Viernes, 10 Enero, 2025

13 ℃ Guanajuato

¿Cómo es la vida de un sobreviviente a la Bomba Atómica? Yasuaki Yamashita presenta su libro en Guanajuato

En presentación del libro "Hibakusha: Testimonio de Yasuaki Yamashita", el sobreviviente de la bomba atómica de Nagasaki comparte experiencias impactantes
Guanajuato

Francisco García

 ¿Cómo es la vida de un sobreviviente a la Bomba Atómica? Yasuaki Yamashita presenta su libro en Guanajuato  ¿Cómo es la vida de un sobreviviente a la Bomba Atómica? Yasuaki Yamashita presenta su libro en Guanajuato

En el Congreso del Estado de Guanajuato, se presentó el testimonio de Yasuaki Kamashita, sobreviviente de la bomba atómica de Nagasaki. Foto: Francisco García

Guanajuato, Guanajuato.- En la presentación editorial del libro Hibakusha: Testimonio de Yasuaki Yamashita del autor e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Sergio Hernández, celebrada este martes 20 de febrero en el Vestíbulo principal del Congreso del Estado de Guanajuato, se hizo un llamado a la conciencia acerca de las armas de destrucción masivas, como lo es la bomba atómica. Nacido en el año 1939 en la ciudad de Nagasaki, Japón, Yasuaki Kamashita es un sobreviviente de la segunda bomba que fue lanzada en el territorio japonés el 9 de agosto de 1945.

Este martes 20 de febrero compartió parte de su testimonio ante autoridades del Congreso del Estado, alumnos de la Universidad Santa Fe e invitados. Kamashita compartió que él y su familia vivían a 2.5 kilómetros del epicentro:

"La ciudad de Nagasaki es muy pequeña, pero está rodeada de pequeñas montañas, por esa razón, mucha gente se salvó de la explosión en comparación con la ciudad de Hiroshima. Y la bomba que fue lanzada en la ciudad es mucho más potente que la de Hiroshima, pero a pesar de eso, los muertos eran casi la mitad de los habitantes", compartió.

 
Hibakusha: Testimonio de sobreviviente de la bomba atómica de Nagasaki. Foto: Francisco García


Recordó el día en que todo cambió. Sus amigos con los que compartía su niñez en 1945, niños de 6 o 7 años, al no tener juguetes con qué entretenerse, acudían a la montaña cercana:

"Para cazar insectos como cigarras y libélulas. Ese día no recuerdo por qué razón no me uní a otros niños para jugar en la montaña. En cambio, me encontraba solo frente a mi casa, mientras mi madre preparaba la comida del mediodía. En ese momento, mi vecino pasó y nos advirtió sobre la presencia de un avión misterioso sobrevolando la ciudad, instándonos a estar alerta. Mi madre respondió con la certeza de que 'seguramente no pasará nada, como de costumbre'. Esta afirmación era cierta, ya que Nagasaki no había sufrido tantos ataques aéreos como otras ciudades importantes, que para entonces ya habían sido completamente devastadas".

Cuando su vecino se retiró, su hermana, que estaba dentro de la casa, llegó con su madre para comunicarle el mismo mensaje:

"Mamá, están anunciando en la radio que hay un avión misterioso volando sobre la ciudad, debemos cuidarnos".

Su madre entonces le dijo a Yasuaki que entraran al refugio que había en su casa, el cual era un pequeño agujero bajo del piso de los hogares que se utilizaba cuando no había el tiempo suficiente para trasladarse al refugio de la comunidad que se ubicaba normalmente en la montaña.

 
La audiencia escucha atentamente el relato de Yasuaki Kamashita sobre la tragedia de Nagasaki. Foto: Francisco García

Testimonio de Yasuaki Yamashita: Sobreviviente de la bomba atómica de Nagasaki

El momento que lo cambió todo Yasuaki, junto con su madre, entraron a la casa a refugiarse, pero tan solo pasaron algunos segundos de haber entrado a su hogar cuando una luz inundó todo el panorama en la ciudad de Nagasaki, él lo describe:

"Como si fueran mil relámpagos al mismo tiempo, pueden imaginar la fuerza de la luz. La realidad habla de que cuatro soles de medio día, es tan fuerte. Entonces mi madre me jaló al suelo, me cubrió con su cuerpo. Vino una explosión tremenda, muy fuerte. Sentimos que estaban volando miles de cosas encima de nosotros. De repente, un silencio total, no había nada de ruido. Entonces, gateando, llegamos al refugio de la casa, mi hermana estaba ahí, ella estaba llorando, entonces mi madre le preguntó '¿Qué te pasa?' y ella le contestó 'mamá, parece que me tocó un aceite'".

