Abastos Mi Plaza, el “elefante blanco” de San José Iturbide con 7 años de abandono
Desde el 2015 Abastos Mi Plaza ha pasado por varias anomalías como: retrasos en su inauguración y la falta de ocupación
Enrique Pérez
San José Iturbide.- A más de 7 años de haberse concluido la construcción del Centro Logístico de Abastos Mi plaza, el mercado continua sin ser operado. Esto ya que los 70 locales que alberga están vacíos.
Lo anterior, luego de que el pasado 14 de abril, Correo informó que el Ayuntamiento aprobó la extinción de las concesiones otorgadas a comerciantes para trabajar en algún local del inmueble de dicho mercado.
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En un breve recorrido se pudo constatar que los 70 locales del edificio se encuentran totalmente vacíos. Algunos tienen sus cortinas entre abiertas y otros totalmente cerrados.
Asimismo, se apreció que solo una puerta de acceso de las tres que tiene el inmueble está abierta que permite el acceso de personas que acuden a las oficinas federales de Bienestar.
Algunas personas coincidieron que el mercado de abastos no funcionaba debido a que las autoridades no le han puesto la atención necesaria. En varias ocasiones han intentado darle ‘vida’, pero en pocos meses los locales se cierran.
Desde la inauguración hubo anomalías
El proyecto de construcción del Centro Logístico de Abastos Mi plaza llegó en febrero del año 2015. La edificación representaría un valor de más de 32 millones de pesos, de los cuales el municipio pondría el 40 por ciento y el estado lo restante.
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Posteriormente, en marzo del 2016, quien fungiera como director general de Construcción de Obra Pública en ese entonces, Aurelio Navarrete Ramírez, mencionó que la construcción del mercado concluiría hasta julio de ese mismo año.
Pero lo anterior se postergó hasta finales de año 2016. Sus puertas estuvieron cerradas por dos años, tiempo en el que se programaron dos fallidas inauguraciones, una de ellas a cargo del exgobernador Miguel Márquez.
Fue hasta la administración pasada que el inmueble abriera sus puertas, dando concesiones a comerciantes interesados en ocupar en local. Sin embargo, su operatividad en ningún momento llegó al 100 por ciento.
Inversión millonaria en Mi Plaza
De acuerdo con la Secretaría de Obra Pública, el Centro Logístico de Abastos ‘Mi plaza’, tuvo una inversión de más de 32 millones de pesos para beneficio de 72 mil 411 habitantes de la zona.
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El inmueble cuenta con 70 locales comerciales, área de carga y descarga, bodega seca, sanitarios, oficinas administrativas con sala de juntas y cuarto de máquinas, una explanada y un anfiteatro para 4 mil 150 personas.
Además, un área de estacionamiento con 58 cajones para vehículos, 7 para motocicletas y 22 para bicicletas, así como pasillos y andadores con acceso universal para personas que cuenten con alguna discapacidad.
No es el primer ‘elefante’ del estado
Uno es la ‘Desespinadora de tuna’ y el otro es un parador artesanal en la carretera federal 57. Después de cinco diferentes administraciones municipales, esos edificios se mantienen como los elefantes blancos del gobierno sandieguense.
La Desespinadora de tuna (o Procesadora de nopal) se construyó para apoyar a los productores locales y que tuvieran un espacio dónde elaborar diversos productos derivados de la tuna y el nopal.
El gobierno de ese entonces, encabezado por el perredista Calos Manuel Torres Quilpas le cedió en comodato el inmueble a una asociación civil que se constituyó entre los productores y, aunque el lugar funcionó por un tiempo, lo cierto es que hace muchos años que ya no se usa para el objetivo que fue creado.
El parador incluyó locales comerciales, estacionamiento, baños y oficina. Hoy, éste sitio se encuentra en total abandono. Los locales tienen grafitis, envases de cerveza y refrescos.
En Irámuco dejaron una planta tratadora abandonada
Entregada en 2010, desde sus inicios la planta se enfrentó a diversos problemas que la dejaron inoperativa hasta el día de hoy. En concreto, el primer obstáculo fue que el Comité Rural del Agua Potable de dicha localidad no se quiso hacer cargo de los gastos de mantenimiento por su alto costo, que se calculaba en 150 mil pesos mensuales.
La planta tratadora de aguas residuales de Irámuco no ha podido funcionar por los altos consumos energéticos que necesita. Además, la infraestructura básica ya es obsoleta, y se neceista modernizar y rehabilitar con equipos más eficientes y modernos. Incluso se requiere instalar un sistema fotovoltaico para suministrar la energía necesaria para los procesos de la planta.
