Las personas en situación de calle sí les gustaría vacunarse, pero no saben cómo, cuándo y dónde aplicarse la dosis
Staff Correo Estado.- Las personas en situación de calle difícilmente tienen registro en los gobiernos municipales. Aunque en muchas localidades realizan operativos para brindarles apoyo, no pasa del reparto de cobijas, alimento y la invitación para que vayan a los albergues. No hay oferta de servicio médico y mucho menos de aplicación de vacunas.
El Sistema DIF de Irapuato excusó que no es su responsabilidad si los indigentes se vacunan o no, pues es una decisión de cada persona.
Su titular, Alejandro Jiménez Ramírez, reconoció que ni siquiera existe un registro o censo sobre el número de personas que viven en las calles, pues el DIF no tiene obligación para ello.
“Este tema no lo manejamos como tal. Sí hay instancias que están buscando y que han solicitado apoyo para llevar a las personas que están en situación de calle a vacunar, hemos visto personas, pero no te puedo decir si los vacunaron o no, por la edad, por los documentos”, explicó.
Compartió que ellos tienen bajo su resguardo 22 indigentes de entre 20 y 80 años de edad, la mayoría mujeres, quienes ya no están en las calles, sino en albergues. Expuso que, aunque esas personas no cuentan con documentos necesarios para acceder a la vacunación, el DIF hizo las gestiones para que los vacunados.
La Dirección de Protección Civil informó que ha identificado entre ocho a diez indigentes en los operativos que realizan para entregarles cobijas e invitarlos a los albergues, pero señaló no tener la competencia para obligarlos o no a vacunarse.
En Silao se tienen detectadas a cinco personas que duermen en Se deslindan municipios No cuentan con censos de gente que vive A LA INTEMPERIE Sí les ofrecen cobijas o llevarlos a un albergue, pero dicen que no les toca la vacunación las calles, las cuales no han recibido vacuna contra la enfermedad Covid-19, pero tampoco existe evidencia de que hayan contraído la enfermedad.
Así lo reveló el director de Protección Civil, Felipe Alejando Ballesteros Pallares, quien expuso que se trata de hombres que no cuentan con un punto determinado para pasar la noche.
Reconoció que el Sistema DIF de Silao tampoco cuenta con un registro de personas indigentes.
“Hemos estado monitoreando su condición de calle. Los hemos estado también invitando para que se acerquen al albergue temporal que (por la temporada invernal) tiene Protección Civil… pero desisten en esa intención de acudir y prefieren seguir quedándose en la calle. Quiero pensar que se sienten más seguros estando en la calle”.
El funcionario aseguró que se les ha invitado a inmunizarse debido a la contingencia sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, pero se niegan a recibir la vacuna.
“Tan es así que (la vacunación) es voluntaria y se han hecho las campañas de promoción de la misma, pero no hemos tenido dato o información que nos refiera que se han acercado a recibir alguna vacuna”.
La misma situación que fue confirmada por trabajadores del sector salud en el municipio, que expusieron que no se tiene registro de indigentes que se hayan contagiado de covid, ni que hayan sufrido enfermedades respiratorias pese a la temporada invernal.
En Guanajuato Capital no hay un registro sobre cuantas personas en situación de calle residen en el municipio. Menos hay una vigilancia acerca de si los individuos en esta condición ya han recibido alguna dosis de la vacuna contra el covid-19.
A pesar de la falta de datos sobre personas en situación de calle, las autoridades afirman que es muy poco frecuente encontrar a personas en estas condiciones en la capital del estado.
“Es un problema que hay que tomarle atención. Pero que no es un tema de focos rojos de que se necesite hacer algo extraordinario. Es un tema de seguimiento nada más”, declaró Iván Rivelino Moreno Galván, director del DIF Municipal de Guanajuato Capital.
Detalló que los pocos casos que han detectado son principalmente adultos mayores. Sin embargo, tienen programas en donde las personas en situación de calle pueden refugiarse en un albergue, acceder a alimentos y tener condiciones más dignas de vida.
No obstante, argumentó que los afectados pocas veces acceden e incluso se muestran violentos ante el ofrecimiento de ayuda.
“Lo que hacemos es tratar de encontrar a la familia que está alrededor y que puede hacerse cargo del adulto mayor para que no esté como indigente”, explicó.
Sólo han atendido un caso
En Acámbaro no existen casos recientes de indigentes, salvo un hombre que hace unos días fue hallado en calles de la colonia San Isidro 2 que ya fue entregado a sus familiares, citó el presidente del DIF municipal, Juan Gabriel Aguilera Torres.
Excusó que la familia de esta persona es la que debe dar el seguimiento sobre su vacuna.
Reconoció que es preciso implementar un pequeño programa para las personas de calle que no tienen una red familiar, “porque debe haber alguna persona que no hemos podido localizar o que esté muy visible”, apuntó.
Pocos aceptan la dosis
El Sistema DIF-León tiene detectadas 90 personas indigentes, de las cuales solo 19 accedieron a vacunarse en una campaña realizada en abril del año pasado. Todos los demás dijeron que no querían. De los 19 que sí vacunaron, 18 sí recibieron la segunda dosis fueron pero hubo uno que se negó a completar el esquema. El Sistema DIF-León informó que han buscado a la mayoría de las personas en situación de calle para que les apliquen el biológico, pero estas prefieren no ser ayudadas y seguir con su rutina de andar por la ciudad.
