Julio no desea llegar a EUA, su sueño es poder vivir en México
Nancy Venegas
Irapuato.- Orillado por la difícil situación económica, laboral y de seguridad, hace 8 meses, Julio César de 23 años, salió de su natal Salvador en busca de mejores oportunidades para él y los suyos. En su camino encontró amigos a los que ahora llama hermanos de otros países sudamericanos como Venezula y Nicaragua que le han hecho más llevadero el arduo viaje en el que fue víctima de robo. Hoy sueña con que las autoridades mexicanas otorguen facilidades para obtener la residencia y hasta la nacionalidad para vivir en Tijuana.
“Para mi sería lo mejor que en México nos ayudaran con los documentos, con la residencia y la nacionalidad eso sería excelente porque en mi país no hay trabajo y si lo consigues es muy difícil salir del barrio a trabajar porque las pandillas te matan, no hay dinero y hay mucha inseguridad”, platicó Julio César.
En febrero pasado dejó a su familia, amigos y renunció al empleo que tenía como operador de maquinaria, para lograr su sueño con el que confía en que sus condiciones de vida y la de los suyos mejorarán.
Con una pequeña mochila, tenis, pants y una sudadera, empezó su travesía en tren con el objetivo de llegar a Tijuana, Baja California.
El camino no ha sido fácil en estos 8 meses, entre las vías férreas y vagones, encontró a un venezolano y 3 nicaraguenses que, como él, pretenden encontrar un buen empleo.
“Son amigos, pero yo les digo hermanos, la gente en México nos ha tratado muy bien, no se diga en Tapachula, hemos vivido de todo, otros migrantes me robaron mis pertenencias en Chiapas, pero dentro de lo que cabe todo ha estado bien, lo más difícil es el frío, en las noches está muy helado”.
Julio César a diferencia de sus hermanos sudamericanos no anhela el “sueño americano”, él busca llegar a Tijuana, encontrar un buen empleo, enviar dinero a su familia y tal vez en un futuro traerse a México a sus seres queridos.
“Mi peor temor es que me agarre migración porque ha sido muy difícil llegar hasta donde estoy, yo no quiero ir a los Estados Unidos porque me da miedo cruzar, eso está más complicado, a mí me gusta México”.
Tienen a Guanajuato como una parada más
Diana, Reyna y Proji sobreviven de pedir dinero en los cruceros, ellas son de Honduras, él, de Belice, el objetivo de los tres es el mismo, llegar a Tijuana para cruzar a Estados Unidos.
Escapan de las difíciles situaciones de sus países de origen, pero México no les trae un mejor panorama a todos, arreglar papeles migratorios ha sido un proceso interminable y en este país ni siquiera se les permite comprar un boleto de autobús, por lo que se trasladan como pueden.
LC