Proyecto de Cinvestav transformará desperdicios en biogás en comunidades de Irapuato
El proyecto apoyará inmensamente a los habitantes de San Agustín de los Tordos y Comedero, que aprovecharán la creación del biogás de estiércol y rastrojo agrícola
Nancy Venegas
Irapuato.- La calidad de vida de habitantes de las comunidades San Agustín de los Tordos y Comedero, mejorará. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), destinó 7.8 millones de pesos para que un equipo de 10 investigadores en diversas áreas, liderados por la doctora Maribel Hernández Rosales de la unidad Irapuato del Cinvestav, instalen biodigestores que transformarán rastrojo agrícola y estiércol de ganado en biogas para uso doméstico y composta para las parcelas.
“Somos un equipo de 10 investigadores los que estamos desarrollando el proyecto ‘Producción de biocombustible para uso rural a partir de desechos agropecuarios mediante la optimización de consorcios microbianos usando metagenómica’. Es un proyecto aprobado por el Conacyt con una inversión de 7 millones 800 mil pesos por 3 años y que estamos trabajando con la gente de la comunidad”. Así lo informó la doctora del Cinvestav Irapuato, Maribel Hernández Rosales.
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Este trabajo forma parte del Proyecto Nacional de Investigación e Incidencia para transitar a un sistema energético social y ambiental sustentable. Cuenta con el apoyo de fondo semilla.
“Hemos podido identificar las necesidades energéticas de las comunidades de San Agustín de los Tordos y El Comedero. Se reconoció la problemática en general y su relación a escala nacional en temas energéticos. Pero debido a la complejidad del problema pues existen implicaciones técnicas científicas, ambientales, sociales y económicas, se implementó un equipo transdisciplinario de las ciencias exactas y de la vida, ciencias sociales, los saberes de la comunidad, el apoyo de las autoridades municipales y de las mismas comunidades en estudio”, comentó Hernández Rosales.
Dará energía y ayudará a mejorar la salud
Agustino Martínez, investigador que participa en este proyecto, explicó que, si bien los sistemas de biodigestores no son nuevos, con este proyecto se pretende implementar y desarrollar un sistema innovador para el aprovechamiento energético circular e integral de residuos agropecuarios mediante el uso de biodigestores que permitan mejorar las necesidades energéticas y generar beneficios sociales, ambientales y económicos en las 2 comunidades rurales irapuatenses.
Los investigadores Alejandro Zaleta Aguilar y Humberto Martínez Martínez explicaron que por medio de los biodigestores tipo salchicha o tanque, se transformará el excremento de vacas, cerdos, chivos y gallinas, además del rastrojo de las parcelas en biogas. Este se conectará directamente a parrillas para la elaboración de alimentos o bien en los calentadores de agua. Además se destinará a realizar composta que es un abono orgánico para los cultivos.
Con un promedio de 60 a 70 kilogramos de estiércol y 120 litros de agua, se garantiza el biogas continuo hasta por 2 horas. Ello es suficiente para la preparación de tres alimentos y agua caliente para la ducha de los integrantes de una familia.
Habitantes podrían dedicarse al biogas
Aunque no es el objetivo primordial de este proyecto de investigación, a futuro los habitantes de las comunidades podrían dedicarse también a la fabricación de biodigestores e incluso exportar.
Los beneficios de los biodigestores no sólo son económicos. María Rosario Reyes Santiago y Roxana Ramírez colaboran en el área social de este proyecto con los habitantes de ambas comunidades. Explicaron que el uso de leña, además del impacto negativo al medio ambiente, ha provocado infecciones respiratorias en mujeres. Ellas son quienes preparan habitualmente los alimentos, pero con el biogas las emisiones se reducirán. Mientras que los más pequeños convivirán alejados de los residuos del ganado, lo que prevendría infecciones estomacales.
Para garantizar que el proyecto prevalecerá, se capacita a los habitantes para el manejo y operación de los biodigestores. También se trabaja con los lugareños para que a su vez repliquen el sistema en un futuro. El costo comercial de cada biodigestor es de aproximadamente 70 mil pesos.
Equipo de científicos:
- Víctor Olalde Portugal, Maribel Hernández Rosales y Agustino Martínez Antonio del Cinvestav Irapuato.
- Alfonso Manuel Sepúlveda Gálvez, del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.
- María del Rosario Reyes Santiago, del Instituto Tecnológico de Oaxaca.
- Humberto Martínez Martínez, del Instituto Tecnológico Superior de Abasolo.
- Bárbara Beatriz Moguel Rodríguez, de la UNAM Juriquilla.
- Alejandro Zaleta Aguilar, de la Universidad de Guanajuato.
- María Teresa Castillo Burguete, del Cinvestav Mérida.
- Roxana Ramírez, del Instituto Tecnológico Superior de Teposcolula.
- Ana Elizabeth Maruri Montes de Oca, de la Universidad Autónoma del Estado de México.
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LC