Ni ríos ni presas, suroeste de Guanajuato está seco


Preocupa sequía en Guanajuato. Foto: Martín Rodríguez
Guanajuato, Guanajuato.- En el suroeste de Guanajuato, la situación de sequía se agrava día a día, afectando no solo a sus presas, sino también al sector agrícola. Las presas de la región muestran niveles alarmantemente bajos, lo que genera preocupación entre las autoridades y los habitantes locales.
Esta sequía impacta de manera directa en la producción agrícola, dejando a los agricultores en una situación precaria, con cultivos marchitos y pérdidas económicas significativas.
Ante esta crisis, se hace imperativo implementar medidas de conservación del agua y buscar soluciones sostenibles para mitigar los efectos devastadores de la sequía en esta importante región agrícola de Guanajuato.
Animales sufren por encontrar ‘una gota de agua’ en Guanajuato
Sin saber a dónde migrar para buscar su alimento, diferentes especies de aves como tordos, martines pescadores, garzas y otros se aferran a buscar comida en la poca agua que queda en algunos embalses de las presas que se encuentran en la zona Laja Bajío.
Autoridades de los diferentes municipios coinciden en que las más favorecidas tienen alrededor del 20% de su capacidad, pero pronto se estará acabando una vez que entre la temporada de calor y el líquido se evapore, mientras que la temporada de lluvias todavía tardará en ayudar a recuperar los niveles.

La mayoría de estas presas están secas y de las que tienen un poco de agua no se les puede sacar, pues el nivel de líquido se encuentra por debajo de la cortina o de la tubería de desfogue, por lo que los agricultores tampoco están esperando usarlas ni les alcanza.
Según el Sistema de Presas de la Comisión Nacional del Agua, se pueden enlistar diferentes embalses en la región. En el caso de Apaseo el Grande, el Bordo Grande se encuentra seco; en Apaseo el Alto, que tiene un sistema de presas conectadas entre sí, se puede enumerar la de Espejo o Mandujano, la más grande con capacidad de 10 millones de metros cúbicos, pero no supera el 20%. En este municipio se encuentran además la de Gamboa, pero su cortina está rota, La China o Belén, Paredones, San Marcial, Barajas y San Cristóbal.

También está el caso de Tarimoro con la presa El Cubo, con capacidad de almacenaje de casi 15 millones de metros cúbicos; actualmente no supera ese 20% y en este territorio se encuentran también El Acebuche, La Escondida, Huapango, El Tejón y El Carrizo, pero están secas. En Cortázar solo se registra la presa de Jamaica, pero hace años que fue destruida.
En Juventino Rosas está la más grande de la región, la presa de Guadalupe, con capacidad de 20 millones de metros cúbicos, también en muy bajos niveles, y en este municipio se ubican Jaralillo y San Pedro; esta última cuya cortina fue rota y se encuentra en reparación. Celaya tiene la presa Galvanes, está seca, pero llena apenas alcanza a almacenar 170 mil metros cúbicos.
En Comonfort está la presa de Neutla, con capacidad de casi 5 millones de metros cúbicos, pero actualmente no llega al 20%. En este municipio se ubican también las presas Las Gallinas y Los Olalde, que tampoco tienen agua, mientras que el municipio de Villagrán ni siquiera tiene embalses.

Algunos vecinos y usuarios de las presas señalaron que, a diferencia de otras ocasiones, sí han visto a estas presas secas, pero no por tanto tiempo, por lo que si este año no llueve lo suficiente, entrarán en una situación sin precedentes.
Sequía de Presa Solís en Acámbaro afecta a pescadoras
La comunidad de Santa Inés cuenta con un vaso de agua perteneciente a la Presa de Solís, lugar al que ingresan 42 pescadores originarios de la localidad, los cuales, debido a los bajos niveles de agua que presenta la Presa, han disminuido los kilos de pescado que sacan, así lo comentó Eusebio Mejía Torres, representante de los pescadores de Santa Inés.
Este año, los niveles de agua de la Presa disminuyeron notablemente. "A mi parecer, yo siento que la presa cuenta con un 15% de su capacidad de agua. Esto ha ocasionado que no podamos obtener gran cantidad de pescado, ocasionando que los compañeros se dediquen a trabajar en el campo como jornaleros".

La presa no tiene ni la tercera parte de lo que otros años ha tenido de agua. Aunado a eso, el Módulo de Riego asignará 30 millones de metros cúbicos para el ciclo de riego de los agricultores. Con esa acción, los niveles de la presa del lado de la localidad de Santa Inés bajarán aún más, ocasionando que los pescadores no puedan ingresar a trabajar.
Con la llegada de las bajas temperaturas, ocasiona que exista poca producción de peces, sobre todo en los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero. Para el mes de abril, la producción comienza a crecer, tiempo en que inician a extraer el agua de la presa para los ciclos de riego de los agricultores. "Así como está el vaso de agua este año nos van a dejar sin nada. A veces se queda el puro arroyo del río y no hay nada, nos van a dejar mirando y la pesca se nos va a bajar aún más".

