El exgobernador de Chihuahua, una muestra más del “divide y vencerás” que le funciona a López Obrador
“Porque no tiene vergüenza primero y porque no tiene de otra. Porque necesariamente va a seguir el amasiato en este mazacote que significa el PRIAN porque separados se van a la irrelevancia política y pierden fuerza para negociar posiciones en los estados”
Javier Corra, exgobernador de ChihuahuaEn la versión actual de la hegemonía panista, el grupo en el poder hace control de daños con algunos tragos amargos que tiene que beber porque la aplanadora no le da para controlar todo.
Hace un buen rato que la titularidad de la presidencia de la comisión legislativa de Derechos Humanos no estaba en mano de un activista de izquierda que explotara al máximo su papel de contrapeso en esas lides como David Martínez Mendizábal.
En el informe que presentó Vicente Esqueda ante el Congreso local,el formato de análisis es vigilado con lupa por el PAN que todo lo condiciona, pero hay temas en los que nomás no puede ponerse exquisito. La metodología incluyó una mesa de trabajo con representantes de agrupaciones civiles que en su gran mayoría fueron críticas con Vicente Esqueda.
Justo en los días previos a la celebración de las marchas de grupos de diversidad sexual, Juan Pablo Delgado, director de Amicus planteó un diagnóstico adverso a la realidad que ve Vicente Esqueda, que desde la agrupación que encabeza aprecian particularmente en lo relativo a los derechos de grupos de diversidad sexual.
Delgado lamentó que la Procuraduría Estatal de los Derechos Humanos no haya promovido el uso de la figura de inconstitucionalidad para cuestionar la inacción del Poder Legislativo para hacer vigente en la ley la posibilidad de matrimonios entre personas del mismo sexo.
En reunión de la Comisión de Derechos Humanos y Atención a Grupos Vulnerables con estas agrupaciones como parte del proceso de análisis del informe del ombudsperson, Vicente Esqueda lamentó que este funcionario no haya usado todas las facultades que la ley le otorga cuando está clara la falta de voluntad de la mayoría panista para abordar ese tema.
Recordó que hace un año vieron a Esqueda para plantearle -o recordarle- los acuerdos que tuvieron con el exombudsperson Raúl Montero de Alba que se comprometió a presentar iniciativas legislativas a favor de estos grupos.
Raúl Montero nunca lo hizo y se lo repitieron a Esqueda quien tampoco ha dado respuesta.
Una de las comparaciones más llamativas que hizo Delgado fue que Gustavo Rodríguez Junquera hizo un grupo de trabajo que incluyó a la diversidad sexual.
La novedad es que ni Montero ni Esqueda han dado la importancia que comprometieron con estos grupos, según narró Delgado quien además recordó algunos casos específicos con denuncias que no concuerdan con las cifras que trae una de las plataformas de los grupos LGBT.
Este fue uno de los planteamientos más documentados en la mesa de agrupaciones civiles con la comisión. Los panistas -que son mayoría- contuvieron la respiración e hicieron esfuerzos para ser diplomáticos y políticamente correctos.
Falta todavía la reunión con Esqueda Méndez en el Congreso el próximo lunes, previo a la presentación de un discurso del morenista David Martínez el jueves 30 de junio. Dos escalas interesantes. La primera por ser una aduana de un procurador de Derechos Humanos con militancia panista.
Ya vimos que en ciertos flancos, Rodríguez Junquera mostró mano izquierda aunque luego le cumplieran el capricho de dejar a su inexperto excolaborador a la gestión más gris que se recuerde en el estado.
Lo del discurso, doble contra sencillo a que habrá round porque los panistas querrán un pronunciamiento edulcorado en el pleno del Congreso local.
Con la novedad que no serán 350 sino 400 los elementos de la Secretaría de Seguridad de León que habrán sido despedidos en la corporación. Hay policías y tránsitos en la lista. Hablamos de casi uno de cada seis que estaban en la corporación. Qué bien por la limpieza de la corporación. Muy mal por lo tarde y el tamaño que representa el boquete.
David Martínez Mendizábal
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YULMA ROCHA; CON EL VIENTO EN CONTRA
Hace siete años, la actual diputada Yulma Rocha ganaba la elección en su distrito y se convertía en la excepción a la regla en la debacle priista que representó la elección de 2015 tras la recuperación de 2012.
Ganó el distrito federal IX con cabecera en Irapuato, merced de la alianza PRIVerde. Un triunfo que supo a gloria no solo porque el PAN se recuperó en Guanajuato sino porque en la guerra intestina del PRI, fue de las pocas postuladas que no era afín a Gerardo Sánchez, Yulma Rocha Aguilar recibía su constancia de mayoría al ser la única priista que pudo derrotar a un panista en los comicios de 2015 que representaron la recuperación del PAN.
