Martes, 03 Diciembre, 2024

12 ℃ Guanajuato

Trabajadores se juegan la vida al laborar de noche en Guanajuato

Muchas personas dependen del sustento que les ofrece la vida nocturna en el estado, pero es un gran riesgo laborar de noche en Guanajuato
Vida Pública

Staff Correo

Trabajadores se juegan la vida al laborar de noche en Guanajuato Trabajadores se juegan la vida al laborar de noche en Guanajuato

Guanajuato, México.- La vida nocturna obliga a algunos a sopesar la violencia, arriesgar la vida es parte de su día a día para quien sale de noche para ganarse el pan en la mesa.

En Guanajuato capital la vida nocturna ofrece oportunidades económicas a quien, por sus estilos de vida, escases de preparación o decisión optan por trabajar cuando comúnmente otros prefieren descansar, con la elección de reprimir o sopesar que trabajar en las veladas nocturnas puede traer sus riesgos a pesar de que exista vigilancia 24/7 en toda la ciudad.

Con la inseguridad creciente que se vive en el Estado y con sucesos donde en centros nocturnos ya ni por contar con seguridad privada se está salvaguardado, Periódico Correo realizo un sondeo con diversos actores de la vida fiestera para saber si se sienten seguros arriesgando la vida al desvelarse y las respuestas fueron diversas.

 
 

Para Don Francisco, ruletero que aparca su vehículo en la calle la Avenida Benito Juárez, frente a la tienda comercial del Sol, refirió que siempre que espera abordar a algún cliente se fija como vienen, que traen, si van acompañados, si están en estado inconveniente y en algunos casos de sospecha, prefiere negar el servicio porque asegura más vale vivir un día más que arriesgar la vida por cincuenta o cien pesos.

“Recuerdo mucho el ataque a un compañero en el túnel de la preparatoria, donde lo mataron casi saliendo y se hizo manifestación por el hecho, desde ese día nada a sido igual para nosotros que salimos a trabajar de noche, mi esposa todos los días me da la bendice (…) si veo seguridad en patrullas y caminando en la noche pero cuando menos se lo espera uno, salen los malandros”, criticó.

Dentro de uno de los bares de zona sur, Carlos, quien se desempeña como barman, dice que ve entrar de todo tipo de personas, no pregunta nunca de donde son si es que la platica no se hace profunda, pero ve desde señores de la tercer edad hasta mujeres menores de edad que a las doce de la noche nada tendrían que andar haciendo en la calle, pero como debe llevarle sustento a su familia e hijas, asegura solo sirve las bebidas o abre cervezas sin buscar broncas con nadie.

“Hay días que cuando menos te lo esperas llega alguien con la vibra pesada y solo hay que ser cortes, atender como cualquier otro cliente y no hablar de más si es que no hay interacción, aparecen personas de todo tipo, con o sin compañía, pero sabemos que por la zona más vale tener cuidado” comentó.

 
 

En el caso de Jaqui y María, meseras de antros en zona centro, su perspectiva de la seguridad es buena, pero, a raíz de buscar protegerse entre todos, aunque aceptan que la vigilancia de sus centros de trabajo tiene mucho que ver, afirman una vez que salen a las 5am. es otra historia ya que una vive en zona sur y otra por Cerro del Cuarto, donde siempre cargan un gas lacrimógeno o tienen un “taser” escondido en su bolsa, ambas afirmaron:

“Prefiero correr y gritar que permitir que me secuestren o me violen pero tenemos que ganar dinero, aquí a eso venimos, a sacar para los estudios o para poder comprarnos cosas” lamentaron.

Al final, Diego, cadenero de uno de los antros de la ciudad dijo que siendo uno de los empleados que debe cuidar que dentro y fuera de su sitio de trabajo se deba respetar ciertas reglas implícitas, no siempre son noches tranquilas ya que “la liebre puede saltar en cualquier momento” y debe uno entrarles a los madrazos, sin pensar si estás haciendo mal o bien, pues te pueden agredir a ti o sacar un arma blanca, pero también, que la policía no te tumbe por defenderte.

“Borrachos hay un montón, gente que se descontrola o simplemente se dejan llevar por el alcohol y se les bota la canica, pero más vale que no te agarren desprevenido, siempre hay quien te dice hasta de lo que te vas a morir o se inventan que son hijos de alguna persona de la maña, aquí les damos el avión para no tener pedos (…) campales ya casi no hay, pero cuando se dan más vale que no te agarren solo”.

