Sequía en Guanajuato capital es “de las más severas”, reconoce cronista José Eduardo Vidaurri
El cronista recuerda algunos hechos y obras hidráulicas que permiten comprender la relación de la sequía en Guanajuato y cómo se ha abordado
Guanajuato, Guanajuato.- La escasez de agua y sequía en Guanajuato capital es una situación que se vive desde hace muchos años, en entrevista con el Dr. José Eduardo Vidaurri Arechiga, Cronista Municipal de Guanajuato, se aborda esta problemática de forma más detallada, recuerda algunos hechos y obras hidráulicas que nos permiten comprender de qué manera la gente del municipio ha tenido una relación de altibajos con el vital líquido y afrontar las sequías.
Vidaurri comenta que este tema viene de origen, comenta que la situación de tener acceso inmediato o continuo al agua es un tema complejo en nuestro municipio.
“Sabemos que, en los primeros años de existencia, de esta población, el agua se traía de lugares muy lejanos como Chichindaro, como Calderones, era muy costoso, se traía de manantiales ¿por qué? Porque si bien es cierto que la población se desarrolla al margen del Río Guanajuato el agua del Río es utiliza para propósitos industriales, se utiliza para darle abastecimiento a las haciendas de beneficio, y estas haciendas de beneficio usan mucha agua y la devuelven al cauce del Río pero ya de alguna manera contaminada” agregó que en los momentos de apogeo de la industria minera en el municipio existían alrededor de 350 haciendas de beneficio: “entre grandes, mediadas, pequeñas, y muy pequeñas, entonces debemos de considerar que nuestro río era un verdadero muladar; así que el problema para conseguir agua aunque fuera potable que sirviera para darle de beber a los humanos, a los animales, para producir pocos alimentos, pues era verdaderamente escasa” de lo anterior es que la construcción de las presas que existen actualmente en el municipio tiene generalmente una relación directa con las épocas en donde Guanajuato ha enfrentado la escasez del agua, menciona el Cronista.
“El registro no existe con propiedad de todo el proceso histórico de nuestra ciudad. Existe más o menos de acuerdo con algunas referencias desde inicios del siglo XVIII” el Doctor José Eduardo comenta que en se tiene registros acerca de una sequía entorno al año de 1714 en donde la sequía acabó con lo que se tenía en la zona en cuanto a agricultura.
“Es decir, no había posibilidades de garantizar el abasto de alimentos para un centro minero que ya era importante, que estaba de alguna manera descollando como uno de los más serios del planeta, y eso dificultó muchísimo las cosas”.
Comentó acerca de un cronista llamado José Bartolo Álvarez, previo al historiador Lucio Marmolejo, este último recuperó algunos de sus documentos que a la fecha no se tiene conocimiento de donde se encuentran o si aún existen.
“En donde él registra esa sequía de 1714. Una sequía que se había prologado desde 1712, 1713, no llovió, no teníamos ninguna presa, ningún espacio para el almacenamiento de agua, y eso provocó que se generara ese problema tan severo (…) habla incluso de cómo los coyotes y otros animales feroces se acercaron a la población, al núcleo poblacional pues para conseguir algo de alimento, para tratar de conseguir algo de agua; debemos de imaginar que la población de aquí sufrió enormemente”.
“1741 es otro año en el que se registra otro evento importante acerca de otra sequía, y es precisamente en el año en que estamos adquiriendo la categoría de Ciudad” comenta Vidaurri.
En este momento Guanajuato ya contaba con una economía más fortalecida: “y lo que se hizo fue comenzar la construcción de un embalse que pudiera apresar las avenidas de agua que venían de la zona de lo que llaman ‘El Camino al Cubo’. Ese predio lo encuentran precisamente en el Rancho de la Olla, se construye una cortina que apresa el agua, y ya tenemos una presa que desde 1749 está funcionando con normalidad”.
Vidaurri recordó que la construcción de la Presa de Olla siempre se pensó con motivo de proveer agua potable a la ciudadanía de Guanajuato, aprovechando su apertura anual para poder limpiar con el cauce del agua el río: “que también era un verdadero muladar”
El Cronista menciona que era muy común que los edificios principales en la ciudad contaran con aljibes los cuales captaban y almacenaban el agua de lluvia.
