En Irapuato no olvidan a sus ‘leyendas’ y les llevan ofrendas al panteón
Nancy Venegas
Irapuato.- Ni la pandemia por Covid-19, que impidió la apertura de panteones por 2 años, logró que los dolientes que acudieron al panteón municipal, dejaran de visitar las tumbas de ‘El soldado desconocido’, los ángeles y los niños Blanquita y Mauri, que no pasan desapercibidas y son uno de los atractivos del camposanto.
Aunque este año la permanencia en el panteón municipal se limitó a 45 minutos, algunos de los dolientes tomaron unos minutos para visitar tumbas y mausoleos que son parte de las leyendas del panteón de Irapuato.
A unos metros de la puerta de acceso, se ubica la tumba de Adolfo Taboada Rivera ‘El Soldado’, rodeada de juguetes, bebidas, flores y besos pues aseguran que es muy milagroso y en ocasiones anteriores para agradecer los favores algunas mujeres acudían y realizaban bailes.
Mario Ayala Cornejo, administrador del panteón municipal, compartió que Taboada Rivera, efectivamente fue un soldado que participó en combates en Vietnam donde falleció, su cuerpo fue trasladado a Irapuato, donde hasta ahora se le recuerda. Leyendas urbanas señalan que por las noches se escuchan en los pasillos del panteón municipal los pasos de este miembro de las fuerzas armadas.
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A unos metros de la capilla, se encuentra el mausoleo de la niños Blanquita y Mauri, en los que anteriormente algunos dolientes, colocaban globos, juguetes y dulces porque aseguraban eran milagrosos. Ambos menores son protagonistas de otra leyenda, en la que se asegura que por las noches, los pequeños juegas y se escoden entre las tumbas.
En el pasillo central, en la parte más antigua del panteón se ubican casi juntas las tumbas de los ángeles. La primera de ellas es una tumba con una escultura de un ángel de casi 2 metros, que a decir de la leyenda urbana se mueve de postura y el ángel del silencio que es la única escultura en su tipo en todo el camposanto.
Pero mientras estos mausoleos son visitados por centenas de personas, a tan sólo unos metros en la parte más antigua del panteón y que cuenta con zonas acordonadas para prevenir accidentes, el panorama es diferente. Existen tumbas olvidadas que se perdieron entre las hierbas, humedad, tierra, piedras y olvido.
Ahí se ubica el mausoleo más antiguo, de Francisco Juárez que falleció a los 67 años, fechada el sigo antepasado, el 25 de febrero de 1890. Unos metros se ubica “el árbol con la cruz”, con una antigüedad de más de 100 años, creció sobre una tumba y entre su ancho tronco conserva parte de la cruz de metal que la adornaba, sus raíces tan gruesas y largas no ha dañado las demás tumbas cercanas que supuestamente son de los miembros de una familia que falleció a causa de la peste negra.