 
Presentación del libro "Hibakusha: Testimonio de Yasuaki Yamashita" en el Congreso del Estado de Guanajuato. Foto: Francisco García

Dicho aceite hacía referencia a la suposición de que Estados Unidos iba a utilizar armas químicas durante la guerra, sin embargo, nadie sabía de qué tipo serían, entonces la gente creía que seguramente serían algún tipo de aceite, explicó el orador.

La hermana de Kamashita, que en ese entonces tenía alrededor de 13 años, estaba sintiendo un líquido aceitoso que le estaba escurriendo de la cabeza, lo cual no podía ser visto porque el lugar estaba muy oscuro. La madre de Kamashita decidió entonces llevarlos al refugio de la comunidad:

"Salimos a la luz. La cabeza de mi hermana estaba cubierta de pequeños pedacitos de vidrios, se estaba desangrando, afortunadamente las heridas no eran tan profundas. Mi madre pudo sacar todos los vidrios y limpiar la sangre".

Yasuaki explicó que su hermana había sido amputada a la edad de cinco años, motivo por el cual estaba utilizando una prótesis, lo cual la impedía caminar con facilidad: "Por eso, en la escuela habían prohibido acudir a la escuela porque en caso de emergencia estaría estorbando a otros estudiantes, por eso estaba en la casa. Pero cuando corrimos al refugio, ella corrió mucho más rápido que nosotros. Es la primera y la última vez que la vi, que mi hermana actuaba con la gente normal, como si no tuviera ningún problema; me imagino que estaba tan asustada que reaccionó de esa manera".

 
En la presentación del libro "Hibakusha: Testimonio de Yasuaki Yamashita", el sobreviviente de la bomba atómica de Nagasaki comparte experiencias impactantes. Foto: Francisco García

Reflexiones de Yasuaki desde el Congreso del Estado de Guanajuato

Al llegar al refugio de la comunidad, ya había muchas personas, entre ellos vecinos, todos se encontraban asustados, Yasuaki menciona que nadie entendía tal destrucción, pues si bien había escuchado que días antes la ciudad de Hiroshima había sido destrozada por "una bomba muy fuerte":

"Pero nadie sabía de la bomba atómica".

Recuerda que al paso de alrededor de treinta minutos, los niños que habían ido a la montaña para entretenerse regresaban, uno de los niños tenía la espalda totalmente destrozada: "Él recibió la explosión directo, en la montaña. Sufrió mucho, porque no había médicos, ni enfermeras, ni medicinas. Él murió como dos días después, pero su cuerpo estaba lleno de gusanos por el calor, por las moscas".

De aquel refugio recuerda que se podía ver la ciudad de Nagasaki que durante días se quemaba y ellos únicamente podían observar cómo su ciudad ardía en llamas:

"Nadie decía absolutamente nada, me imagino que estaban en un estado de shock que no podían pronunciar ninguna palabra". Sin embargo, el problema era otro, no había nada para comer: "Queríamos comer cualquier cosa alrededor de nosotros, hojas, hierbas".

Fue entonces cuando su madre decidió llevarlos al campo con sus parientes que eran agricultores, pues pensaba que seguramente ellos tenían alimentos para proveerles, por tal motivo tuvieron que caminar cerca del epicentro donde la bomba había caído:

"Había muchos cadáveres, la ciudad completamente destrozada, quemada, no había nada, únicamente todo negro, negro, negro... y la gente que sobrevivió a la explosión estaba caminando como fantasmas, parecían como si no tuvieran almas".

Al llegar con sus parientes constataron que ellos tampoco tenían nada para ofrecerles y tuvieron que caminar de regreso al refugio; ese camino de regreso, narró Yasuaki, era un infierno:

"Si yo dijera que en ese momento vi un infierno, no sería suficiente la palabra. No existe la palabra exacta que podría describir esa imagen grotesca, horrible, pero de cualquier manera teníamos que luchar, sobrevivir para conseguir alimentos. Muy difícil."