“Todavía, de hecho, los podemos encontrar en los edictos más antiguos y más importantes. Esos aljibes están por ahí, no todos están funcionando, no es mala idea que se pongan a funcionar. Creo que se ha hecho ya un estudio para habilitar el aljibe, el gran aljibe de la Alhóndiga de Granaditas, que pueda captar el agua de lluvia y que pueda servir para satisfacer sus necesidades"
Entre 1877 y 1878 se presentó otra sequía que abatió la ciudad la cual provoca o resulta en la construcción de una nueva presa.
Los inicios de la apertura de la Presa en Guanajuato
“Esta es la Presa de los Pozuelos que se terminará hasta 1891. Desde entonces se va alternar la limpieza de las presas, un año sí, un año no; entonces un año se abre la compuerta de la Presa de la Olla, otra la de Los Pozuelos”.
Mencionó que esto es un precedente de la Festividad de ‘La Apertura’ que cada año se lleva a cabo ahora en la Presa de la Olla.
“La Presa de los Pozuelos también servía para este recurso para poderle dar una limpieza al cauce del Río. Hay que recordar que es una ciudad que trabajaba, no tenía vehículos motorizados, no tenía. Tenía mulas, y miles de mulas, entonces debemos de imaginar que el tema ambiental debió de ser un problema en serio, con tanto excremento de los animales de carga y tiro, con todo el tema de la generación de basura por parte de los humanos, una basura diferente con la que generamos ahora por su puesto, pero los desechos de las haciendas de beneficio, en fin, la necesaria tala de árboles para satisfacer necesidades de leña, de carbón, de adenes para soportar los túneles de las minas, entonces estamos hablando de una depredación natural fuerte en otras épocas”
A principios del siglo XIX, entre 1806 - 1807 la falta de agua generó una sequía significativa para 1808, Vidaurrí menciona que es aquí donde los ciudadanos de Guanajuato acuden a medidas un tanto espirituales para salir del problema.
“Toman la decisión de sacar a la Virgen de Guanajuato, y se volvió de alguna manera una situación recurrente; o bien se saca una imagen milagrosa, que se considera milagrosa de Cristo o bien la imagen de la Virgen de Guanajuato para implorarle su intercesión ante Dios para que nos haga el favor de mandarnos la lluvia, es decir se confina también la fe con la necesidad de poder contar con agua”
En 1830 fue otro año con pocas lluvias, en este año comenta el Cronista existen también plegarias, novenarios y misas por parte de la ciudadanía para que Dios mande el líquido vital a la ciudad de Guanajuato.
Para el año de 1837, también la situación no fue buena en materia hídrica para el municipio: “es una año de grandes rogativas a San Juan el Bautista, al Cristo de Villaseca”.
En 1840 la temporada de lluvias se retrasa, ya para estas fechas el registro de sequías se podía documentar de manera más constante y precisa.
En 1852 se puso a disposición de la ciudadanía el funcionamiento de la primer fuente para proveer de agua a los pobladores de Guanajuato Capital.
“Que es la fuente que está ahora en el Baratillo, que estaba en La Plaza Mayor (hoy en día Plaza de la Paz) y que permitía que ya la gente tuviera un uso más racional, ya no se despreciaba tanta agua en el trayecto desde las presas hasta las casas de aquí del centro, si no que bajaban a la Plaza Mayor, ahí tomaban el agua y tenía un recuerdo disponible”
Las inundaciones juegan otro papel importante en cuanto a la historia de Guanajuato, Eduardo Vidaurri mencionó que alrededor de 1886 - 1887 las cuales resultaron en encontrar otra fuente de abastecimiento de agua, incluso pensando en traerla de otro municipio cercano.
“Se pensó incluso traerla desde Dolores Hidalgo, se fue a exportar la sierra, se fue a explorar todo”.
Esto resultó en que algún personaje, señala con precaución el Cronista, comentara la existencia de un lugar, una cañada que podía proveer de agua.
“La Cañada de la Esperanza, en donde se podía construir una presa nueva que podía abastecer las necesidades de ese momento”, fue así como se aprovechó esta cañada y se comenzó la construcción de la ahora Presa de la Esperanza.
