Doña Imelda, ejemplo de tradición y sabor para Guanajuato capital con sus panes

Guanajuato, Guanajuato.- Con más de 40 años de tradición y siguiendo el legado de la familia Rodríguez Venegas, Imelda Trejo López se dedica a la venta de bolillos y pan dulce en la plaza del Baratillo, en Guanajuato Capital.

"Empezó mi suegro, que en paz descanse.Ya después de él, mi suegra, bueno, más bien mi suegro y mi suegra, estuvieron los dos. Ya después dejo a mi marido, mi marido se quedó con el puesto y él, como es albañil, le empezaron a salir trabajos y pues ya ahí empecé a bajar yo (...) apoyando a mi marido."

 

 

Desde las 7 de la mañana y hasta las doce o una de la tarde coloca su puesto donde saltan a la vista canastas y contenedores que resguardan el sabor y el calor de panes recién hechos por manos guanajuatenses.

Tradicional bolillo guanajuatense, conchas, donas, marías, campechanas y otros deliciosos panecillos es lo que ofrece a sus clientes.Alrededor de 40 años es lo que tiene el puesto ubicado en frente de la tienda La Gareña, justo abajo del árbol que persiste en el lugar, el cual sirve de resguardo tanto para su producto como para ella.

Todo el pan que vende Imelda se le vende de buena manera:

"Prácticamente de todo, de todo. El bolillo se vende muy bien, o sea, no es porque yo lo venda, pero es el mejor bolillo de aquí", dice orgullosa y entre risas la encargada del negocio”.

En el local ya se puede encontrar el tradicional pan de anís o pan de muerto, el cual es el característico y de tradición guanajuatense que se consume durante las festividades de Día de Muertos: "El patrón, el que hacía el pan, que era Don Chabelo, que en paz descanse, él lo empezaba (a realizar) como a mediados de octubre pero ahora se quedaron sus hijos a cargo, y pues ellos ya se adelantaron como que mucho (...) está rico, también es el mejor pan de anís de aquí."

Los trabajadores de las oficinas y estudiantes son el nicho de compradores asiduos a comprar durante la semana: "En la semana, de lunes a viernes, oficinas y estudiantes. El fin de semana pues es ya algo de turismo y gente de aquí mismo."

 

"Estuvo medio difícil, pero ahí estuvimos saliendo ahí poco a poco. Pues es algo que la gente come a diario", dice Imelda con respecto a las bajas ventas que tuvo durante la pandemia; sin embargo, poco a poco han vuelto a la normalidad la venta de su producto.

Alegría y felicidad es como Imelda llama a la labor de venta que realiza en la concurrida Plaza del Baratillo: "Entusiasmo de seguir con las tradiciones de las personas mayores" y hace una invitación a probar el pan que vende: "Si vienen a Guanajuato, todas las personas de fuera que vengan a probar nuestro pan, que está muy rico."