Orden y seguridad: muestran su orgullo y vocación en el día de las Defensas Rurales
Luz Zárate
Celaya.-Daniel López Miranda y Carlos Eduardo Murillo González forman parte de los cuerpos de Defensas Rurales del Ejército Mexicano, con 20 y 8 años de servicio respectivamente, hoy en su día, dijeron sentirse orgullosos de su labor.
El 22 de enero se conmemora el Día de las Defensas Rurales; este cuerpo militar está integrado principalmente por ejidatarios y campesinos, que ayudan en la conservación del orden y seguridad pública en el campo, en el cuidado de la riqueza nacional, y en las operaciones de auxilio en casos de desastres o emergencias, entre otras actividades.
Daniel y Carlos explicaron que las Defensas Rurales son ejidatarios que vigilan y protegen las comunidades rurales en las que viven y sus labores son varias, una muy importante es coadyuvar al Ejército Mexicano como guías, informantes, intermediarios y vigilantes, así como apoyar en sus localidades en las labores de vigilancia, colaborar en el Plan DNIII, u otras actividades como llevar a una persona a vacunarse contra la Covid-19.
“Mi padre estuvo más de 25 años en Defensas Rurales, él me invita, lo empiezo a ver, me empieza a gustar yendo a los avistamientos, en el centro de avistamiento me empieza a gustar, le digo que si me puedo incorporar y es ahí donde comienzo. Me ha gustado y es un gusto servir”, comentó Daniel López Miranda.
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Carlos Murillo, Rural de Tercera Comandante de Pelotón, platicó a Correo, que él desciende de “gente agrarista”, sus abuelos defendieron la tierra y siempre han amado a la patria, por ello se enlistó en las Defensas Rurales como una manera de devolverle al país lo que ha recibido de su tierra.
“La historia de mi familia, y que nos antecede nos dice que el rural siempre ha hecho por su patria y nosotros tenemos ese espíritu de ayuda y servicio a la nación, tenemos que defender y honrar de alguna manera a la gente que nos dieron y que somos campesinos, nosotros somos agricultores y ganaderos, hubo gente que abonó la tierra con su sangre y que mejor manera que siendo un rural. Tenemos varias misiones: vigilar, ser garantes en los ejidos, en las comunidades, participar en el Plan DNIII, llevar a la vacunación, vigilar vías de comunicación, participamos en los campos para reforestar, coadyuvamos con nuestros hermanos de armas ser exploradores, ser guías, mostrarles nuestras áreas de trabajo”, señaló Carlos Murillo.
Daniel López, Rural de Primera de Caballería perteneciente al Primer Escuadrón, platicó que es una labor honorífica, es decir, no se les paga y por ello cada vez hay menos personas que se quieren enlistar, sin embargo dijo es un trabajo que llena de orgullo y satisfacción.
El sueño de Daniel, es ayudar a que disminuya la delincuencia, inhibir las actividades delictivas y a que las familias que forman parte de la zona que él cuida estén más tranquilas.
Para Carlos, su sueño es que “nunca se acaben las Defensas Rurales” del Ejército Mexicano.
“Que no deje de haber rurales en este país, que haya más personas que deseen retribuir lo que otras personas hicieron en el pasado, el rural tiene una función muy específica diferente a la de otros hermanos de armas”, indicó.
Platicaron que es esencial que tengan caballo, pues éste, su camioneta y su uniforme son las herramientas que usan durante su labor diaria. Aseguraron que lo que hacen, no lo hace cualquiera, pues se necesita además de voluntad, se ocupa pasión y amor por estar al servicio de los ciudadanos.
Y aunque hay cuerpos policiacos a los que los ciudadanos le han retirado su aprecio al paso del tiempo, a los miembros del Ejército aún se les respeta y en el caso de las Defensas Rurales, se les quiere y admira.
“En las comunidades se nos sigue viendo con respeto en el colectivo de la gente. Nosotros portamos nuestro caballo, sombrero y nuestro uniforme con mucho orgullo, es un gusto cuando fuimos al desfile a la ciudad de México, gente vitoreando a los rurales”, contó Carlos.
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