“Recibía el agua del arroyo de Santa Ana, del arroyo de la Esperanza, del arroyo de Melchor, esto tres arroyos que coinciden ahí. La gran Pesa de la Esperanza que este año (2024) está cumpliendo 130 años de darle servicio a la ciudad”.
El entrevistado comentó que es debido a que se encuentra en una altitud mayor con respecto a la ciudad a otras presas ya existentes en el municipio permitía un abastecimiento a lugar más altos de la ciudad, esto a consecuencia de la gravedad.
“Esta presa es la que provoca que, a partir de 1895, la presa de inaugura en 1894, en 1895 se ponga en funcionamiento el sistema de hidrates, los hidrates funcionan por gravedad”.
La distribución de agua en Guanajuato en el pasado
El Cronista José Eduardo hace mención que el agua era distribuida por tuberías subterráneas:
“Como lo hizo Marcelino Rocha del Río con la fuente que está ahora en el Baratillo, pero estaba en Plaza Mayor, un tubo que desde la Presa de la Olla bajaba a las principales fuentes; y ahora el agua bajaba a todos los hidrates, un poco más de 300 hidrates en el momento de esplendor de esta época” lo anterior permitía otras cosas que abonaban a un mejoramiento del sistema hídrico: “un ahorro mayor del líquido porque ya era una llave que abastecía y llenaba tu cántaro, o llenaba tus botes para que pudieras llevar agua para tu casa”
Durante el siglo XX, menciona el Doctor José Eduardo, habrá más de diez sequías significativas en el municipio: “que van a hacer importantes porque también nos han enseñado como también tenemos que desarrollar una mayor cultura del agua”
1933 se suscitó un problema, el agua no era lo suficientemente potable pues tenía bastante contaminación.
“Entonces se trabajó para modernizar los filtros, que se habían construido con la Presa de la Esperanza, para diseñar mecanismos nuevos de un mejor aprovechamiento del agua” otro problema es la presencia de fugas de agua en el trayecto de tubería debido a su longitud y longevidad: “hay ciudades que tienen mucho dinero y pueden hacer una obra del tamaño de cambiar toda la estructura hidráulica en cuatro o cinco años, nosotros no lo podríamos hacer; y si tuviéramos el dinero yo creo que también a veces lo verían mal porque tendríamos que levantar todas las calles para hacerlo, sería muy, muy complicado.
En 1946 se crea el Comité Pro Economía del Agua, el Cronista menciona que esto es debido a que se avecinaba a Guanajuato una sequía.
“Se pensaba que la Presa de la Esperanza agua solamente para unos días, y fue cuando se empezó a probar con el sistema de tandeos”.
Esto último se ha hecho presente en el municipio como un medida para economizar o distribuir el agua cuando se presenta una crisis hídrica: “empezaron a cortar el agua unos días”
Para el año de 1950 fue otro año en donde hasta incluso se le pidió a la gente no utilizar el agua para limpiar sus banquetas, situación cotidiana en estos años.
“Estamos hablando que en esta época ya teníamos temperaturas que superaban los 30°, estamos hablando de 31°, 32°, 34° grados en la época de los 50’s del siglo pasado.”
La inauguración de la Presa de la Soledad significó otro esfuerzo para afrontar la situación hídrica a consecuencia de la sequía.
“En el año de 1955, es decir esta sequía de los 50’s provoca que se piense en otra presa, se piensa en la presa de La Soledad como un ejercicio para ampliar la capacidad del agua de la Cuenca de la Esperanza; y luego la presa de La Soledad tendrá una elevación más de su compuerta, para elevar el nivel de captación, es decir siempre buscando la posibilidad de tener un poquito más de abasto de agua”
Vidaurri hace un paréntesis al termino de este tema, pues La Esperanza y La Purísima, mencionan esconden una denominación dada por los propios pobladores ante la crisis hídrica: “si lo vemos pues estamos hablando incluso de la denominación de las presas con una idea de atenuar esa sed que ha castigado históricamente a la ciudad ¿no? La Presa de Esperanza, la Presa de la Soledad, son como nombres muy emblemáticos”
En 1960: “particularmente la iglesia rápidamente actúa solicitando la intercesión de Dios con misas y con peregrinaciones.”
