Mujeres disputan pensión de sus hijos; Guanajuato es 2° estado con más denuncias
Son 905 denuncias por falta de pensión alimenticia en Guanajuato, gracias a que padres se niegan a dar dinero a sus exparejas e hijos
Miguel Juárez/ Jazmín Castro
León.- Guanajuato se ha consolidado como la segunda entidad con más casos de Incumplimiento de Obligaciones de Asistencia Familiar a nivel nacional. Acumula 905 denuncias entre enero y mayo de 2022. Son seis nuevos casos al día, en promedio, debido a progenitores que se niegan a dar para la manutención de sus exparejas e hijos.
Desde 2019, Guanajuato se ha mantenido en la segunda posición en el panorama nacional. Así lo indican datos reportados ante el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Sólo el Estado de México ha concentrado más casos -por ejemplo, reportó mil 271 en los mismos cinco meses de 2022-. Aunque es importante considerar que tiene casi tres veces más habitantes que Guanajuato.
Se trata de un fenómeno caracterizado por madres agobiadas que se enfrentan, además de las condiciones prácticas de un contexto violento, a la impunidad, la falta recursos económicos, de tiempo y de redes de apoyo legales y psicológicas.
¿Qué dice la ley?
El Incumplimiento de las Obligaciones de Asistencia Familiar se sanciona con, desde seis meses hasta tres años de prisión. Esto de acuerdo con el artículo 215 del Código Penal de Guanajuato.
Para llevar el proceso en libertad, el inculpado debe pagar una multa de entre 865 y 5 mil 190 pesos de multa. Además debe cubrir el monto de los alimentos caídos en los términos de la legislación civil.
Este delito sólo se persigue por querella. Aunque si la persona ofendida es menor de edad o incapaz, esta la podrá presentar una institución de asistencia familiar.
El perdón procederá sólo cuando se hayan cubierto las obligaciones y exista garantía para su futuro cumplimiento hasta cuando menos por un año.
Solas y sin un peso sacan adelante a sus hijos
Alejandra y Eli tienen algo en común: ambas tuvieron que luchar para sacar adelante a sus hijos, solas y sin un peso en la bolsa. Intentaron buscar ayuda en las instituciones y autoridades, pero no la encontraron. Su amor y fortaleza las impulsó para salir adelante.
Y es que en el caso de Alejandra ‘N’, hace 12 años se separó del padre de sus seis hijos. La violencia física e infidelidades la orillaron a tomar una decisión. Cansada de la vida cruel que llevaba, tomó a los niños y se marchó para buscar un mejor futuro.
Pero al verse sola intentó encontrar apoyo en las autoridades y el derecho de que sus hijos tuvieran una pensión alimenticia al tener siete bocas que alimentar todos los días. No había pretexto, no había para dónde hacerse, era sí o sí.
Quiere el divorcio
Alejandra ‘N’ aún no está divorciada, pues aseguró que en aquel entonces le pusieran muchas trabas. “Me pedían que llevara escritos de todas la veces que yo había recibido violencia, cuando me pegaba, el horario, los días y pues no. Para mí eso era imposible estarme acordando de tantas veces y fechas. Mejor lo dejé, porque o demando o trabajo y me interesaba más el alimento de mis hijos”, resaltó.
“A veces el DIF le mandó citatorio (a su expareja), pero me los rompía. Me decía ‘a mí no me hacen nada’ y era muy humillante eso. Me sentía la peor”.
Su marido nunca se hizo responsable de sus hijos.
Ella siempre trabajó como comerciante, haciendo el aseo en viviendas o en cocinas, pues su mayor temor era que sus hijos se fueran ‘por el mal camino’ al estar solos.
Ahora ya crecieron y eso resultó una luz al final del camino. Sin embargo, le hubiera gustado que las autoridades lograran fincarle responsabilidades a su marido para con sus hijos.
Después de muchos años de lucha, ahora son ellos quienes la defienden.
Tres hijos y cero ayuda
Eli es una mujer de 39 años, madre de tres varones adolescentes de 12, 13 y 17 años.
Desde 2019 demandó a su exmarido por una pensión alimenticia para sus hijos, pero no les ha dado nada.
Decidió dejar a su esposo por la violencia emocional que ejercía sobre ella y sus hijos. Ese cambio la obligó a trabajar, cambiar de escuela a los niños y disminuir su calidad vida.
Tres años duró el calvario entre los juzgados de oralidad familiar, abogados, papeles, psicólogos para los niños, pruebas y de todo. Hasta que este año finalmente la juez pidiera que hicieran un acuerdo con su expareja por una raquítica cantidad a la semana y dar por cerrado el juicio.
Eli accedió porque ha pasado mucho tiempo ya desde que inició el proceso. Reconoce que muchas veces quiso desistir por lo tardado que resulta, y sobre todo el desgaste emocional.
Prefieren a sus hijos que un apoyo que no vendrá
Con eternas demandas o sin ellas, mujeres sin el apoyo de los padres han hecho frente al cuidado y protección de sus hijos en Guanajuato. Al menos, ese el caso de dos leonesas. Berenice, quien desde los 22, prefirió quedarse sola con su hija; y una mujer policía quien, tras una infidelidad, se hizo cargo sola de sus dos niñas.
Berenice es una mujer de 43 años, desde los 22 cuando tuvo a su hija Jesica, tuvo que hacer hasta lo imposible para no solo hacerse cargo de su hija, sino recuperarla, tras el robo de su entonces esposo. Cuenta que luego de ciertas complicaciones durante el parto, el padre de la niña sin explicación la arrebató de sus brazos.
“Cuando tuve a Jes, en el parto tuve complicaciones que me hicieron como perder el conocimiento, no estaba bien. Cuando me compuse en el seguro, luego de casi un día o más, le dije a mi mamá qué cómo estaba la niña. Pero me dijo que ya se la había llevado el papá. Y yo ¿cómo? si no la he visto” compartió la señora Bere.
Si bien dice entiende que, en el seguro, le entregaron la niña al papá, porque lo era. Cuando fue a buscarla con su familia, ocurrió lo que más habría temido en la vida. Estos no se la querían entregar, justificando que ella no merecía hacerse cargo.
Luego de mucha exigencias y presiones, la recuperó. Sin embargo, ante el poco apoyo que tuvo de las autoridades y el estado, dijo ya nunca más quería pedirles nada, ni a él, ni con juicios de nada. No había ni el tiempo, ni contactos, ni posibilidades económicas para hacerlo.
Prefirió dijo “nunca esperar nada del viejo, fulano este y mejor quedarse con su niña. Aunque tuviera que juntar PET, latas de aluminio o cartón para juntar dinero”. Y así lo hizo, desde entonces ha hecho de todo para darle a Jesica, quien ahora tiene aproximadamente 23 años, comida, educación y todo lo mejor que puede.
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LC