Entre las personas sin hogar hay quienes sí desean aplicarse la vacuna, pero no saben dónde ni cuándo hacerlo, como Pedro Franco, cuya dificultad para enterarse de las campañas le impidió ponérsela. Sólo ha escuchado que la gente habla de la vacuna.
“Pero no sé si cuesta. No sé cómo se pide, ni adónde acudir. Luego decían que tenías que llevar papeles, y pues yo no tengo nada, más que mi mochila”, contó mientras deambulaba por la colonia San Miguel.
A Jorge Rodríguez López de 55 años, quien tampoco tiene hogar, se le cuestionó por qué no se ha aplicado su dosis. “Ahora si voy a ir, me voy a dar una vuelta (…) es que ahorita no me he sentido mal”, dijo mientras caminaba sobre el bulevar Aeropuerto, cerca de uno de los puntos de vacunación.
Reconoció que una vez tuvo síntomas, pero no le dieron tan fuertes.
Jaime Espinoza vive entre cartones húmedos y cobijas olorosas a un lado del río sobre la calle Nueva, en el centro de la ciudad. No recuerda su edad y aunque duerme en la banqueta, está de buen humor; reconoce que no se baña y que come lo que la gente le ofrece.
Reconoce que del DIF no se ha acercado nadie para ayudarlo, incluso compartió que no ha sido vacunado.
“Para nada, ¿para qué? Estoy bien, tomo mucho refresco”, dice mientras se golpea el brazo en señal de fortaleza.
Jaime pernocta en la banqueta, cerca de la esquina con calle Canal y usa el barandal de la ribera del río como cabecera. En las noches se cobija por completo para no sentir el frío intenso y que cuando llueve se tapa con hules y cartones.
Un hermano suyo le quemó su casa en la colonia Brisas, en un arranque de borrachera. En ese incendio perdió todo y hoy busca que el gobierno le ayude con láminas para poder recuperar su casa.
Tiene sus herramientas para trabajar como bolero y que la gente a veces se acerca para que le limpie los zapatos; es la manera en que saca algunos pesos.
No tiene nociones precisas de tiempo o lugar. No supo decir cuánto tiempo lleva en esas condiciones. Sabe que no tiene hijos, pero confiesa que no la pasa triste, “me voy a caminar un ratito y regreso”. Eso sí, con una sonrisa reconoce que no se baña y que así está a gusto.
Las vacunas es lo último en lo que piensan algunos indigentes que vagan por las calles de Irapuato, algunos de ellos solamente buscando qué comer en el día o bien para seguir sumidos en sus vicios. Tal es el caso de un joven que dijo tener 24 años de edad, quien deambula con sus pocas pertenencias por la ciudad, con la ropa sucia y un estado de abandono total de su persona.
Él dice que no se ha vacunado, pero que ya lo van a llevar sus familiares. De forma cortante y sin querer dejar ver su rostro, asegura que sí irá a recibir la vacuna, sin embargo, no porta cubrebocas y sus ropas, las usa para cubrirse de los rayos del sol. Apresurado y con una actitud desganada, asegura que sí se vacunará en el futuro.
En Salamanca se tienen detectadas cinco personas en estado de indigencia que fueron ayudados por la ciudadanía para que recibieran la vacuna, algunos sólo con una dosis.
Fernando Martín Suazo vive en la calle desde hace seis años, y está por aplicarse la dosis de refuerzo con apoyo de vecinos de la zona donde pernocta.
Es originario de Honduras y pasa las noches en la esquina de Faja de Oro con Sánchez Torrado. Ahí tiene una “casa” improvisada debajo de un árbol, hecha de cobijas que le han regalado y con las que se trata de quitar el frío.
Los vecinos se han acostumbrado a verlo allí. Le llevan comida, ropa o monedas. Entre las personas que lo apoyan esta “la maestra” – como él mismo la conoce—, quien lo llevó a vacunarse contra la covid-19 en dos ocasiones. Se declara listo para recibir el refuerzo, pues aunque es extranjero cuenta con su acta de nacimiento.
El director de Protección civil, Camerino Ramírez Águila, informó que han detectado unas cinco personas en estado de indigencia que cambian de lugar constantemente.
Para que este sector de la población fuera vacunado, se tuvo el apoyo de salmantinos que acercaron a quienes aceptaron ir a los módulos. Otros fueron detectados por las Brigadas Correcaminos y fueron atendidos, aunque hubo quienes se movieron de lugar después de la primera dosis.
“Creo que fue un sector atendido en todos los sentidos. Buscamos que no se nos quedara nadie y se hicieron barridos por parte de cada dependencia en colonias y comunidades que sabíamos que existían”, señaló Juan Jesús Martínez, jefe de la Jurisdicción Sanitaria V.
Jesús López lleva años sin ver a su familia. Es una persona en situación de calle que ronda por la zona del Cerro de Los Leones en Guanajuato Capital. Tiene una larga barba llena de canas y utiliza una gorra desgastada para proteger su cabeza de los rayos del sol.
Jesús tiene más de 60 años y no recuerda cuánto tiempo ha estado sin hogar. Dice ser proveniente de Michoacán y es acompañado por un perro.
Él afirmó que no se ha aplicado la vacuna contra el nuevo coronavirus, pues no sabe en dónde se la pueden suministrar. Duda de la existencia del virus. Sin embargo, prefiere ser inmunizado por precaución. Jesús declaró que sobrevive gracias a la caridad de los ciudadanos que le regalan algunas monedas o en ocasiones alimentos.
**Con información de Nayeli García, Karla Silva, Onofre Lujano, Omar Medina, Jazmín Castro