Durante el año de 1970 se realizan los esfuerzos para poder construir el primer pozo en Guanajuato, ubicado en la zona de marfil: “es el primer poso que tenemos en la ciudad.”
Para 1972 - 1973 las lluvias no se hicieron presentes en el municipio: “fue necesario tratar de racionar el agua por barrios y pensar en alternativas nuevas”
1974 se decide levantar siete metros la cortina de la presa de La Soledad debido a que se buscaba mayor captación de agua de lluvia.
Para el año de 1976 se terminan las obras de elevación en las cortinas de las presas, el Doctor José Eduardo menciona que en algunas zonas de la comunidad de Santa Ana quedan inundadas: “por entonces el boleto se empieza a recorrer, porque la cortina se elevó y el nivel que alcanzaba era mayor”
En 1980 se presenta otra situación importante, una inundación, en aquel entonces el presidente Municipal en turno era el Ingeniero Edgardo Meave Torres Cano.
“Que hace un llamado a la población para que cuide hasta la última gota de agua por que prácticamente ya no teníamos”.
1983 - 1984 es cuando: “probablemente la sequía más grande que ha padecido nuestra población en la época contemporánea” mencionó Vidaurrí. “Esa capacidad que teníamos de agua era tan insuficiente que no alcanzaba a llegar a algunas zonas, es decir la gravedad ya no alcanzaba para que pudiera subir a determinadas zonas que había en la ciudad”.
Presas de Guanajuato se quedaban sin agua
Las partes altas entonces comenzaron a quedarse sin agua, situación que preocupó a capitalinos:
“No era por estar racionando, no había la manera poder mandar allá agua a esas zonas, así que se empezó a trabajar con pipas para poderles dar abasto a esta población”.
La sequía del año 1983 fue “terrible”, incluso se decretó una alerta por la posibilidad de evacuar la ciudad: “es decir, cerrar Guanajuato, pedirle a la gente que se fuera de aquí porque no había alternativa”.
José Eduardo Vidaurri Aréchiga recuerda esta situación que vivió de niño:
“Vivía en la calle de Pocitos, recuerdo que las pipas llegaban eventualmente cada dos días o cada tres días, teníamos que esperarlos con cubetas o con tambos formados, haciendo filas. Hubo, digamos, protestas por parte de las amas de casas, y de las familias, que con cacerolazos llamaron la atención del Gobierno que no atendía el problema con la seriedad que se requería, eso de pronto llamó la atención de las autoridades de todos los niveles de Gobierno. Hubo instrucciones para que de alguna manera se comenzaran las obras; y bueno, el Presidente Municipal Rafael Villagómez desplegó una estrategia para presionar al gobierno de Gobierno del Estado, y Gobierno del Estado presionar al de la República”.
Lo anterior resultó en la construcción de la primer batería de pozo en Guanajuato:
“El ingeniero Meave Torres Cano pues va a ser de una manera el responsable de la parte técnica de la construcción de estos pozos metió el acelerador, fue una crisis verdaderamente terrible, tengo entendido que la mayor parte de la tubería fue donada por PEMEX, trabajaban 24/7 los obreros soldando y tendiendo una red desde los primeros pozos en la zona de Puentecillas que van a subir hasta el tanque que tenemos aquí en la parte cercana al Pípila, y de ahí bajarla otra vez”.
Lo anterior implicaba un gasto importante en energía eléctrica para poder hacer llegar el agua hasta la ciudad, almacenarla a los tanque, subirla a los filtros de valenciana y volver a distribuirla a la ciudad.
“Fue una obra realmente complicada para las posibilidades que teníamos en el momento como ciudad, una población que económicamente no tenía los privilegios que pudiera tener ahora, que tampoco tiene muchos, hay que decirlo Guanajuato siempre ha sido una ciudad con ciertos problemas económicos”
Esta sequía, menciona el entrevistado, ha sido: “la más severa que hemos tenido hasta el momento actual”.