 
Yasuaki Kamashita firma ejemplares de su libro tras la presentación en el Congreso del Estado. Foto: Francisco García


Por su parte, el autor del libro, Sergio Hernández, compartió que 63 ciudades en Japón habían sido borradas del mapa con bombas tradicionales y de napalm las cuales quemaban todo lo que tocaban:

"Las ciudades como Tokio, Osaka, que ustedes ven modernas quedaron totalmente destruidas. No había alimentos, no había hospitales, no había escuelas; prácticamente Japón estaba totalmente destrozado, pero había que sobrevivir. Entonces, no solamente la bomba dejó esta terrible muerte inmediata de cientos de miles de muertos, los días posteriores serían más terribles".

Discriminación

Una de las situaciones que vivió Yasuaki fue la discriminación por parte de las personas que, en su desconocimiento por el comportamiento de la radiación:

"Empezaron a decir, seguramente los sobrevivientes llevan alguna enfermedad contagiosa, hay que separarlos, no hay que tener ningún contacto con ellos, no tener amistades. Sobre todo, muchas mujeres sufrieron esa discriminación, y muchas mujeres salieron de Hiroshima y Nagasaki a esconder su identidad. Algunas mujeres se casaron, tuvieron hijos, pero cuando descubrieron que eran de Hiroshima y Nagasaki, sobrevivientes, inmediatamente divorcio. Esa terrible discriminación muchas mujeres no la podían soportar, escogieron irse de este mundo por la puerta falsa".

 
Kamashita relata su experiencia durante el fatídico día, describiendo el impacto devastador de la explosión y las difíciles condiciones de supervivencia en medio del caos. 

Ante lo sucedido en su país y en su ciudad natal, Yasuaki mencionó que no había tiempo para pensar en odiar a la persona que causó tal tragedia, pues el enfoque era sobrevivir, salir adelante:

"Yo pienso que el odio crea otro odio, no hay ninguna solución. Tener la capacidad de perdonar a otra persona".

En el año 2011, cuando Yasuaki fue invitado a ir a la ciudad de Nueva York con motivo de realizar visitas a las escuelas y compartir su experiencia, conoció al nieto del ex presidente Harry S. Truman, quien dio la orden de lanzar dos bombas atómicas en Japón, una de ellas en su ciudad natal. Fue entonces que el descendiente de aquel personaje que marcó la vida de miles de personas pidió hablar con él, al principio se negó, pero después aceptó:

"Él insistió: 'Por favor, dame la oportunidad de hablar contigo'. Entonces dijimos: 'Ok, tendremos diez o quince minutos, no vamos a hablar absolutamente nada de la bomba atómica'. Él vino con una traductora japonesa y dijo: 'Por favor, háblame de tu experiencia. Estoy preparando Hiroshima, Nagasaki, para escuchar la voz de los sobrevivientes' porque, cuando él estaba en la primaria, sus compañeros comenzaron a discriminarlo, a él, diciéndole 'tu abuelo es un asesino. Tu abuelo es un asesino', pero él no podía comprender por qué, pero cuando creció, entendió perfectamente bien lo que su abuelo había hecho sobre Japón, entonces quería entender más, estaba preparando escuchar la voz de los sobrevivientes."

Hoy trabajan en conjunto sobre desarme nuclear por la paz.

En este evento estuvo como invitado el Cónsul General de Japón en León, Katsumi Itagaki, quien compartió a Periódico Correo que el relato que compartió Yasuaki Yamashita en esta presentación y en el libro de Sergio Hernández es un testimonio muy valioso para los mexicanos: "Creo que a través de estos testimonios ustedes pueden reflexionar para no repetir este tipo de conflictos como las guerras, y para pensar más en cultura de paz, buscar la prosperidad, la cultura de paz."

Por su parte, José Alfonso Borja Pimentel, Diputado Presidente del Congreso del Estado, al usar la voz ante el público, hizo hincapié acerca de cómo Yasuaki, a pesar de su sufrimiento, pudo no dejarse embargar por el odio y buscó la reconciliación:

"El proceso de compartir la historia es crucial para la sanación colectiva, pero también es una advertencia sobre el peligro de olvidar, pues la tragedia continúa si la olvidamos."

Al término de la presentación, se le entregó un agradecimiento por parte del Congreso del Estado de Guanajuato a Sergio Hernández y a Yasuaki Yamashita.

Más noticias de Guanajuato

Guanajuato gastará medio millón de pesos para Rally de las Naciones: así será el recorrido de apertura

IEEG acepta sentencia del TEEG para incluir personas en situación vulnerable a candidaturas en Guanajuato

Hombre sin ropa y encapuchado entra a instalaciones de SIMUB Guanajuato | Video

Temas

Te recomendamos leer