Jueves, 09 Enero, 2025

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Una mirada atrás

Los últimos días de diciembre, en especial lo que preceden la Navidad y anteceden el Año Nuevo tienen una calma extraña. Da la impresión... 
Opinión

Cecilia Durán Mena

Una mirada atrás

Los últimos días de diciembre, en especial lo que preceden la Navidad y anteceden el Año Nuevo tienen una calma extraña. Da la impresión de que el tiempo se ralentiza y de que la vida se detiene en una especie de calma chicha. En ese sentido, diciembre es un mes algo dramático. Los días duran menos, oscurece más temprano y hace frío. Algunos aprovechamos esta rareza del entretiempo para leer, para ver la tele, para disfrutar de la casa o para salir de vacaciones y descansar. A diferencia de lo que pasa en verano, en estos días solemos reflexionar, echar la mirada atrás y ver que sucedió en este año que ya merito se nos acaba.

                Por supuesto, al mirar lo que sucedió en este 2024 nos puede sorprender. En nuestro país, tuvimos dos mujeres que contendieron a la presidencia con seriedad y la mayoría de los mexicanos votaron a una de ellas que logró llegar a la máxima magistratura. Lo que hace apenas unos años parecía ser un sueño inalcanzable, Claudia Sheinbaum lo materializó. Más allá de si existe o no un teléfono rojo en algún rancho del sureste, de si tienen línea o si alguien le dicta lo que debe y lo que no debe hacer, ella tuvo su día de toma de posesión y le pusieron su banda presidencial. Es ella la que despacha en Palacio Nacional y será ella quien será juzgada por su buen o mal desempeño. No lo ha tenido fácil, en sus primeros días ha tenido que llegar a enfrentar el regadero que dejaron antiguas decisiones y los retos para el 2025 son enormes. Queremos que tenga estatura para darles batalla y salir triunfante.

                Del otro lado de nuestras fronteras, en Estados Unidos se vivió la oportunidad de tener una presidenta de raza negra. Muchos vislumbraron un puerto en el que se podría alcanzar el sueño de tener a una mujer despachando desde la Oficina Oval. Creyeron en el milagro de la igualdad, en que llegaría una etapa para celebrar maravillas y prodigios bajo un liderazgo femenino. No fue el caso. La mayoría de los votantes estadounidenses sufragaron a favor de un criminal juzgado y a quien aún no se le dicta sentencia. Decidieron por la opción de “America great again”, votaron por Donald Trump y se regocijan al ver a Elon Musk tan cerca de su antiguo y futuro presidente.

                En primavera y verano de este año que termina, las temperaturas se elevaron, las guerras que esperábamos que terminaran siguen su cauce que ya parece interminable. Todo se vuelve una interpretación, Ucrania, Gaza, Rusia, Israel han trascendido sus propios territorios. Los jóvenes estudiantes hablaron fuerte y en muchas universidades se escucharon defensas por la paz, derechos humanos y por una vida sin balas. Vimos los Juegos Olímpicos en París, Simon Biles volvió a participar, se elevó como un ave fénix, aunque no consiguió todos los resultados que le hubieran gustado. No obstante, estuvo ahí.

                La naturaleza se enfureció en otoño, esta madre buena y paciente nos mostró que se sabe enojar si no la respetamos. Una vez más: Acapulco. Como si Otis no fuera suficiente, John golpeó dos veces al puerto y lo que no se había caído, se cayó y mucho de lo que se trató de recuperar, se perdió. La dana en Valencia fue de una devastación nunca antes vista. Sinaloa se prendió, como si la mecha que sale del barril de pólvora hubiera recibido un fósforo y no nos queda más que solidarizarnos con las víctimas de esa violencia que parece incontenible.

                ¿Se irá TikTok de los Estados Unidos, seguirá operando? Hay una inquietud creciente sobre lo que está llegando al mundo desde China. La inteligencia artificial ha traído una cascada de oro a los millonarios del mundo: Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg capturan la parte más alta de la lista de las mayores fortunas del mundo. Al echar la vista atrás sobre los días de este año y mientras disfrutamos de esta calma extraña, casi nos damos ternura al haber atestiguado tanto y seguir mirando.

                Al mirar atrás, al explorar los días del calendario que terminan, siento ese equilibrio de la bicicleta que va cuesta abajo y pasa sobre una piedra, siento la estabilidad de esas burbujas que van creciendo y creciendo tanto. Es posible que hayamos terminado con las rodillas raspadas o que la pompa de jabón haya estallado. Sí, es posible. En este sentido, diciembre es algo dramático. Pero, podemos sacudirnos el polvo y sacar una nueva burbuja. Podemos recordar con nostalgia todo lo que sucedió, lo que se fue y lo que se quedó.

 

               

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