De aquella década de los 80’s cuando se vivió esta situación se han presentado otras sequías: “se han presentado unas seis u ocho sequías, no tan severas”. Vidaurri comenta que este año, 2024, se está ya en una situación en donde no se han hecho presentes las lluvias con regularidad con la que se acostumbra en los últimos 3 años.
“Con las que esperábamos, o al menos como emocionalmente imaginábamos que iba a llover, porque nos encanta ver esas casadas que se presentan en los callejones, y las grandes tormentas”.
Agrega que las temporadas de lluvias han cambiado, así mismo los lugares en donde regularmente llovía lo cual afecta de manera importante: “porque no ha llovido en donde debería de llover, es otro tema, no sigue el cause ordinario y pues ahora estamos presentando esta problemática con una respuesta muy profesional”.
Esto último menciona debido a un equipo profesional que sabe cómo abordar el tema del agua:
“Están trabajando en la solución, están trabajándose nuevos pozos que nos van a dar abasto. Tengo entendido que pues el área de extracción, de donde se va a obtener, es de los menos explotados en la zona del bajío, es el acuífero Guanajuato - Silao, entonces puede garantizarnos tanto el abasto en tanto la temporada de lluvias se regularice”.
Vidaurri menciona que las lluvias en Guanajuato siempre se han presentado de manera irregular: “Tienen a ser por lo general escasas”. Al respecto de las situaciones abordadas en cada época mencionada destaca que estas no deben de ser condenadas o puestas en tela de juicio pues en aquel momento, como hoy en día, la intención era poder tener agua.
“No las podemos condenar históricamente como erróneas o super arriendas, si no pues bueno es lo que se sabía en aquel entonces, es lo que se hacía en cada época.”
Agregó que es necesario entender como ciudadanos que dependemos de la naturaleza y que no llueva no es una cuestión que tenga algún responsable directamente:
Así mismo mencionó que los pobladores de Guanajuato Capital ha podido aprender acerca del cuidado del agua y salir adelante en situaciones que aquejan a nuestra sociedad, mencionó que como ciudad turística y el arribo en grandes cantidades de personas se debe de hacer conciencia acerca del cuidado del agua por parte de los prestadores de servicios a quienes pernoctan o acuden a sus establecimientos.
Guanajuato urge por lluvias ante extrema sequía
Si no fuera por las mínimas precipitaciones suscitas durante el pasado mes de febrero en algunos rincones del estado de Guanajuato, la entidad permanecería prácticamente sin lluvias dentro de los primeros cinco meses del 2024.
En el segundo mes del año se registraron 14.6 milímetros de lluvia, a través de lo contabilizado por la Comisión Nacional del Agua mediante los reportes mensuales de temperaturas y lluvia. Apenas ello sirvió para que Guanajuato alcance los 15.8 milímetros durante los primeros cuatro meses del año, al contabilizar que lo que se presentó en enero y abril, fue mínimo.
De esta manera, al considerar únicamente el periodo de enero a abril, la entidad mantendría uno de los registros más bajos de lluvias, pues incluso en momentos, para ese corte de abril ya se habían superado los 159 y los 210 milímetros, como ocurrió en el año de 2015 y 2010, respectivamente. En contraparte, también han existido años más secos como el 2009, 2011, 2019, 2021, entre otros, y donde las cantidades de lluvia fueron raquíticas.
En años anteriores, con el mes de mayo era tradicional advertir las primeras lluvias fuertes en el estado de Guanajuato. Pero esta ocasión no ha sido así.
La ‘recuperación’ se dictaba mediante registros que alcanzaron los 23.8 milímetros durante el 2023 o los 27.7 en 2020, e inclusive, el registro más alto de 100 milímetros en mayo del 2015. Sin embargo, esta ocasión, y a punto de cerrar el mismo mes, las lluvias apenas se han hecho presentes de forma esporádica y en zonas muy delimitadas del estado de Guanajuato.
Previamente, el pronóstico de lluvias señalaba que, las primeras importantes de este año, caerían alrededor del pasado 15 de mayo. Y aunque esta semana existieron algunos ‘esbozos’, lo cierto es que no se cumplió con lo estipulado, y que sería una consecuencia de lo que se presenta en el país por la temporada de huracanes que duraría hasta finales del mes de noviembre.
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