 
 

Provocan masacres retroceso en negocios

En Salamanca se terminó la vida nocturna tras las masacres en los bares La Playa y La Típica, desde entonces establecimientos como bares y cantinas cierran a temprana hora, lo que no significa que no se trabaje con miedo y que esos acontecimientos se repitan a la hora que sea, así lo señaló Joel, quien ha trabajado en una cantina desde hace más de 20 años.

Joel se ha dedicado a esta actividad desde hace varios años, señala que incluso vivió el proceso hace 8 años para que el gobierno en turno otorgara ampliaciones de horarios y así comenzó la vida nocturna en este municipio, cuando la inseguridad no avanzaba como hasta ahora.

Sin embargo ese logro se vio abajo tras los hechos registrados en marzo del 2019, cuando hombres armados ingresaron al Bar La Playa y dispararon contra las personas al interior, quitándole la vida a 16 de ellas, entre meseros, clientes y un repartidor que llegó a dejar un pedido.

 



A pesar de ello, se continuó trabajando hasta que un año después, en mayo del 2020 se suscitó otro ataque armado ahora el Bar familiar La Típica, dejando 5 fallecidos entre ellos un menor de edad y más de una veintena de heridos, entre ellos trabajadores del lugar.

A partir de esa fecha las actividades nocturnas se detuvieron, mientras algunos establecimientos cerraron, el resto tomó otras medidas y entre ellas evitar cerrar a altas horas de la madrugada, sin que ello les quite el temor de trabajar a la hora que sea.

 

“Claro que se tiene miedo porque no sabemos que pueda ocurrir, después de eso se vino la pandemia y se detuvo todo, pero con lo ocurrido en otras partes del estado como el de Apaseo el Grande hace unos días, vemos que el riesgo siempre va a estar”.

A pesar del temor Joel acude a diario para atender en la cantina donde labora y donde se gana el sustento familiar, mientras menciona que también existe el temor de parte de sus seres queridos, y solo le queda encomendarse.

La falta de vida nocturna en el municipio ha dificultado la reactivación total del sector de taxis aunado a la inseguridad, actualmente el 70% de las unidades no labora después de la medianoche y quienes lo hacen son por servicios programados.

Ser taxista en Guanajuato, empleo de alto riesgo

Los taxistas del municipio han logrado avanzar hasta un 90% en las actividades durante el día, sin embargo ante el cierre de centros nocturnos y otros negocios por temas de inseguridad, por las noches la situación es otra, señala Antonio Lanuza Ruiz, Presidente de “Taxi Ejecutivo”:

“El trabajo se ha recuperado hasta en un 90% lo único que hace falta de recuperar es la vida nocturna que todavía no se ha podido para trabajar como debe de ser, pero durante todo el día tenemos trabajo suficiente como todos los años”.

 
Ser taxista en Guanajuato, empleo de alto riesgo. Foto: Archivo

Durante el día laboran el total de las unidades que prestan el servicio en el municipio, a excepción de quienes estén fuera de circulación temporal por alguna descompostura, accidente o falta de conductor, sin embargo pasada la media noche el trabajo es casi nulo.

En total 750 unidades de taxi o la mayoría circulan a diario por el municipio, mientras que por las noches solamente el 30% realiza servicios, en gran parte servicios programados de personas que van o vienen de sus lugares de trabajo, o emergencias de ciudadanos.

“Por las noches ya no es común tomar un taxi en la calle, eso ya no sucede como antes y es triste decirlo, cuando se realizaba la feria, bailes, a la salida de los antros, todo eso era bueno para nosotros, ahorita por ejemplo era temporada de feria y eso también nos estará pegando”.

Con las vacaciones escolares se prevé una disminución en el trabajo de los taxistas, sin embargo podrá equilibrarse durante los días jueves y viernes santos, en que llegan miles de peregrinos locales y foráneos a la visita del Cristo Negro a la Parroquia del Señor del Hospital.

“Sin embargo si se extraña el trabajo por las noches, no solo eso, ver la ciudad viva de noche y pues desafortunadamente a esas horas pocas personas salen”.