Estos factores agrandaban el valor de su victoria, una de las pocas excepciones a la regla debacle priista. Ganó en Irapuato, municipio que el PRI perdió con el gerardista Zavala Procel. De hecho, ella quería ser la candidata a la alcaldía.
Toda una paradoja que, tras haber batallado de manera importante durante la gestión de Gerardo Sánchez como dueño de la franquicia priista, la irapuatense haya sido candidata ganadora en 2015 y a la alcaldía en 2018, elección que perdió frente a Ricardo Ortiz y justo cuando llegó la debacle del exlíder de la CNC y se materializara la llegada de Alejandro Arias que era aliado de Yulma Rocha, esta última haya vivido épocas oscuras.
Nunca pensó que Arias le daría la espalda para pactar con Ruth Tiscareño que ahora es dirigente y diputada local, alianza que ha precipitado a Rocha a tejer cercanías que le han sido más efectivas para el lucimiento que se espera de una diputada de oposición al PAN-Gobierno.
El “hubiera” no existe, pero se imagina lo que hubiese pasado si se mantiene el pacto Arias-Yulma como dueños del PRI. Al político leonés le resulta cómodo pactar con el PAN y ser uno más de los ayalistas, pero no a Rocha Aguilar.
Yulma ha tenido una trayectoria variopinta en la eterna guerra de grupos del PRI. A principios del milenio se adscribió al wintilismo y posteriormente estuvo cerca del arroyismo. En 2009 probó el trago amargo de las ‘Juanitas’. Tres años después logró ser diputada local y después estuvo en San Lázaro. Aguantó a pie firme la debacle tricolor y hace dos años era la candidata más firme para dirigir los destinos del PRI guanajuatense.
La traición siempre es dolorosa, pero paradójicamente le ha permitido lucir como verdadero contrapeso al PAN, cerca del Verde y con la integración de la bancada feminista, un bloque que ha sacudido de manera importante al panismo y que lo ha obligado ha mostrar un talante “progre” obligado por las circunstancias.
David Martínez Mendizábal
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LA ALIANZA ANTI-4T y LA AUTOINMOLACIÓN DEL BLOQUE OPOSITOR
Esta semana, el exgobernador de Chihuahua Javier Corral pidió la renuncia de su líder nacional Marko Cortés por mantener la voluntad de hacer una alianza con el PRI rumbo a 2024, pese a las indagatorias que hay en contra del dirigente nacional priista, Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como ‘Alito’.
La postura política puede resultar anecdótica sino fuera porque es la prolongación de una disputa interna en el blanquiazul que data de hace más de un año, en el caso de Chihuahua. Y todo, porque Corral nunca quiso como candidata a su sucesora María Eugenia Campos y ambos litigaron en medios sus diferencias, incluso con denuncias en los tribunales. Lo cierto es que, como suele suceder en política, no es una guerra de buenos contra malos sino de intereses políticos y discrepancias en el cómo enfrentar al morenismo gobernante.
De esta forma, todo se convirtió en un lodazal que ya enfrenta en ambos partidos a quienes se empecinan en llevar hasta sus últimas consecuencias una coalición que, de consumarse, como hoy parece, tendrá a sus principales torpederos a sus partidarios inconformes.
Pensemos tan solo en Guanajuato. El PRI ya no representa mucho en el estado como oposición. El PAN podría ganar casi las mismas posiciones sin el concurso del tricolor en la próxima elección.
Pero, en realidad, al blanquiazul le interesa mantener el alineamiento del PRI al gobierno estatal actual y los dueños del panismo guanajuatense ya se curaron de espanto por aliarse con quien era su acérrimo adversario hace 30 años.
Finalmente, es mayor la aversión a López Obrador y a la 4T que la pena que les representa pactar con el PRI de ‘Alito’. En Guanajuato, Arias Ávila ya cerró filas con su dirigente nacional y va hasta donde tope con él.
Desde el morenismo gobernante, el panorama se ve promisorio. La reciente elección mostró que el PRI se cae a pedazos y son más los que están dispuestos a vender sus principios ante la 4T con tal de ganarse un cargo en este gobierno.
Y mientras el tricolor agoniza y la 4T coloniza otros espacios en el país, el PAN enfrentará su propia guerra interna de quienes creen que no es a costa de cualquier cosa la intentona de tumbar a Morena y quienes piensan que el fin justifica los medios. Guanajuato en ese contexto, es pragmatismo puro. Que se dé la alianza con el PRI porque, a cómo van las cosas, este bastión querrá mantenerlo, cueste lo que cueste.
David Martínez Mendizábal David Martínez Mendizábal