Don Chuy, el comerciante guanajuatense que lleva más de 60 años vendiendo frutas y verduras
Guanajuato, Guanajuato.- Con más de 60 años en la venta de frutas y verduras, Don Chuy se gana la vida en la entrada del callejón del Navío, todos los días tiene mucha clientela.
Desde el Rancho de San Joaquín el capitalino Don Chuy como lo conocen sus amigos se traslada desde que tenía 20 años por cuenta propia hasta el callejón del Navío en Tepetapa para vender frutas y verduras a todos los ciudadanos que pasan por el vecindario y cualquier con ganas de apoyarlo.
El comerciante relato que tiene ya sesenta años en el negocio de venta de frutas, verduras y legumbres al costo, señalando que en el pasado traía toda su mercancía en el camión que todos los días toma y tras años de ardua labor, ahora consigue su producto en el centro de la ciudad.
“Vengo del rancho de San Joaquín todos los días, en camión son como 20 minutos y voy y vengo, así es esto, yo empecé muy joven, señaló.
En pandemia o sin ella, Don Chuy resaltó que no dejo de trabajar un solo día pues para él vender su producto es su medio de vida y darse el lujo de no asistir a su espacio en el callejón representa un día sin comer alimentos.
“A mi no me perjudicó nada, todo el día tuve que venir a trabajar desde las 5am me levantaba para llegar aquí a las 7am. Y terminar lo antes posible sino es que a la 1 de la tarde”, comentó.
Todos los días el mercante lleva su mejor ánimo para atender a los capitalinos que afirmó depende del hambre que la gente tenga lo rápido que acaba su jornada.
“Según la necesiten, según tengan hambre o dinero para comprar es como se va dando la venta, llevo en esto 60 años y tengo 80 cumplidos algo se aprende con tanto tiempo en este negocio”, aseveró.
La necesidad y el hambre de salir adelante fue lo que orillo a Don Chuy a buscar ganarse la vida desde muy joven recordó, quien a su vez detallo que ya está cansado, la edad le ha cobrado factura.
“De chiquito lo que me trajo aquí fue la necesidad y para mí esto ha cambiado mucho pues ya estoy cansado y he trabajado cuando podía bien y ya no puedo hacer lo mismo que antes”, argumentó.
En sus tiempos más duros, el capitalino rememoró que tuvo que buscar la forma de vender su producto a cómo diera lugar ya que la vida no se detiene.
“Hay que buscar la manera, la vida no se detiene y he hecho de todo, ahora aquí en el callejón vendemos desde 10 pesos la bolsita hasta lo que la gente pida, no hay algún producto que se venda más, todo se vende por igual, pero ya me conocen”, destacó.
Al culminar, el cuevanense mencionó que su motivo principal para diario salir a vender es que “el tiene hambre y si no vende no tendrá comida en su plato”.