Ven riesgos para jóvenes en centros nocturnos

De no haber una oportuna intervención de padres de familia, los centros nocturnos se vuelven una zona de riesgo para los jóvenes de las colonias. Esto lo señalaron delegados de colonias, de la región de los Pueblos del Rincón, al manifestar que se trata de zonas que llaman la atención de los jóvenes, pero son inseguras. Además, sostuvo la delegada de Montegrande, en los lugares se motiva a las personas al consumo excesivo, lo que afecta a su estado físico y financiero.

"Hay muchísimos riesgos. Por lo mismo, de que toman mucho, luego ya no saben no con qué gente se topan... Son muchas cosas que pasan", expresó.

 

 

Agregó que es necesario que los padres de familia intervengan para evitar que sus hijos visiten lugares que los puedan poner en riesgo. Además, señaló que más bien se les debe de apoyar para que quienes son estudiantes se enfoquen en sus estudios y construir un futuro mejor.

Centros nocturnos en Guanajuato han sido blanco de ataques. Esta semana se dio a conocer que, en uno ubicado en Apaseo el Grande, fueron asesinadas ocho personas. El maestro Víctor, director de una primaria, señaló que es necesario establecer medidas de seguridad para que este tipo de lugares puedan ser lugares de diversión y no de terror. Añadió que si los padres de familia dan la posibilidad a sus hijos de conocer dichos lugares desde temprana edad, puede ser riesgoso, por lo cual, ya con medidas de seguridad, habrá momentos más adecuados para asistir.

"Estas zonas han cobrado muchas vidas en el estado. Han existido toda la vida. Pero ya habrá tiempo de conocer estos lugares, que en estos momentos son riesgosos", dijo.

 

"En un centro nocturno nadie está seguro"

Pamela tiene 33 años, pero desde los 17 comenzó a trabajar en diferentes antros y bares de León, donde asegura que econ´mocamente le fue muy bien.
Sin embargo, señala que ni clientes ni trabajadores tienen seguridad alguna. Anteriormente, lo peor que les podía pasar, comentó, era que las personas se peleen adentro, pero en recientes años, también la violencia incrementó.

"Los clientes no se dan cuenta, ellos van a divertirse y a alcoholizarse, pero la neta es que sí corren muchos riesgos al estar en el lugar. Como trabajadores también sientes ese miedo. A mí hace como 10 años me pasó que llegaron dos grupos, que terminaron peleándose arriba. Después sacaron a uno como a las dos de la mañana. Sacaron a otro que empieza a correr, y a la mitad del bar lo asesinan. Esto fue en Paseo del Moral, pasó hasta en las noticias", dijo.

Ese día no recogieron, al momento se fueron todos los trabajadores a sus casa. Al otro día, la actividad en el antro fue "con toda normalidad". Como si no hubiera pasado nada". Explicó que muchas personas se arriesgan a trabajar en estos lugares, pues llegan a cobrar del 10 al 20 % de propinas: "hay clientes que dejan muy buenas propinas".

Sin embargo, señaló que los trabajadores no cuentan con seguridad social, ni con ningún tipo de seguro, mientras que a los lugares entra todo tipo de personas.

 
 

"Me tocó ver cómo mataron a un pasajero": taxista

Víctor tiene 25 años de experiencia trabajando como taxista, y por su propia experiencia decidió reducir las horas que maneja. Dejó de salir por las noches. Una experiencia que tuvo con un pasajero lo motivó a dejar de exponerse, pues asegura que estuvo muy cerca de ser afectado por un hecho que atentó contra la vida de uno de sus pasajeros. Hace un año, fue a recoger a un hombre de alrededor de 30 años a un antro. Le pidió llevarlo a la colonia Los Olivos. Su viaje parecía de los más normal, pero era el último de su vida.

"Llegando a su casa, se baja y lo matan. Cuando abrió la puerta, se baja, me voy y lo matan. Me volví a dar la vuelta, y era a él. Estaba ya ahí una señora llorando. Ya lo estaban esperando en la esquina", expresó.

 
 

La experiencia le causó miedo, pues cuando el hecho pasó reflexionó que también pudo haber perdido la vida. Por lo que decidió no trabajar más de noche.

"Sentí miedo. Te pones a pensar: me iban a matar a mí también. A mí me iba a tocar, porque no se ponen a ver si eres tú o no. Ahí fue cuando empecé a ver que ya no se puede de noche", dijo.

**Con información de: Eduardo Chowell Mendoza, Yadira Cárdenas y Jonathan Juárez

Te recomendamos leer