A la comunidad acuden los acaparadores del Estado de México, Morelia y algunos de Acámbaro, los cuales pagan a 12 pesos el kilo de carpa y la mojarra, algunas ocasiones a 17 pesos el kilo. Llegan a la localidad dos días a la semana, los cuales se llevan de 250 a 300 kilos entre mojarra y carpa. Esto es una cuarta parte de lo que anteriormente sacaban, cuando los niveles de agua están más elevados. Varios de los pescadores están cambiando las redes por el tractor. Los que cuentan con tierras han empezado a sembrar y los menos afortunados se van de jornaleros.
"La falta de agua nos está dejando sin dinero para comer, está muy apagado esto y a ver cómo nos va más adelante ya que se dice que no habrá mucha lluvia", Eusebio comentó que no ha existido acercamiento con las autoridades para solicitar apoyo.

En el mes de julio del año pasado, una parte de la ex Hacienda de Santa Inés estaba debajo del agua de la Presa Solis. Actualmente, esta se puede apreciar a consecuencia de los bajos niveles del agua.
Bajos niveles de agua en el Río Lerma afectan agricultura en Guanajuato
Los bajos niveles de agua en el Río Lerma, una de las principales fuentes de agua para la agricultura en la región suroeste del estado de Guanajuato, ha causado temor en un sector de la población que se dedica a las actividades agrícolas y ganaderas pues temen que este año no haya suficiente líquido para hacer producir la tierra o dar de beber a los animales.
En el municipio de Huanímaro, que se encuentra al sur del Estado de Guanajuato, en la colindancia con el Estado de Michoacán, existen dos fuentes de agua donde se generan aprovechamientos para la agricultura y la ganadería. La primera de ellas es el agua subterránea dónde, a través de pozos de extracción, se saca el agua del subsuelo para satisfacer la demanda. La segunda, es el agua que transporta el Río Lerma y que genera beneficios a los ejidatarios de comunidades como San Ramón, San Cristóbal, Joroches, entre otras que se encuentran cerca de dicho cauce.

Debido a que en el municipio no existen grandes presas que permitan almacenar el agua en temporada de lluvias, para utilizarla en temporada de sequía y, al considerar que la mayor demanda del vital líquido la generan en Guanajuato las actividades agrícolas y ganaderas, los campesinos se ven obligados a utilizar el Agua del Río Lerma, a pesar de que arrastre consigo contaminantes y metales pesados, en su recorrido por varios Estados del país
Sin embargo y ante la falta de lluvias durante el 2013, el Lerma, enfrenta la otra sequía originados por los bajos niveles de algunas presas que lo alimentan. En los límites entre Guanajuato y Michoacán, no hay agua circulando por el cauce y sólo se pueden apreciar algunos encharcamientos, insuficientes incluso para generar un aprovechamiento.
Algunos campesinos, como Martín Morales, se encuentran preocupados por la situación al grado de tener incertidumbre, para saber de dónde podrán obtener el agua que necesitan para las cosechas del ciclo Primavera-Verano, “el año pasado nos fue muy mal con la lluvia, por eso, este año no hay agua en las presas no en los ríos”, confirmó.

El productor de granos, señaló que, de no garantizar el abasto, la actividad agrícola y ganadera pudiera enfrentar serios problemas para su continuación, “todos dependemos del agua, si no tenemos agua no podemos sembrar no engordar al ganado, nadamás imagínate, una vaca consume entre 100 y 150 litros de agua de manera diaria”, afirmó.
Preocupan bajos niveles de acuíferos en Silao
Los bajos niveles de los mantos acuíferos en el municipio de Silao representan un foco rojo, reveló el alcalde Carlos García Villaseñor.
Y es que, en recientes semanas, las inquietudes por parte de los productores han crecido al grado que han solicitado la intervención de las autoridades gubernamentales, pues el agua debe ser atraída cada vez a mayor profundidad.
"Sí tenemos un foco rojo, no podemos negarlo, un foco rojo que lo venimos checando desde el año pasado... prácticamente aquí (en Silao) no tenemos presas de captación, vemos el nivel de los mantos freáticos que se ha bajado prácticamente cinco metros, y eso nos representa un foco de alerta muy importante", mencionó.
Al encenderse los motores para extraer agua subterránea la recuperación de estas capas suele ser más lenta.
La zona más afectada es la norte donde se encuentran comunidades rurales como Chichimequillas, Velarde, Aguas Buenas, la más alta en comparación con el resto del territorio silaoense.
Al mismo tiempo, las personas trabajadoras del campo han expuesto que la situación presenta más dificultades con los daños que sufren los equipos de riego, principalmente las bombas. De ahí que, García Villaseñor planteará al Ayuntamiento modificar el presupuesto para generar una partida y reemplazar equipos.
**Con información de Daniel Moreno, Manuel Arriaga, Lourdes Juárez y Karla Silva