años 94, 96 y 2000 era una maravilla. Llegaban mayoristas que compraban grandes cantidades, por ejemplo, un solo cliente podía adquirir 40 bultos de empaque, 60, y pagaban al contado. Ahora ya no es así. Los que compran ropa se llevan solo una bolsita. Muchos son para su consumo personal, y también hay quienes venden en su colonia, personas que no adquieren tanta mercancía, solo lo que creen que pueden vender o porque ya tienen pedidos", agregaron.
Consuelo y Leticia expresaron su agradecimiento a Dios por seguir vendiendo sus productos, lo que les ha permitido cubrir gastos como salarios de trabajadores, proveedores y compra de telas. Sin embargo, enfrentan la preocupación semanal de verificar si ya completaron la nómina.
"Sentimos que este 2023 fue más complicado que los anteriores. En el 2020, cuando comenzó la pandemia de COVID-19, empezamos a fabricar batas, cubrebocas, e incluso nos pidieron hacer bolsas para las personas que desafortunadamente fallecían. Tuvimos que adaptar algunas máquinas para ello. Esperábamos que, después del COVID-19, empezaríamos a recuperarnos. Para el 2021 y 2022 ya más, en 2023 pensábamos que volveríamos a tener buenas ventas, pero no fue así. Ha sido muy complicado, y consideramos que se debe a la situación económica nacional y mundial. Por ejemplo, en Estados Unidos, hay problemas laborales, y aquí en nuestro país también", señaló Consuelo.
Empresas cierran por competencia china

Como empresarias, afirmaron que mientras tengan trabajo y la gente siga comprando, continuarán con sus empresas. Sin embargo, reconocieron que solo aguantarán hasta donde sea posible, ya que algunas empresas han preferido cerrar debido a la falta de grandes ventas y la competencia de mercancía china y otros lugares del país que ofrecen productos más baratos.
Esta situación las afecta mucho, ya que, a pesar de vender productos de calidad, los compradores prefieren productos similares pero con un precio 10 o 20 pesos más bajo. "Nos piden que bajemos esos 10 o 20 pesos, pero si lo hacemos, no cubrimos los costos de producción. Tratamos de seguir dando empleo a las personas que están con nosotros, pero ahora tenemos menos personal, de 60 a 70 personas antes, y ahora es menos de la mitad, alrededor de 20 a 30 personas. Aunque algunos encontraron otras oportunidades, ya no contratamos a menos que sea indispensable para la línea de producción", agregaron.
Ventas en internet también afectan

Además, mencionaron que ahora también enfrentan la competencia de las ventas por internet, con páginas web como la conocida "Shein", donde se vende ropa barata. Aunque la gente pide y recibe el producto en casa, con bonos adicionales incluidos en la compra, no consideran la baja calidad de la ropa.
"Cuando llegan a las tiendas, ven la calidad de las telas, los bordados, los lavados, como los pantalones de mezclilla con sus deslavados, las zonas que se rompen, todo hecho a mano, lo que encarece la prenda, pero las personas que compran no lo entienden. Algunas personas acuden a tiendas departamentales y compran ropa a precios elevados, pero cuando llegan a nosotros, nos regatean el precio considerablemente, hasta 10 pesos", comentaron.
Finalmente, concluyeron que, si desean seguir con sus fábricas, tendrán que arriesgarse con algunas otras opciones de producción. Sin embargo, basándose en la experiencia de otras empresarias, no ven resultados prometedores.
"Tenemos que seguir con lo que sabemos, con lo que nos sacó adelante, seguir con lo básico. Pero, si ya no funciona, tendremos que parar, porque de lo contrario, las preocupaciones nos llevarán a enfermarnos e incluso a morir".
LC