Terapeutas del CRIT Irapuato: los héroes detrás de los milagros
Desde hace seis meses, Jorge Uriel cumplió su sueño y trabaja en el CRIT con los niños, en donde cada día es satisfactorio por las historias
Nayeli García
Irapuato.- Detrás de los primeros pasos de un niño del Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) se encuentran aquellos héroes anónimos que con dedicación, amor y profesionalismo trabajan día a día para regresar las esperanzas de miles de familia de ver a sus hijos con un mejor desarrollo. Ellos son los terapeutas del CRIT.
“Creo que la satisfacción más grande es verlos caminar. Hay muchos niños a los que no les dan una esperanza o que les dicen que a lo mejor van a ser dependientes totales. Y cuando se ve que evolucionan y todo, que cambian, caminan, es una -satisfacción inmensa y se siente uno muy bien y sabes que por eso es que haces esto, es la mejor paga”, comentó Katia Monserrat Rojas Martínez, quién es terapeuta físico desde hace tres años en el CRIT Guanajuato.
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“Diario hay una nueva lección”
Ella no puede hablar mucho debido a un problema en su garganta. Pero no lo necesita, pues su amor y empatía con los pequeños se demuestra en cada trato y actividad que realiza para ayudarlos a recuperarse. Y es que ella eligió esta carrera por la nobleza que implica estar en contacto con los pacientes y ayudarlos para que día a día se pueda ver su progreso.
“Creo que a diario hay una lección con los niños. Los niños son muy bonitos porque cada avance que tienen para la familia es un avance muy grande. Ahorita había un caso muy severo con una paciente que tuvo covid y tuvo muchas complicaciones, con oxígeno, tuvo varios retrasos motores y cuando la empezaron a traer a terapia, ya le quitaron el oxígeno y ese es el mayor motor para seguir trabajando con todo el amor”, comentó.
“Me siento bendecido de poder ayudar”
Trabajar con los niños del CRIT es motivacional e inspirador. Al menos así fue para Jorge Uriel Chegue Cristóbal. Él, a los siete años visitó el centro de rehabilitación como parte de una excursión de la escuela, y en ese momento se dijo: “Yo quiero trabajar aquí”. Buscó las carreras afines y encontró la terapia ocupacional como una opción de vida.
Desde hace seis meses cumplió su sueño y trabaja en el CRIT con los niños, en donde cada día es satisfactoria pues las historias y lecciones de vida son constantes.
“Cada día es una experiencia muy nueva muy diferente. A veces uno está acostumbrado por el tratamiento, no ve las reacciones de la familia, y cuando volteo a ver las reacción una mamá, de un papá y están casi llorando porque su hijo ya pudo comer, pudo mover mejor sus manitas, sus piecitos… Y eso no es una vez al año, es cada día, te van logrando resultados con cada niño y me siento muy bendecido de poder ayudar y ver los resultados que vamos teniendo”, compartió.
“Me toca el corazón”
En la familia de Lidia Gabriela Rico hay dos personas que necesitan o necesitaron rehabilitación, por lo que sabe de primera mano lo importante que es tener en tu camino terapeutas y profesionistas que ayuden a superar aquellas discapacidades que no hacen diferentes a las personas. Ella consideró que se debe tener una sociedad más incluyente en donde no se vea a nadie para abajo, pues todos son iguales.
Lidia es neuróloga pediátrica y desde hace ocho meses trabaja en el CRIT. Ella está consciente de la forma en que se puede impactar a la gente con su trabajo, pues aunque pareciera una pequeña aportación, son grandes avances que cambian la vida de los niños y sus familias.
“Me toca el corazón ver los primeros pasos de algún niños después de que al principio un médico les diga que no pueden lograr muchas cosas y que serán dependientes toda su vida. Pero con el apoyo de sus papás y los terapeutas, logran caminar y dar sus primeros pasos, siempre es muy emocionante aunque se hayan visto muchas veces, siempre parecen ser los primeros”, compartió.
Madres felicitan a los terapeutas
Los terapeutas son los héroes de los niños del CRIT Guanajuato y así lo confirman las familias de que acuden al centro de rehabilitación. Así lo dice Karina, mamá del pequeño Dylan Daniel, que con un año y seis meses acude desde Pénjamo cada ocho días a su terapia en el CRIT y los resultados son palpables.
Él fue un bebé prematuro de 22 semanas y a los ocho meses vomitó y vieron que no tenía mucha movilidad en la parte derecha de su cuerpo, por lo que buscaron ayuda. Desde hace un mes se encuentran trabajando en el CRIT y el pequeño ya puede mover su mano.
“La atención es muy amable de todos y con el niño lo tratan como se merece. Los terapeutas son cariñosos y lo ayudan mucho”, comentó su mamá Ella dijo que al pequeño le gusta estar en la terapia y ya conoce a sus cuidadores.
“Es algo que se agradece siempre”
Martha Ramírez, por su parte, trae a su pequeña Sofia de dos años y dos meses desde Jaral del Progreso para su rehabilitación. Ella también nació de manera prematura, por lo que presentó un sangrado en la cabeza y perdió la movilidad de uno de sus brazos. Ella no podía gatear y ahora con la ayuda de todos puede hacerlo.
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“La verdad yo no tengo ninguna queja del CRIT, todos son muy amables y tratan a la niña con mucho cariño y es algo que se agrace siempre”, comentó.
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JRP