Tiempos oscuros a la vista
El 7 de junio los mexicanos estaremos muy atentos observando el avance de los resultados preliminares de las diversas elecciones, diputaciones federales, locales, gubernaturas y ayuntamientos, pero sobre todo lo que deberá ser el centro de atención es la forma en que se hayan desarrollado los comicios y el comportamiento de todos los actores políticos en torno a los resultados que se vayan dando. De eso dependerá en mucho la estabilidad política de nuestro país y sobre todo, lo que vaya a suceder con indicadores económicos en el corto plazo.
Si se presentan condiciones de crispación política y rechazo a los resultados que se presenten en la elección, sobre todo por el partido gobernante, la paradoja, en aras de forzar la continuidad al costo que sea de su control político, resulta posible que haya efectos inmediatos en el comportamiento de los inversionistas en las bolsas y movimientos en torno a la moneda. Si las cosas resultan por la vía legal, disposición de respeto a las instituciones y búsqueda de consensos, podría pensarse en que habrá condiciones óptimas para un mejor desarrollo económico. Tal vez pequemos de ingenuidad al desear sensatez, patriotismo y prudencia.
Y aunque lo anterior parezca obvio, en realidad no lo es. El escenario tiene esta vez otros factores adicionales que pueden llevarnos en camino a la perdición, aunque deseemos lo contrario. Curiosamente el lunes 7 de junio, un día después de las elecciones, tras descalificaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia el gobierno de Estados Unidos a quien acusa de apoyar financieramente a sus opositores, llega de visita la vicepresidenta Kamala Harris. Esto es inédito. En el día después de una elección y sobre todo cuando se ponen candentes las cosas, lo que menos se espera es tener una visita tan distinguida y menos si es parte del cuerpo político de la nación que se considera hegemónica en el continente, protectores de la democracia, etc.
Qué podría pasar si por un lado el presidente y su partido hablan de fraude, aunque ellos tengan todo el poder federal en sus manos y militarizaron cada rincón de la patria, mostrándose contrarios a los resultados dados en el INE e institutos electorales locales, y por el otro, aparece Kamala Harris, inocentemente, felicitando a los mexicanos por su democracia y por sus resultados, validando tácitamente la elección.
Es un riesgo. Un sencillo comentario orientador, no intervencionista, basta para mover el tablero.
Y si no lo cree usted, dele una ojeada a lo que pasa en el Senado de la República, donde ya tienen en agenda la recepción de la vicepresidenta en calidad de titular del Senado de los Estados Unidos, pero donde por los cálculos de lucha política intestina, los senadores de Morena, algunos de ellos, ya pidieron que mejor “se le des-invite”. Ver para creer.
Ricardo Monreal, ha tenido que salir, apenado, a exponer el caso públicamente. Van a dejar plantada a Kamala Harris, porque hay incapacidad senatorial para dejar de lado la ambición de poder desde los partidos y no asumirse como integrantes del Estado mexicano. Y si lo hace público, es porque en Palacio Nacional, donde le instruyen, ahí desayuna de vez en vez, no salió una voz pedir mesura.
Lo que nos espera son tiempos oscuros, no dan chance para ilusionarse de otra forma.